BRUJAS

  LA VENECIA DEL NORTE

 

Es la capital de la provincia de Flandes Occidental. Situada en el extremo noroeste de Bélgica a 90 km de la capital, Bruselas, cuenta en su núcleo urbano con una población de 117.000 habitantes.

Su nombre proviene del germánico occidental "Bryggia" ("puentes", "muelles", "atracaderos"). Es interesante destacar que, en el neerlandés, «brug» significa «puente», y que esta ciudad ostenta como nombre el plural de esta palabra, debido a la gran cantidad de puentes que en ella existen.

El mayor atractivo de Brujas es su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2000. Aunque en gran parte ha sido reconstruido, dicho centro urbano es uno de los más grandes atractivos europeos, ya que mantiene intactas las estructuras. Al igual que Ámsterdam, Gotemburgo y Hamburgo, entre otras, Brujas es conocida como «la Venecia del norte», debido a la gran cantidad de canales que atraviesan la ciudad y a la belleza de los mismos.

Historia

Brujas ha sido ciudad desde el siglo XI Hacia 1050, la constante sedimentación fue cerrando la importante salida de la ciudad al mar. Por suerte, una tormenta en 1134 creó un canal natural de salida. Este hecho y la importante y emergente industria de la lana hicieron que la ciudad creciese enormemente, construyéndose sus murallas bajo el patronazgo de los condes de Flandes. La entrada de la ciudad en la Liga Hanseática, una federación de comercio de ciudades de Alemania, de Escandinavia y de los Países Bajos, sólo trajo más beneficio a una ciudad que se convirtió en una de las más ricas de Europa.

La entrada de Flandes como parte del Reino de Francia en 1297, y la resistencia a aceptar las políticas provenientes de la corona por parte de los flamencos, resultó en un aumento de las tensiones sociales, las cuales empeoraron con la encarcelación por parte de Felipe IV de Francia del conde de Flandes y el nombramiento de un nuevo gobernador.

El 18 de mayo de 1302, tras haber sido expulsados de sus hogares para poder acoger a las tropas del ejército francés, el pueblo de Brujas volvió a la ciudad, instigados por Joan Breydel y Peter de Coninck, y asesinó a cualquier francés que lograron encontrar. Cuenta la leyenda que identificaban a los franceses haciéndoles pronunciar la frase “schild ende vriend” (escudo y amigo), una frase muy identificatoria por la pronunciación de los habitantes de la región. Al parecer, los franceses tenían muchas dificultades en pronunciar el sonido [sx] de schild. Dicha masacre es conocida como los Maitines de Brujas.

Felipe IV de Francia mandó una fuerza para acabar con los insurrectos, enfrentándose a ellos y a las fuerzas del Conde de Flandes en la batalla de las Espuelas de Oro, en la que los franceses sufrieron una tremenda derrota. El establecimiento de Felipe III, el bueno con su corte en la ciudad, trajo una prosperidad cultural importante a la ciudad en el siglo XV. En esta época estuvieron en el exilio en la ciudad Ricardo III y Eduardo IV de Inglaterra. También en esta época William Caxton imprimió en Brujas el primer libro en inglés. Los comerciantes venecianos y genoveses, como los Arnolfini llegan a la ciudad en 1314 y en 1409 crean la primera bolsa.

En 1477, a la muerte en la batalla de Nancy de Carlos el Temerario, la ciudad pasó a formar parte de los Países Bajos de los Habsburgo, sufriendo las consecuencias de la guerra de Sucesión de Borgoña. Maximiliano I restringe los derechos de la ciudad, que cae en decadencia, en favor de Amberes.

Durante la guerra de los Ochenta Años, estuvo en poder de los neerlandeses, desde 1577 hasta el 20 de mayo de 1584, cuando pasa a los Países Bajos Españoles.

Brujas fue declarada en 2002 como Capital Europea de la Cultura, junto con Salamanca. El casco histórico de Brujas bien conservado fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2000. En dicho centro histórico, cuya historia se remonta a la Edad Media, el estilo neogótico reinaba en el siglo XIX y gran parte de la ciudad fue reconstruida en el dicho estilo.

Brugge (Brujas) es la ciudad más bonita de Bélgica y una de las más románticas de Europa. Su secreto: era la mayor ciudad del mundo en el 1400, y después dejó de crecer para siempre, pero sin disminuir en tamaño, conservando así el centro histórico más grande de Holanda, Bélgica y muchos países. Incluso el Ayuntamiento sigue siendo el mismo desde 1432. Su centro histórico se puede (y se debe) conocer a pie o en bici en un sólo día, pero es imprescindible pasar la noche aquí para gozar del oscurecer cuando los turistas chinos están de vuelta a sus hoteles suburbanos, y para poder dar un paseo en las barcas de madera que flotan por los canales medievales, a primera hora de la mañana.

