Descubrir Palenque, en el corazón mexicano de
Chiapas, supone tanto como un viaje a uno de los últimos reductos de los mayas,
cuya lengua y tradiciones ancestrales ellos conservado hasta nuestros días.
Palenque
es un yacimiento arqueológico ubicado en el estado de Chiapas, muy cerca del
río Usumacinta. Es uno de los lugares más impresionantes relacionados con esta
cultura. En comparación con otras ciudades mayas, se la considera de tamaño
mediano. Menor que Tikal o Copán, pero destaca por su acervo arquitectónico y
escultórico.
El
área descubierta hasta 2005 abarca unos 2,5 kilómetros
cuadrados, pero se estima que solo se ha explorado menos de un 2% de la
superficie total que alcanzó la ciudad, permaneciendo aún más de mil estructuras
cubiertas por la selva.
INTERESANTES EXPLORACIONES
Situada
al norte de la llamada Selva Lacandona, la ciudad estaba abandonada cuando tuvo
lugar la conquista de México en el siglo XVI. La primera visita de un europeo a
Palenque fue la de fray Pedro Lorenzo de la Nada en 1567. Por aquel entonces la región era
conocida por el pueblo chol como
Otolum o “Tierra de Casas Fuertes”, por lo cual todo derivó y fue traducido
como Palenque que significa fortificación.
La
comunidad de Santo Domingo de Palenque fue fundada en las cercanías de la zona
arqueológica hacia el siglo XVII. Sin embargo, no hay registros de que se
hubiera prestado alguna atención a la ciudad abandonada hasta 1773, cuando
Ramón de Ordoñez y Aguilar la visitó e informó al Capitán General de Guatemala.
En consecuencia fue hecha una segunda visita al año siguiente, la cual
determinó que las ruinas eran de alto interés, por lo que dos años más tarde,
el explorador y arquitecto Antonio Bernasconi fue enviado para detallar el
lugar, acompañado por un contingente militar.
Cuando
exploraban los restos abandonados, las tropas derrumbaron varios muros para
poder acceder al interior de las construcciones, produciendo un daño
considerable a las mismas. Bernasconi dibujó el primer mapa moderno de la ciudad
e hizo copias de algunos bajorrelieves.
Hubo
después, ya en pleno siglo XX, varias expediciones, siendo quizás la más
relevante la de Frans Blom en 1923, quien trazó mapas de la parte reconocida de
la ciudad, además de otras áreas mucho menos exploradas, informando al gobierno
mexicano de sus logros, con recomendaciones del trabajo que debía hacerse para
la conservación de las ruinas.
Entre
1949 y 1952, el gobierno mexicano, mediante el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH), envió a un equipo de excavación e
investigación, encabezado por el arqueólogo mexicano Alberto Ruiz Lhuillier.
Entre las contribuciones de este equipo, destaca el descubrimiento, bajo el
Templo de las Inscripciones, de la tumba de Pakal el Grande, considerada por
muchos como la tumba más importante hallada hasta la fecha en toda el área
mesoamericana. El propio Alberto Ruiz fue el primer ser humano en observar la
tumba en más de mil años.
La
intuición de Merle Greene Robertson llevó a que, en 1973, tuviera lugar la
primera de las mesas redondas de Palenque, una serie de encuentros de
estudiosos de los mayas para discutir y examinar nuevos hallazgos. Robertson ha
hecho contribuciones a la exploración de Palenque, principalmente en lo que
respecta al registro de trazas de color en las esculturas. Las actividades de
investigación arqueológica han sido prácticamente ininterrumpidas.
FASCINANTE HISTORIA DEL PALENQUE MAYA
Se
cree que los mayas fundaron Lakam Ha
durante el periodo Formativo (2500
a.C. - 300), alrededor del año 100 a.C., como una aldea
predominantemente agrícola, y favorecida por los numerosos manantiales y
corrientes de agua de la región.
La
población creció durante el periodo Clásico Temprano (200-600), hasta ser una
ciudad, llegando a ser la capital de la región B’akaal (hueso), comprendida en la zona de Chiapas y Tabasco, en el
periodo Clásico Tardío (600-900). La más antigua de las estructuras que han
sido descubiertas fue construida alrededor del año 600.
B’akaal fue un
centro importante de la civilización maya entre los siglos V y IX, durante los
cuales alternó épocas de gloria y de catástrofe, de alianzas y guerras. En más
de una ocasión hizo alianzas con Tikal, la otra gran ciudad maya de la época;
en especial para contener la expansión del belicoso Calakmul, también llamado
“Reino de la Serpiente”.
