C O R F Ú



ENTRE DIOSES Y LEYENDAS


Situada frente a la costa noroeste del Epiro y la sur del Epiro albanés, Corfú es una isla griega del mar Jónico. Forma parte de la unidad periférica y constituye un único municipio, que incluye la propia isla y el pequeño archipiélago de Diapontia.
Su historia está repleta de batallas y conquistas. Herencia de estas luchas son las fortalezas que sobresalen estratégicamente a lo largo de toda la isla. Dos de ellas rodean la capital, que es la única ciudad de Grecia fortificada de esta manera. Por ello, Corfú ha sido declarada oficialmente Kastrópolis o “ciudad de los castillos” por el propio gobierno griego. Durante muchos años siglos estuvo bajo el control de Venecia, que rechazó varios asedios otomanos, antes de caer bajo el control británico tras las guerras napoleónicas. Las autoridades británicas acabaron constituyendo una especie de Estados Unidos de las Islas Jónicas, que en 1864 se fusionaron con la Grecia moderna a raíz del Tratado de Londres.
En 2007, la ciudad vieja de Corfú fue inscrita por la UNESCO en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
La isla de Corfú con un área de 593 kilómetros cuadrados es la mayor -y de las mayores la más septentrional- de las islas Jónicas, también conocidas como Heptaneso o Heptanisia (siete islas). Se encuentra muy próxima al Epiro de la costa continental, de cuya parte albanesa le separan apenas dos kilómetros del estrecho septentrional de Corfú.
La longitud de la isla es de 85 kilómetros, con un ancho promedio de 18 kilómetros. Su relieve es muy accidentado, si bien pueden distinguirse dos zonas: la septentrional mucho más abrupta, donde se encuentra la máxima cumbre: el monte Patocrator o Salvador con 966 metros de altitud. La zona meridional es considerablemente menos accidentada poseyendo algunas pequeñas llanuras.
La unidad periférica de Corfú tiene una extensión de 641 kilómetros cuadrados y está constituida por la propia isla, que conforma un municipio (dimos) junto con las islas menores de Othonoi, Mathraki y Erikusa, además de algunos islotes; y el archipiélago de Paxós y Antipaxos, que conforman otro municipio.
La ciudad de Corfú, capital de la unidad periférica y del resto de las islas Jónicas, se encuentra aproximadamente en el centro de la costa oriental de la isla. Aunque los griegos de Corinto colonizaran la isla hace más de 2500 años, y pese a haber estado poblada principalmente por griegos desde entonces, su arquitectura tiene muchas similitudes con la propia de las poblaciones portuarias italianas, señal de su largo periodo de pertenencia a la República de Venecia.

UNA ACCIDENTADA HISTORIA
La isla está relacionada con la historia de Grecia desde el principio de la mitología. Su nombre griego, Kérkyra o Kórkyra se halla en relación con dos poderosos símbolos acuáticos. Poseidón, dios del mar, y Asopo, un importante río de Grecia. Según el mito, Poseidón se enamoró de Córcira, hija de Asopo y la ninfa Metope y la raptó. Poseidón la llevó a la isla, hasta entonces sin nombre, y como regalo nupcial le dio su nombre, Kórkyra, que acabó evolucionando a Kérkyra. Juntos, tuvieron un hijo llamado Féax, héroe epónimo de los feacios, posteriores habitantes de la isla.
Por lo anterior, también se la relaciona con la EsquerIa o “isla de los feacios” mencionada en la Odisea, ya que acogieron a Ulises durante su regreso a Itaca.
Otros nombres que se le han dado, sobre todo en literatura, son: Drepani, Arpi, Markris, Cassopaea, Argos, Gorgo y Gorgyra.
Hacia el año 734 a.C. los corintios colonizaron la isla. En el 435 a.C. la pugna con la metrópolis significó la alianza de Córcira con Atenas por lo que durante toda la guerra del Peloponeso se mantuvo junto a Atenas participando con su flota en diversas operaciones.
Los duros enfrentamientos entre los partidos aristocrático (pro-espartano) y democrático terminaron con la ejecución de los aristócratas tras ser derrotados por los demócratas ayudados por una fuerza ateniense. Tras la derrota ateniense (404 a.C.) pasó a estar un periodo bajo la hegemonía espartana hasta el 375 a.C. en que Timoteo restableció el dominio ateniense.
Tras haber estado bajo el influjo del Imperio de Alejandro Magno y los reinos del Epiro –principalmente el de Pirro-, en el 229 a.C. fue incorporada al dominio de la potencia romana. De este modo pasó a ser luego parte del Imperio Romano de Oriente.

DE LA EDAD MEDIA AL SIGLO XIX
Así durante gran parte de la Edad Media el poder sobre la isla fue ejercido por el Imperio Bizantino, aunque con alternancias ya que cambió de manos en diversas ocasiones, siendo posesión de los árabes en el siglo VII, y luego de los normandos establecidos en Sicilia a partir de las campañas de Roberto Guiscardo en el siglo IX, si bien el basileos o emperador bizantino Manuel Comneno logró recuperar la isla en 1140 gracia a la flota que comandaba Stephanos Kontestephanos que murió en la batalla. En el siglo XII comenzó el influjo de Venecia y en el XIII Teodoro Angelos Dukas Comneno se anexó el archipiélago como parte del Epiro en lo real independiente del Imperio Bizantino.
En 1269 la isla cayó en poder de Carlos de Anjou. Durante el siglo XIII el territorio estuvo bajo la órbita de los angevinos instalados en Nápoles y Sicilia hasta las llamadas vísperas sicilianas. Los bizantinos intentaron nuevamente recobrar este estratégico territorio. Sin embargo, en la isla se reforzó el poder veneciano. De este modo la República de Venecia logró ejercer su dominio hasta 1797, pese a los continuos asedios por parte de los turcos otomanos. En el citado año de 1797 por el Tratado de Campoformio, Corfú pasó al dominio de Francia regida por Napoleón I. Sin embargo, los ingleses expulsaron a las tropas francesas, y así en 1815, durante el Congreso de Viena, Corfú, al igual que el resto de las islas Jónicas quedó bajo el dominio de Inglaterra.
Debido a la fuerte oposición de los griegos a la presencia del poder inglés, las islas fueron devueltas a Grecia en 1864.
En 1916 dada la inicial neutralidad griega fue ocupada por tropas francesas y transformada en lugar de refugio para las tropas serbias y montenegrinas. Por este hecho es que en 1917 la ciudad fue sede de la Declaración de Corfú en la cual se proclamaba la creación del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos que luego pasó a ser Yugoslavia. La soberanía griega sobre las islas se recuperó al concluir 1918.