IMPRESCINDIBLE PARA VER
  • Grote Markt, o bien la Plaza mayor, la cual envuelve espléndidas fachadas como las del Palacio Provincial, el monumento Atalaya (símbolo de la libertad y autonomía de Brujas)

  • Basílica de la Santa Sangre, En donde se guarda la reliquia de la Santa Sangre de Jesucristo.

  • Catedral de San Salvador, Es la iglesia parroquial más antigua de Brujas

  • Iglesia de Nuestra Señora, La cual tiene la torre de ladrillo más alta de Brujas y la escultura 'La Madonna de Brujas' esculpida por Miguel Angel inmediatamente después de 'La Piedad'

  • El Pueblo de Till Ulenspieghel (Tijl Uilenspiegel) - Till Ulenspieghel fue una personaje de literatura popular medieval europea. Solicitar (en la oficina de Turismo) el paseo en barca hasta Damme, un pueblo medieval a solo 15 kilómetros de viaje por barrios antiguos, conventos, y paisajes típicos con molinos de viento. En Damme, los más popular es explorarlo en bicicleta. Se alquilan barato. Excursión de un día entero.

  • El museo del chocolate Ideal si se viaja con niños. Aquí os explicarán la curiosa historia del chocolate. Además, os darán para degustar dicho dulce. ¡Una visita deliciosa! (No os olvidéis de visitar la tienda de regalos).

  • Le Beffroi, monumento turístico e histórico, ofrece un excelente estilo neo-gótico. Para subir es preciso pagar, pero una cantidad muy pequeña que merece la pena, ya que desde ahí se puede tener una vista panorámica sobre toda la pequeña ciudad de Brujas. Más consejos sobre visitar Le Beffroi de Brujas.

  • El Museo La Dentelle, es uno de los centros culturales más importantes y bellos de Brujas. En él se pueden ver muestras del arte del bordado.

  • Museo Del Diamante. La colección permanente del museo muestra la historia de los diamantes a través de los siglos, con especial atención al papel de los diamantes en Brujas en el momento de la corte de Borgoña.

OTRAS VISITAS RECOMENDADAS

No salga de Brujas sin haberla visto de noche, ni sin visitar Oostende, Damme, quizás la playa en Blankenberge o Knokke, el beguinario de Roeselare (en tren, 30 min) y todos sus jardines.

Las excursiones de un día más populares desde Brujas:

  • Damme es una pequeña ciudad cerca de Brujas. Un barco fluvial de temporada va allí en un crucero de 35 minutos en cada sentido. Es un viaje muy pintoresco, los paisajes son pintorescos y el pueblo de Damme aún más. También puedes ir en bicicleta (ruta especial). El servicio de autobús local a Damme es muy limitado y el viaje desde la estación de tren de Brujas dura 24 minutos.

  • Sluis es una pequeña y encantadora ciudad histórica al otro lado de la frontera con los Países Bajos, donde termina el Damse Vaart (Canal Damme). Muy popular entre los belgas para ir de compras los domingos, ya que las tiendas están abiertas en ese momento. Un autobús directo conecta Brujas con Sluis, o puede ir en bicicleta por el carril bici a lo largo del Damse Vaart (17 km).

  • Ypres ( Ieper ) es un sitio importante de batallas de la Gran Guerra, cementerios, monumentos y tradiciones como el Último Mensaje (todas las noches). Muy popular entre los veteranos y los jóvenes interesados en las guerras. Lamentablemente, la conexión de transporte público entre Ypres y Brujas no es excelente, un viaje en tren dura 1 hora y 30 minutos, y una combinación de tren y autobús todavía toma al menos 1 hora. Por lo tanto, los viajes a Ypres solo son recomendables cuando tiene un automóvil disponible.

  • Ostende ( Oostende ) es el monumental balneario, llamado reina del balneario de las ciudades costeras. El rey Leopoldo II (1865-1909) construyó antes de que su atención se dirigiera al centro de la ciudad de Bruselas para construir su nueva capital. El balneario cosmopolita por excelencia del siglo XIX, lleno de encantadoras villas que han sido clasificadas como monumentos oficiales. Menos de 15 minutos en tren. Muy cerca, a unos 10 minutos en tranvía hacia Raversijde, se encuentra el Muro Atlántico, dos kilómetros de trincheras y galerías que datan de las dos guerras mundiales.

  • De Haan es un complejo de playa con muchos edificios extravagantes de estilo belle époque. Las calles residenciales están bordeadas por muchas casas pintorescas. De Haan es un viaje lateral fácil desde Brujas en tren a Ostende y luego en el tranvía costero ( Kusttram ) hasta la estación De Haan aan Zee.

