LA CIUDAD DE LA CERVEZA
Munich tiene un mágico atractivo que la
convierte en el “reino de los cielos alemán”. Situada a orillas del río Isar y
con los Alpes como fondo, la capital de Baviera, posee un encanto especial que
puede sentirse en el carácter campechano, versátil y abierto al mundo que
tienen sus habitantes.
Desde que esta ciudad, una de las hijas
más jóvenes de Europa, fue fundada en el año 1158 por los monjes del Tegernsee
y el duque Enrique “el León”, su filosofía de vida ha sido “vive y deja vivir”.
Una vez superados los incendios, epidemias y guerras que asolaron la ciudad en
el pasado, fue Luís I quien decidió hacer de Munich una urbe que contribuyera
en tal grado a la identidad de Alemania que nadie pudiera decir que conoce este
país sin haber estado antes en ella.
CULTURA
Y TRADICIÓN
Las calles de Munich albergan una mezcla
extraordinaria de cultura y tradición, que comienza en la Marienplatz y se
extiende por toda la ciudad. Un tranquilo paseo por sus calles se convierte en
un placer al que el visitante no debe renunciar.
Desde
Karlsplatz. Al corazón de Munich se llega desde Karlplatz, un lugar
especialmente atractivo en el que se encuentra Karlstor. Una vez atravesada
esta puerta de acceso a la ciudad, un paseo por la Neuhauser y la Kaufingerstrasse,
calles peatonales repletas de tiendas en las que los muniqueses hacen sus
compras, llevara directamente a Marienplatz.
Marienplatz
es el centro de reunión para los muniqueses. En ella se encuentra el nuevo
Ayuntamiento, símbolo de la urbe, y muchas cervecerías así como restaurantes
tradicionales.
Hacia
la
Viktualienmarkt. Una cita obligada es el mercado situado en la Vktualienmarkt.
De paso se puede visitar la torre de la iglesia de San Pedro,
que ofrece una impresionante panorámica de la ciudad.
Palacio
Ducal. Tras deleitarse con la imagen casi aérea de la ciudad, pequeñas
calles repletas de cervecerías y curiosos escaparates que llevan hasta el
Palacio Ducal, la Casa
de la Moneda y
el interesante edificio de Correos.
Homenaje
a la Cultura. Una vez atravesada la
Maximiliamstrasse, una de las calles más representativas de
Munich, y tras dejar a un lado la Josephplatz, el visitante puede recrearse
contemplando el Palacio de la
Residenz, una auténtica joya de la vida regia y símbolo de la
sangre real que llegó a vivir en Munich.
Religión
y Realeza. Tras haber contemplado la Ópera Estatal, punto de reunión todas
las tardes antes de la representación, o la colección Numismática, el visitante
atravesará la Odeonplatz,
punto de origen de otra de las vías de acceso a la ciudad, la Ludwigstrasse, calle
en la que se erige la
Universidad y la Biblioteca.
Una vez hecho esto, la mezcla de religión y realeza se hace
patente en la admiración que despierta la iglesia de los Theatinos, la Logia de los Generales y el
Palacio Preysing.
Hacia
la Catedral. Dejando atrás los palacios de Ludwig o Leuchtenberg y el
Museo Siemens, el visitante se adentra por pequeñas calles rebosantes de vida
en las que el olor humeante de la cerveza es la característica común. Saliendo
a la Theatinerstrasse se llega
al Palacio Arzobispal y a la Fundación
Cultural.
La imagen que Munich ha exportado al
mundo, sin duda alguna, es la que presenta la Catedral, cerca de la
tradicional Frauenplatz.
De
vuelta a Karlstor. La imagen de la Catedral y el reflejo del nuevo Ayuntamiento
obliga al visitante a adentrarse en la Promenadeplatz, uno
de los lugares más acogedores de la ciudad en el que se puede hacer un pequeño
descanso. Siguiendo la
Maxburgerstrasse, se puede acceder al Teatro Mecánico, uno de
los vestigios perennes que la música ha dejado presente en Munich.
LA RUTA
DE LA CERVEZA
La ciudad de Munich está llena de animadas
cervecerías, fruto de la tradición ancestral. La Hobrauhäus está
considerada como la hermana mayor de todas ellas.
Viktualienmarkt.
Sin duda alguna, el origen de la ruta de la cerveza podría comenzar en esta
plaza, sede del tradicional mercado de las Viktuallas. En ella hay diversas
cervecerías que a diario acogen a cientos de muniqueses que se reúnen para
discutir de política, sociedad o deporte.
Hobrauhäus.
Meca de la Cerveza. Una vez que se ha dejado atrás el Viktualienmarkt, y tras un paseo por la
coqueta Sparkasenstrasse, se encuentra la Am
Platz, una pequeña plaza en la que se levanta un “templo a la
cerveza”, la Hobrauhäus. Es
un local de tres pisos en el que antiguamente se hacía la cerveza para la corte
y que hoy se ha convertido en un punto en el que los ciclistas hacen una parada
para disfrutar de una cerveza.