Calakmul resultó victorioso en dos ocasiones, en el 599 y 611. Los gobernantes
de B’akaal proclamaban que el origen
de su linaje venía del pasado remoto, algunos inclusive jactándose de provenir
de tiempos prehistóricos, llegando a la creación del mundo actual que, en la
mitología maya, fue en el año 3114
a.C. Las teorías arqueológicas modernas especulan que la
primera dinastía de sus regidores fue probablemente olmeca.
LAS ESTRUCTURAS PRINCIPALES
- Templo de las Inscripciones. Se trata de un templo sobre una pirámide escalonada localizada en el costado oriental. Tiene este nombre por tres tableros de roca con inscripciones jeroglíficas, que se encuentran dentro del templo. Los jeroglíficos detallan la historia de la dinastía regente en la ciudad, y los hechos de Pakal el Grande. La estructura está decorada con relieves hechos en estuco. En el interior del templo, una baldosa cubría la escalinata que descendía dentro de la pirámide, que en dos tramos, llegaba a la cripta funeraria de Pakal. Tanto el sarcófago y la losa que lo cubre, como los muros de la cripta, están decorados con bajorrelieves que muestran, entre otras cosas, la muerte de Pakal y su descenso al inframundo, donde toma la identidad de uno de los dos gemelos que, en el Popol Vuh, derrotaron a los señores del inframundo y alcanzaron la inmortalidad. En los jeroglíficos de la cripta, se describen también el origen y los ancestros de Pakal, así como la banda celeste y una serie de deidades mayas.
- El Palacio. Más que un edificio, se trata de un complejo de edificios interconectados, que fueron construidos, remodelados y modificados a lo largo de cuatrocientos años, sobre una terraza artificial. Está situado en la parte central de la zona arqueológica, y su nombre se debe a la conjunción de patios, crujías y la torre de cuatro cuerpos que lo caracteriza. Contiene esculturas y bajorrelieves en estuco de alto valor artístico.
- Acueducto. Se trata de una estructura abovedada de tres metros de altura, conduce al río Otulum por debajo de la plaza principal de Palenque, en la sección que corresponde a la fachada oriental del Palacio. El acueducto se complementa con un puente de piedra construido aguas abajo, en el lugar conocido como Baño de la Reina, al extremo norte del grupo principal.
- El conjunto de las Cruces. Formado por el Templo de la Cruz, el Templo del Sol y el Templo de la Cruz Foliada. Es un conjunto de templos sobre pirámides escalonadas, cada uno con elaborados relieves en su interior. Los templos conmemoran el ascenso al trono del señor Chan Bahlum II, tras la muerte de Pakal el Grande, y muestran al nuevo señor recibiendo la grandeza de manos de su predecesor. Las cruces a las que aluden los nombres de los templos, son en realidad representaciones del árbol de la creación que se encuentra en el centro del mundo, de acuerdo a la mitología maya. El Templo de la Cruz aún conserva la crestería y un muro calado que coronaba la estructura. En su interior estaba el tablero central (hoy exhibido en el Museo Nacional de Antropología) que tiene una representación del monstruo de la Tierra, del cual brota una planta de maíz. Sobre la planta, flanqueada por dos figuras humanas, se encuentra posada un ave fantástica. El Templo de la Cruz ha perdido su fachada, y solo la segunda crujía se conserva completa.
- Templo del León. Se encuentra unos doscientos metros al sur del grupo principal. Debe su nombre al elaborado bajorrelieve, hoy destruido, que representaba a un rey sentado sobre un trono en forma de un jaguar bicéfalo.
- Templo del Conde. Fue llamado así por Waldeck, quien lo habitó durante su estancia en Palenque y, entre otras extravagancias, se acreditaba a sí mismo el título de conde (otras veces asumía los títulos de barón y duque). El elegante edificio tiene un basamento escalonado de cinco cuerpos. En la parte superior está un templo que conserva la totalidad de sus elementos arquitectónicos originales.
- Juego de pelota. Dos plataformas paralelas formaron la estructura para el juego de pelota. Sin embargo, aún se requieren trabajos de exploración y consolidación.
En
este territorio viven diferentes etnias que se identifican entre sí merced a
sus vestidos muy diversos. De los más de tres millones de chiapanecos que existen, una tercera parte de ellos son indígenas
pertenecientes a dos etnias mayoritarias, los tzeltales y los tzotziles,
pero también pueden encontrarse lacandones, tojolabales, zoques y choles. El
entorno en el que viven es poco menos que paradisíaco, no en balde por todas
partes surgen impresionantes cataratas de aguas transparente y una exuberante
vegetación.
El
centro urbano más importante y próximo a Palenque es San Cristóbal de las
Casas, sin lugar a dudas, una de las ciudades más hermosas del estado de
Chiapas.
Resulta
en verdad muy interesante descubrir este maravilloso rincón del mundo maya, uno
de los lugares de México, todavía bastante desconocido.
(Ver
interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)