  • Gante , Bruselas y Amberes son grandes destinos turísticos por derecho propio, y muy fáciles de llegar en tren (30 minutos a Gante, 1 hora a Bruselas y Amberes).

Pasión por el chocolate

Las chocolaterías son abundantes y el estándar siempre es alto. Se dice en la calle que puedes conseguir cualquier cosa cubierta de chocolate y moldeada. Hay una gran cantidad de chocolaterías en la Katelijnestraat.

  • Stef's ,Breidelstraat 18 (entre Markt y Burg). Una opción bastante barata.

  • Chocolatero Van Oost ,Wollestraat 11. Si está dispuesto a gastar un poco más, Chocolatier Van Oost en Wollestraat es imprescindible para el chocolate artesanal de alta calidad.

  • Dumon ,Eiermarkt 6, Excelentes creaciones de chocolate de muy alta gama. También elaboran bebidas de chocolate. editar

  • Het Chocoladehuisje ,Wollestraat 15, Bombones artesanos. Lugar donde se pueden comprar las originales pechugas de chocolate. Tiene una bonita pieza en su escaparate en ocasiones especiales.

  • La línea de chocolate ,Simon Stevinplein 19. Casi siempre tiene arte de chocolate original y divertido en su ventana. Dirigido por un chocolatero famoso (localmente), Dominique Persoone.

Para aquellos que no desean comprar chocolate en las chocolaterías, los supermercados locales también venden una buena variedad de chocolate producido en masa a precios bastante bajos. Para los más frugales, puede comprar barras gourmet de chocolate de 100 a 200 gramos por aproximadamente cada una. Buenas marcas para comprar son Côte-d'Or y Jacques, ambas belgas.

Cerveza

Si no desea nada más que una muestra de las cervezas belgas más famosas, los supermercados (¡no las tiendas nocturnas!) Son probablemente su mejor opción. Incluso tienen packs de regalo con vasos. También hay muchas tiendas de cerveza estilo boutique que venden paquetes de regalo de cerveza belga de alta calidad.

Arte

También hay muchas tiendas de arte y artesanía , con excelentes artistas locales. El encaje es arriesgado: si todo lo vendido fuera producido localmente, ¡toda la ciudad estaría trabajando en la industria del encaje! Sin embargo, hay una escuela para el encaje, donde todavía puedes conseguir "lo real".

La mayoría de los turistas europeos vienen los fines de semana, por lo que las tiendas abren de martes a domingo, pero muchas tiendas y museos cierran los lunes. Asegúrese de planificar con anticipación.



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PALACIO DE GOLESTÁN

 LUJO AL ESTILO PERSA


El
palacio de Golestán es un complejo palaciego de la ciudad de Teherán, empleado como residencia real por la dinastía Kayar (1785-1925).

Los edificios que lo componen datan de distintas fechas, iniciándose en el siglo XVI d.C. bajo el reinado del sah Tahmasp I Safaví, cuando se hallaban dentro de la ciudadela de adobe dentro del recinto de las murallas de la ciudad (arg). El palacio comprende los monumentos históricos más antiguos de Teherán.

La palabra persa gol-estân, también transcrita gulistan, es un compuesto de gol «flor» y el sufijo -stân «lugar», y significa «jardín de flores» o «lugar donde hay flores».

Historia

La ciudadela de Teherán se construyó en el reinado del sah Tahmasp I Safaví (1524-1576 d.C.), y fue más adelante renovada bajo Karim Jan Zand (1750-1779). Aga Mohammad Jan (1742-1797), de la dinastía Qayar, estableció en Teherán su capital, con lo que la ciudadela se convirtió en centro de los Kayar, y el patio y palacio de Golestán en residencia oficial de la familia real. En 1865, el palacio fue reconstruido en su forma actual por el arquitecto Hayi Abolhasán Navaí.

En época pahlaví (1925-1979), el palacio fue utilizado para recepciones oficiales de la realeza mientras los monarcas construían su propio palacio residencial de Niavarán al norte de la ciudad, en la ladera fresca y arbolada del Alborz. Las ceremonias más relevantes celebradas en el palacio de Golestán fueron la coronación de Reza Shah en el Trono de Mármol en 1925 y la de Mohammad Reza Pahlaví en 1941 en la sala de exposiciones.

Entre 1925 y 1945, gran parte de las dependencias del palacio fueron destruidas por orden de Reza Shah, con el argumento de que el vetusto palacio Qayar no debía estorbar el crecimiento de la ciudad moderna, y en lugar de los edificios antiguos se erigieron construcciones al estilo occidental contemporáneo.

Tras la Revolución Islámica de 1979, el palacio se convirtió en museo histórico y arquitectónico. La UNESCO aceptó la inscripción del Palacio en su Patrimonio de la Humanidad el 23 de junio de 2013.