Englischer
Garten. Un paraíso cervecero. Diseñado por el príncipe bávaro Kart Theodor,
es el mayor parque urbano de Alemania. Si se decide seguir la ruta propuesta,
en él se puede encontrar un lago navegable, un templo griego y varias
cervecerías y terrazas, entre las que destaca la Pagoda, mundialmente
conocida, o la Aumeister.
Un
mundo diferente. Las tradicionales cervecerías y terrazas que inundan
Munich se encuentran en la
Leopoldostrasse. Es precisamente esta calle
la siguiente parada de la llamada “ruta de la cerveza” por la combinación
perfecta que existe entre la tradición de los cafés y el bullicio y la vida de
las terrazas cerveceras.
Si el cuerpo aguanta todavía, aún se puede
hacer otra parada en la
Ludwigstrasse, una calle situada a continuación de la
anterior y repleta de ambiente a todas horas. Se ha convertido en la última
parada de todos aquellos que piensan en tomar “la penúltima copa”.
VISITA
A LOS MUSEOS
Munich cuenta con una gran cantidad de
museos que ofrecen la posibilidad de contemplar desde los primeros artilugios
que construyó el hombre, hasta auténticas maravillas pictóricas, pasando por
juguetes artesanos y objetos propios de la cultura y la vida cotidiana bávara.
La
Marienplatz.
Centro de Museos.
Sin duda, es el centro de todos los museos en Munich. En torno a esta calle se
congregan el nuevo Ayuntamiento, la
Catedral y el viejo Ayuntamiento que se ha convertido en un
museo muy apreciado por los muniqueses, ya que en él se puede admirar una de
las colecciones de juguetes tradicionales más extraordinarias que hay en
Europa.
De los orígenes del hombre a la
actualidad. Munich cuenta con uno de los museos más grandes e interesantes del
mundo, el Deutsches Museum o museo alemán de ciencia y tecnología. En él se
puede admirar desde los más primitivos avances que consiguió el hombre hasta
los artilugios más innovadores que existen hoy en la tierra.
Vestigios
de la cultura bávara. El Museo Nacional Bávaro, situado en la Prinzregentenstrasse,
tiene un interés especial para quien decida visitar esta ciudad. Contiene una
colección impresionante de arte y objetos clásicos de la región bávara y del
resto de Alemania, entre los que hay que destacar sus grabados medievales y
renacentistas en madera, sus tapices, sus figuritas para belenes o sus
múltiples jarras y souvenirs fruto de
la artesanía tradicional de la ciudad.
La
Pinacoteca. Munich puede presumir de
tener dos centros pictóricos que se codean con los más importantes del mundo.
Por un lado, se halla la
Alta Pinacoteca, una extraordinaria galería de pintura en la
que se puede admirar una impresionante colección de cuadros de grandes
pintores, tales como Giotto, Rembrandt, Rubens o Cranach “el viejo”. Por otra
parte, la Nueva Pinacoteca,
a tan sólo unos metros del anterior edificio, acoge buenas colecciones de
impresionistas y del siglo XIX, tan importantes como las de Monet, Degas y
Manet, que se combinan con una colección de paisajes brumosos propios del arte
alemán.
En la antigua casa del pintor Franz von
Lenbach, una villa de estilo florentino, se presenta una colección pictórica de
renombre internacional que cuenta con cuadros que van desde la época gótica
hasta nuestros días.
Residenzmuseum.
Este recorrido por los museos de Munich se culmina con la visita a la conocida
Residenz, el palacio real de los Wittelsbach durante más de seis siglos, que
alberga colecciones a cual mejor, de tesoros estatales, tales como monedas
antiguas, estatuas, obras de arte rococó, carruajes, etc. En su parte trasera
cuenta con unos jardines extraordinarios. Una auténtica maravilla que no se
debe dejar de ver.
UNA
CAPITAL DE LA GASTRONOMÍA
Munich cuenta con una amplia
infraestructura hotelera de diferentes precios y servicios, aún así encontrar
cama en esta ciudad resulta complicado, salvo en los meses de julio y agosto,
que son considerados como fechas fuera de temporada.
Los que realmente conocen Munich califican
esta ciudad como la “capital de la gastronomía” ya que en sus restaurantes se
puede disfrutar, tanto de la cocina tradicional y regional como de los platos
internacionales más cotizados.
Cuando la noche cae en Munich, la mayoría
de sus habitantes se refugia en casa. Sin embargo, la ciudad ofrece muchos
espectáculos y actividades nocturnas a sus visitantes.
Munich cuenta con una zona comercial
central de casi 2,5
kilómetros en la que el visitante puede hacer las más
diversas compras mientras da un tranquilo paseo. Las dos calles más importantes
son la Neuhauser
y la Kaufinger.
La vida en esta ciudad de Munich es
totalmente distinta a la del resto de urbes europeas. Parece que el tiempo no
pasa por ella y sus habitantes desprenden una simpatía que envuelve al
visitante.
(Ver interesante colección gráfica de este reportaje
en GALERIA DE FOTOS)