El Trono de Mármol

La plataforma de mármol esculpido conocida como Trono de Mármol está situada en el iwán central del palacio, es una de las construcciones más antiguas de la ciudadela histórica, elaborada en 1806 por orden de Fath Alí Shah (1791-1834).

Fabricado con sesenta y cinco piezas de mármol amarillo de Yazd y adornado con pinturas, relieves, azulejos, estucos, espejos, esmaltes, ebanistería y celosías, el trono constituye un ejemplar de la más delicada escultura arquitectónica iraní.

El diseño del trono es del pintor mayor de la corte kayar, Mirza Baba Naqqash Bashí. La construcción fue supervisada por el maestro albañil Mohammad Ebrahim, y distintos artesanos reputados de la época contribuyeron a la ejecución de la obra. Algunos detalles del trono y del iwán donde está situado se terminaron en el reinado de Nasereddín Sah Kayar (1848-1896).

En el iwán se llevaban a cabo las coronaciones de los sah kayares y otras ceremonias oficiales, como el saludo anual de Noruz. La última coronación realizada en el Trono de Mármol fue la del rey autoproclamado Reza Shah en 1925.

Rincón de Karim Jan

El «rincón de Karim Jan» es parte de las dependencias interiores de la residencia del sah Karim Jan Zand (1750-1779), construidas en 1759. Consiste en la actualidad en un iwán o recinto abovedado destinado a encuentros íntimos o informales. Dentro del mismo hay una plataforma de mármol de menor tamaño y ornamentación mucho más sencilla que la del Trono de Mármol. Antiguamente hubo también en el centro del iwán un estanque con fuente, alimentado por el qanat real que descendía del Alborz, y cuya agua se usaba después para riego en el palacio.

En tiempos de Karim Jan, era la pieza intermedia entre los aposentos privados del rey y el jardín de flores (golestân) a las dependencias administrativas y ceremoniales del palacio (el Trono de Mármol). El rey Nasereddín Sah Kayar (1848-1896) hizo derruir la mayor parte de la sección y obstruir el pasaje, creando el rincón en su estructura actual, que utilizaba a menudo para pasar sus ratos de asueto en silencio, fumando un narguile. La lápida del propio Nasereddín Shah, tras numerosos desplazamientos, terminó situada en este mismo lugar.

 

Galerías pictóricas

Impresionado por los museos de Europa durante su segundo viaje, en 1872, Nasereddín Shah ordenó construir aquí una sala para exhibir pinturas, joyas reales y otros objetos. La colección original está actualmente dispersa por los distintos museos de Teherán, pero los cuadros continúan en el Palacio de Golestán; las obras europeas en el cuarto de la pila anexa al rincón de Karim Jan, y las iraníes en el «cuarto de pinturas» o galería.

Las obras iraníes se exponen en dos secciones, ordenadas para resaltar la evolución de la pintura iraní en la época kayarí. La sección meridional de la galería alberga cuadros de pintores de inicios del reinado, como Mirza Babá, Mehr Alí Afshar, Alí Akbar Jan Mozayyanoddoulé y Abolhasán Saní Saniolmolk (tío del pintor Kamalolmolk). La sección septentrional alojó a la Guardia Real en el reinado de Mohammad Reza Shah Pahlaví (1941-1979). Después de una renovación de calado considerable en 1995, acoge obras de los pintores tardíos de época de los Kayar, como Mahmud Jan Sabá Malek osh-shoará, Mohammad Gaffarí Kashaní Kamalolmolk, Mehrí y Musa Momayyez.

Shams ol-Emaré

El edificio conocido como Shams ol-Emaré «Sol de la construcción» es uno de los más destacados del complejo por su altura y su ornamentación. El edificio combina la arquitectura tradicional iraní con la europea.

Fue construido por orden de Nasereddín Shah antes de su primer viaje a Europa. El conocimiento de la arquitectura europea suscitó en el monarca el deseo de contar con un edificio semejante, elevado, desde el que poder contemplar una vista panorámica de su capital desde lo alto. Las obras se comenzaron en 1865 (1282 de la Hégira lunar) y terminaron dos más tarde, supervisadas por Dust Alí Jan Nezamoddoulé. Los planos se atribuyen a Moayyerolmamalek, y su ejecución, al aparejador Alí Mohammad KashíSalón de recepciones.El salón de recepciones «salón de saludos» o «salón del museo» fue construido tras el primer viaje de Nasereddín Shah a Europa en el año 1873 d.C. (1290 de la Hégira lunar). Viajeros y enviados diplomáticos de Europa refieren la magnificencia del salón en época de Nasereddín Shah, que contenía el Trono del Pavo Real así como parte de la colección real de pinturas europeas, además de distintos regalos de valor recibidos por la corte iraní y numerosas alhajas y piedras preciosas. En época Pahlaví, el Trono del Pavo Real y las gemas fueron trasladados al museo conocido hoy como Museo de Joyas Nacionales, y se reservó el salón para ceremonias oficiales, en particular la coronación tanto de Reza Shah en 1925 como la de Mohammad Reza Shah Pahlaví en 1941. En el salón se guardan aún varios objetos preciosos y cuadros de pintores iraníes como Kamal-ol-molk. Las paredes y techumbre ofrecen un excelente ejemplar de decoración con

Salón de los espejos

Una de las dependencias más destacadas del palacio de Golestán a pesar de su reducido tamaño, conocida por su excelente decoración con espejos. El salón fue diseñado por Haŷ Abdolhosein Memar Bashí Saní ol-Molk, aconsejado por el ministro de Arquitectura Yahya Jan Motamed ol-Molk.

Palacio Abyaz

El palacio Abyaz «Palacio Blanco» en persa-árabe fue construido con el fin de recopilar los numerosos regalos enviados a Nasereddín Shah por el sultán otomano Abdul Hamid II. Su construcción se completó en 1883 y desde 1968 es sede del Museo de Antropología de Teherán, con una exposición de ropas tradicionales iraníes y talleres de artes y artesanía.

Tâlâr-e Berliân

El «Salón Brillante» o «Salón de brillantes» recibe su nombre del elaborado trabajo artesanal con espejos que cubre columnas, paredes y techo. El salón fue construido por orden de Nasereddín Shah para sustituir un espacio anterior llamado «Salón de Vidrios» construido por Fath Alí Shah, segundo sah de la dinastía Kayar (1797-1834), que había arruinado la humedad. El Salón Brillante es apreciado por su trabajo de espejos y sus candelabros. Un cuadro de Yahya Jan Saní ol-Molk Ghaffarí, guardado en el Palacio, muestra la decoración del salón antes de la renovación llevada a cabo por Mozaffareddín Shah (1896-1907).

Emârat-e bâdgir

El «edificio captaviento», lugar de coronación de Mozaffaroddín Shah en 1896, fue construido hacia 1806, bajo el reinado de Fath Alí Shah y fue renovado a fondo, con cambios estructurales, en tiempos de Nasereddín Shah (1848-1896). La estructura previa a esa renovada está reflejada en una acuarela del pintor Mahmud Malek oš-Šoará (1811-1893). Le dan el nombre a la construcción cuatro torres «atrapavientos», sistema de refrigeración tradicional de la arquitectura persa, cubiertas de azulejo en colores azul, amarillo y negro, y una cúpula dorada. Las torres, conduciendo el aire hacia un estanque situado bajo el cuarto central del edificio, lo refrigeran cuando el estanque está lleno del agua que llega del Alborz a través de un qanat. Este cuarto central está enteramente recubierto de estuco, decoración de espejos, pinturas y el mejor vitral del conjunto del palacio, entre puertas en madera tallada. El edificio está flanqueado por dos espejos al estilo iraní, además de los relieves en estuco. Este cuarto central está enteramente recubierto de estuco, decoración de espejos, pinturas y el mejor vitral del conjunto del palacio, entre puertas en madera tallada. El edificio está flanqueado por dos balcones conocidos como gushvar «pendientes».

Salón de marfil

Al oeste del Salón Brillante se halla un «salón de marfil» construido en época de Nasereddín Shah después del salón de recepciones y del salón de los espejos y utilizado en la época para exponer regalos recibidos de cortes extranjeras y como cenador.

Salón de diamante

Situado en el ala meridional del palacio junto al Emârat-e Bâdgir, recibe el nombre por su excepcional ornamentación a base de espejos. El salón fue construido en tiempos de Fath Alí Shah. Nasereddín Shah lo renovó cambiando los arcos ojivales de los vitrales por arcos de medio punto, además de cubrir las paredes con papel pintado importado de Europa.



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A TRAVÉS DEL MEKONG

CORAZÓN DE INDOCHINA

El Mekong nace en las estribaciones del Tibet y, tras cruzar por completo la península Indochina, desemboca en el mar de China meridional a través de un inmenso delta que se desparrama en diferentes brazos e inunda el sur de Vietnam.

A lo largo de su recorrido, naturaleza y gentes de confusos orígenes conviven en una existencia tan diversa como distintos son los recónditos lugares en los que nacen y en cada tierra todos buscan la armonía con sus dioses.

Con sus aproximadamente 4.200 kilómetros, el Mekong (en sánscrito significa rio madre) es uno de los ríos más largos y caudalosos de Asia y del mundo.

Los tibetanos aseguran que tiene dos fuentes, en lo alto de un glaciar y junto a una montaña sagrada en la que habita un dragón. Quien bebe de estas fuentes disfruta de una larga vida.

Durante el monzón su nivel suele ascender entre diez y doce metros por encima de lo normal, de ahí que en muchos poblados que habitan en las márgenes construyan sus viviendas sobre plataformas elevadas porque saben las trágicas consecuencias de las crecidas del río.

En sus inicios discurre en cierto modo paralelo al Yang Tsé o río Azul, el más extenso de China. Atravesando las tierras de Yunnan recibe el nombre de Lancang Jiang o "río turbulento" y después baña las tierras de hasta seis países, desde China hasta Vietnam pasando por Birmania, Tailandia, Laos y Camboya, regando sus campos y convirtiéndolos en fértiles. Antaño separaba la Indochina francesa del reino de Siam.

Al cruzar por la región de Yunnan su recorrido se transforma en un exótico paisaje de lujuriosa vegetación que muchos escritores han descrito como un autentico jardín del Edén. Las selvas tropicales son el escenario incomparable en el cual habitan infinidad de especies de animales salvajes.

La zona está habitada por diferentes pueblos, los dong, dai, lahu, daba, etc… quienes merced a su aislamiento geográfico han conservado sus costumbres a través de los siglos y permanecen fieles a los ritos más ancestrales. En muchos casos, los animales, las plantas y la propia naturaleza forman parte de las divinidades a las que adoran.

Los campesinos suelen cultivar arroz en las proximidades de sus aldeas. Resulta vital para la subsistencia de la población.

Durante su recorrido existen algunos puertos naturales con gran actividad, en los cuales se cargan las más heterogéneas mercancías para abastecer diferentes pueblos diseminados por las orillas, no existiendo en ellos ningún tipo de infraestructura que no sea la propia maquinaria humana.

La zona denominada el triángulo de oro, donde el río ejerce de frontera entre Tailandia, Birmania y Laos, es una de las zonas productoras de opio más importantes del mundo.

La amapola del opio, cuyo extracto es conocido por sus fortísimas propiedades analgésicas e hipnóticas, siendo su derivado más importante la heroína, a lo largo de los siglos ha sido cultivada por las tribus de las montañas.

Tribus como los hmong o los mien cultivan la amapola del opio en las laderas montañosas y en terrenos pobres.

En épocas más modernas y después de los conflictos bélicos, el gobierno tailandés ha sustituido el cultivo de la amapola del opio por otros como el café y el tabaco, aparte de hacer rentable el turismo en la zona. A pesar de ello, después que el ejército destruye algunas plantaciones que aún persisten de forma ilegal, de nuevo y en otra parte, generalmente en lugares más inaccesibles, vuelven a surgir nuevas plantaciones. Lamentablemente el consumo no cesa y se ha convertido en un negocio muy rentable para los nativos.

El Mekong recibe a su paso por Laos el nombre de Mae Nam Khong o madre de las aguas y en épocas de monzón se convierte en el medio de comunicación por excelencia entre los poblados diseminados en sus orillas.

Aseguran que los casi 500 kilómetros que separan Luang Phrabang de Vientiane, en Laos, son los más bellos de todo el curso del Mekong, abriéndose paso la corriente entre una exuberante vegetación y envolviendo la atmósfera con un hechizo impregnado de misticismo y religiosidad.

En la intrincada y selvática geografía de Laos, el “reino del millón de elefantes”, un rincón realmente olvidado del sudeste asiático, todo parece estar allí desde siempre, es un mundo inmutable en el que tiempo se detuvo hace siglos y donde las cosas y las personas están tan identificados con su entorno y son tan fieles a su forma de vida que parecen formar parte del paisaje.

El budismo theravada que practican los laosianos les ha transformado en gentes de una exquisita sencillez y amabilidad, que tienen simplemente en el sonreír su respuesta al existir. Mirarse en sus ojos es reconocer y sentirse reconocido. Las sonrisas son también una forma habitual y afable de expresión, un signo de conciliación.

A través del cauce del río son palpables el hambre, la pobreza y las enfermedades que atenazan a los pobladores de muchas aldeas. Es la huella indeleble que dejaron muchos años de una guerra atroz.

Aún hoy, cruzar el Mekong continúa siendo para muchos la última esperanza de alcanzar la libertad, una vida mejor. Los vigilantes de la margen laosiana siguen escudriñando las aguas para detectar la presencia de aquellos que pretenden atravesar de forma clandestina el río y llegar a la otra orilla. Un salto a otro mundo distinto aunque geográficamente pertenezca a la misma península indochina.

Más adelante, las planicies centrales de Camboya ofrecen durante la estación de las lluvias un extraño y curioso espectáculo, dado que la región entera se convierte en una gran extensión de agua de poca profundidad que deja únicamente al descubierto los árboles que bordean los lechos de los ríos o las carreteras sumergidas. Las colinas se transforman en islas y el único medio de comunicación resultan ser las pequeñas embarcaciones. Sin embargo, estas inundaciones en lugar de ser un desastre, como podría pensarse, son una gran fuente de riqueza pues, al retirarse las aguas, dejan grandes depósitos de cieno muy fértil, lo cual hace que las llanuras sean el granero de arroz de toda Camboya. y los bosques sumergidos ofrezcan las condiciones ideales para el desarrollo de la pesca. 

Toneladas de pescado se exportan a Vietnam a través del Mekong, siendo transportado en juncos.

A TRAVÉS DE CAMBOYA

A su paso por la tierra camboyana, el curso del Mekong se vuelve lento y parece sumirse en un silencio sobrecogedor, quizá como respetando el recuerdo de los miles y miles de víctimas, etnias y poblaciones enteras que perecieron durante el sanguinario régimen de Pol Pot y los jemers rojos (1975-78), cuando tuvo lugar en estas tierras el mayor genocidio que se recuerda en la historia de la humanidad, mientras sus afluentes inundan los campos y convierten las grandes extensiones de terreno en tablas de verdes arrozales e infinitas charcas rodeadas de palmeras, al margen de las rutas a través de la jungla que conducen a Siem Reap, donde se encuentran los maravillosos templos de Angkor.

Phnom Penh es la ciudad más importante que el río cruza durante su largo recorrido.

Al llegar a las tierras de Annam, el río se desborda ante la imposibilidad de controlar su propia magnitud y queda dividido en infinidad de brazos, formando un delta que suele tener alrededor de 30.000 kilómetros cuadrados. Un final majestuoso y saturado de vida, una explosión de la naturaleza que invade los más recónditos lugares de este extremo del sudeste asiático. Se trata, sin lugar a dudas, de una de las regiones más fértiles de Vietnam.

En esta zona viven diferentes comunidades y gentes pertenecientes a sectas distintas como la Cao Dai y la Hoa Hao.

Sus mercados son excepcionales y en ellos se vende absolutamente de todo, arroz, maíz, sésamo, cacahuetes, plátanos, melones, tabaco, etc… Algunos de estos mercados son flotantes y resultan realmente multicolores. La venta que se realiza a través de las pequeñas embarcaciones y por los diferentes canales constituye un auténtico espectáculo. Ni siquiera la más desbordante imaginación sería capaz de reflejar tan insólita expresión de luz y color, sin embargo, no se trata de ninguna ficción sino de una palpable realidad.

Indochina ha sido un paraíso desconocido para el gran viajero debido a las guerras que la han asolado durante muchos años, sin embargo, el fantasma queda atrás, se va recuperando la normalidad y las agencias incluyen ya Vietnam, Laos y Camboya en sus ofertas.

Ho Chi Ming o lo que es igual, la mítica Saigón es una ciudad alegre y capaz de aglutinar marcados contrastes, con bulliciosas calles en las que trata de abrirse paso un tráfico caótico, aunque muy lejos de ser como Bangkok, por citar un ejemplo y unos mercados curiosísimos. Su gente es muy amable y el ambiente encantador.

Cuando cae el siempre enigmático manto de la noche sobre la ciudad, la vieja y atormentada Saigón cobra una vida diferente para convertirse en un oasis que deja entrever inimaginables fantasías.

Esta antigua posesión del Imperio Jemer merece ser visitada, al igual que otras urbes como Hanoi, Haiphong, Da Nang o Hué, sin olvidar por ello el mercado flotante de Cai Be, la playa de Bai Duong, una de las pocas opciones para bañarse en el mar, Can Tho o Vinh Long.

Durante años el trasbordador de Vinh Long (una lata flotante) prestó un excelente servicio a la economía al ser paso obligado de camiones repletos de frutas de todas clases y arroz, además de pangolines, anguilas, pollos, patos, etc… Largas colas de vehículos aguardan para cruzar todos los días y ofrecen una visión tan romántica como nostálgica.

En el delta hay infinidad de islas habitadas. En ellas abundan los manglares, huertos de frutas y pequeños bosques de bambú.

Remontando el Mekong por alguno de sus brazos principales se llega a la frontera camboyana, cerca de Chau Doc. En realidad, todo Vietnam constituye una aventura dado que las infraestructuras aún están reducidas a la mínima expresión y en ello radica precisamente uno de sus peculiares encantos

Extasiado en la contemplación de las turbias aguas del gran Mekong en un sosegado atardecer y mientras los últimos rayos de sol quedan reflejados en el cauce del río, el viajero tiene la oportunidad de observar como las siluetas de los pescadores que lentamente se deslizan con sus sampanes parecen recortarse en un paisaje tan sugestivo como impregnado de misterio y fascinación.


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EL MUSEO DE LAS MOMIAS

 

En pleno valle medio del río Ebro y frontera entre el vergel del valle y la sequedad de la estepa circundante, se sitúa la población de Quinto, capital administrativa de la Comarca Ribera Baja del Ebro.

Con más de dos mil años de historia, este municipio ribereño acumula vestigios de épocas pasadas que han configurado tanto la fisonomía del casco urbano como el carácter de sus vecinos. Fue bautizado por los romanos con el nombre de Quintus por distar cinco miliarios hasta la colonia romana Lépida Celsa.

Dominando todo el caserío se sitúa la antigua iglesia de la Asunción, conocida popularmente como El Piquete. Se trata de un edificio de grandes dimensiones de fábrica mudéjar y de origen defensivo-militar, pudiéndose datar el inicio de la construcción a los primeros años del siglo XV, atribuyéndose la obra a Mahoma Ramí, arquitecto de Benedicto XIII (el Papa Luna).

Este edificio de titularidad municipal, fue reabierto al público en el año 2017 para uso sociocultural tras más de tres décadas de restauración. El impacto de la Guerra Civil (1936-1939) hizo que gran parte del pueblo quedase devastado por lo que fue necesaria una rápida y gran intervención que permitiera a la población volver a habitarlo. La Batalla de Quinto dejó, además de numerosas bajas civiles y de una sociedad dividida, como en otros lugares, varios edificios públicos en ruina, siendo El Piquete la imagen más impactante de los desastres de la guerra.

LOS PORTALES DE QUINTO

San Miguel, San Antón y San Roque, son un conjunto de edificaciones que servían como puertas del casco urbano y, algunas de ellas, como aduana. Cerraban el municipio junto con unas murallas formadas por las traseras de las viviendas de las cuales poco se conserva debido a la expansión del propio casco urbano tras la Guerra Civil.

EL MUSEO DE LAS MOMIAS

Situado en el interior de El Piquete, consta de una exposición permanente de quince cuerpos momificados de los siglos XVIII y XIX y de elementos funerarios y rituales religiosos. Se trata del primer museo en España de estas características.

Fue durante las últimas fases de restauración de El Piquete cuando se descubrieron una serie de enterramientos en el interior de la iglesia que, de forma natural, habían quedado conservados en perfectas condiciones. Nació así un fenómeno que recorre la geografía nacional y es bautizado como “Las momias de Quinto”.

Tras varios años de investigación, documentación y conservación preventiva, fue en el año 2018 cuando el Ayuntamiento de Quinto puso en marcha un museo para mostrar la colección de restos humanos momificados de los siglos XVIII y XIX, junto con elementos funerarios y religiosos aparecidos durante las tres campañas de excavación arqueológica.

Este museo se convierte en el primer espacio expositivo de estas características de nuestro país pues, además de albergar quince cuerpos en perfectas condiciones de conservación, quedan expuestos en el mismo lugar donde fueron inhumados. Todo ello permite al visitante vvir una experiencia única, sin precedentes y que le permite encontrarse de frente con la vida y con la muerte en un marco incomparable como es El Piquete.

Las Momias de Quinto consolidan a este municipio como destino turístico aderezándolo con otros recursos que ofrecen al visitante una experiencia completa. Los portales de San Miguel, San Antón y San Roque, los edificios de posguerra como las escuelas públicas, la casa consistorial o la nueva iglesia de la Asunción, el palacio renacentista conocido como La Casa del Cura (siglo XVI). Además, el río Ebro con sus meandros, sus mejanas y su bosque de ribera pueden observarse recorriendo el Camino Jacobeo del río Ebro, junto con el monte, con sus grandes zonas esteparias, los regadíos sociales o la flora y fauna que pueden contemplarse en la Reserva Ornitológica de El Planerón.

UNA GASTRONOMÍA ENVIDIABLE

No debe olvidar el visitante que, además de todo lo anterior, Quinto cuenta con una gastronomía realmente interesante que puede comprobarse en cualquiera de sus restaurantes. Destaca el ternasco de Quinto, los productos de la huerta como los espárragos o verduras, la cebolla D.O.P. Fuentes de Ebro que sale también de su propia huerta, los productos derivados del cerdo… Unos manjares que ningún turista puede obviar.

Sin lugar a dudas, vale la pena realizar una detenida visita a Quinto, recorrer esta población, saborearla. Y al respecto nos permitimos recomendar: una escapada de fin de semana, alojarse en sus establecimientos y completar las jornadas con otros lugares cercanos muy atractivos, tales como el Monasterio de Rueda, los yacimientos romanos de Lépida Cesa, el pueblo viejo de Belchite, Fuendetodos el pueblo natal de Goya…

Recorrer Quinto y visitar el Museo de las Momias, resulta una experiencia muy interesante.


NOTA – Las fotos son cortesía del Museo de las Momias de Quinto.