POSICIÓN ESTRATÉGICA EN LOS SIGLOS XX y XXI
En 1923, Mussolini hizo bombardear Corfú e intentó hacer ocupar las islas Jónicas ya que las consideraba parte de Italia. Tal ocupación fue, sin embargo, fácilmente rechazada.
Durante la Segunda Guerra Mundial, a fines de 1939, el archipiélago -como toda Grecia- tras una denodada resistencia, cayó bajo la ocupación de Italia y Alemania, en las postrimerías del conflicto bélico mundial. Las tropas alemanas realizaron en esta zona auténticas matanzas (cabe destacar las de Cefalonia) de soldados italianos al saberse la rendición italiana ante los aliados. En 1944 las fuerzas griegas con apoyo logístico de los demás aliados lograron liberar la isla de Corfú junto con otras islas y archipiélagos griegos.
Inmediatamente tras la Segunda Guerra Mundial, la isla, de gran importancia estratégica, fue teatro de combates y escaramuzas entre las fuerzas griegas comunistas y anticomunistas, de modo que durante el periodo 1945-1949 la isla fue una pieza para contener al Pacto de Varsovia. Esto significó una muy lenta recuperación económica durante este periodo y las décadas consiguientes. Ya después de 1974, al instaurarse y consolidarse un estado republicano y democrático en Grecia y encontrarse pacificado el estado griego, se comenzó a hacer notoria una acelerada prosperidad económica basada principalmente en el turismo.
En 2001 el nomos de Corfú poseía una población de aproximadamente 120.000 habitantes, con una densidad de 176 habitantes por kilómetros cuadrados. La capital contaba entonces con unos 31.000 habitantes.
El gentilicio más frecuente es corfiota, aunque a veces también se les denomina corfianos.

CORFÚ, LA CAPITAL
La principal ciudad de la isla tiene en la actualidad alrededor de 29.000 habitantes y en las últimas décadas se ha convertido en un auténtico centro turístico. Se la conoce también como Kastrópoli debido a sus dos castillos.
El municipio tradicional de Corfú se extendía por la costa noroccidental de la isla, desde la ciudad a la parte central y tenía una superficie de unos 42.000  kilómetros cuadrados, incluyendo las localidades de Kanáli, Potamós, Kontokáli, Alepoú y Gouvia. Tras la aprobación de la nueva división administrativa de Grecia en 2011, el municipio abarca la totalidad de la isla de Corfú y las islas de Othonoi, Erikusa y Mathraki.
La ciudad se alza sobre la parte ancha de una península, cuya terminación en la ciudadela veneciana está cortada por un foso artificial formado en un barranco natural, con una zanja de agua salada en el fondo, que sirve también como una especie de puerto deportivo conocido como Contra-Fossa.
La ciudad vieja ha crecido dentro de las fortificaciones, donde cada metro de terreno era precioso, es un laberinto de callejuelas pavimentadas con guijarros, a veces tortuosos pero en su mayor parte muy agradables todas ellas, coloristas y muy limpias. A estas calles se las llama kantounia y las más antiguas a veces siguen las suaves irregularidades del terreno, mientras que muchas de ellas son demasiado estrechas para el tráfico de vehículos.
Hay un paseo marítimo junto a la costa hacia la bahía de Garitsa y también una bella explanada entre la ciudad y la ciudadela llamada Liston, donde abundan los restaurantes exclusivos y al estilo europeo.
En la ciudad no hay que perderse una visita al Museo de Arte Asiático de Corfú, uno de los más importantes de Europa en su especie, además del Museo del Papel Moneda, uno de los más completos de todo el mundo.
La Universidad Jónica se fundó en 1984 bajo el gobierno de Andreas Papandreu, pero es descendiente directa de la Academia Jónica que se creó en 1824 y fue la primera institución académica de la Grecia moderna.
La ciudad goza de un clima mediterráneo. Los veranos son cálidos con una humedad moderada y las temperaturas alcanzan los 33º C. Los inviernos son suaves y las temperaturas rondan los 10º C.

UN INTERESANTE PATRIMONIO
Las antiguas fortificaciones de la ciudad, anteriormente tan amplias que requerían una fuerza de entre diez mil y veinte mil soldados para encargarse de ellas, fueron en gran parte derruidas por los ingleses en el siglo XIX. En varias partes de la ciudad se pueden encontrar casas de la época veneciana, con algunos rasgos de su pasado esplendor, pero son pocas comparadas con las casas neoclásicas de los británicos de los siglos XIX y principios del XX. El palacio, construido en 1815 por Sir Thomas Maitland (Lord comisionado de las Islas Jónicas) es una gran estructura de piedra maltesa blanca. Cerca de Gasturi se alza el Achilleion de estilo pompeyano, el palacio construido para la emperatriz Isabel de Austria y adquirido en 1907 por el emperador alemán Guillermo II.
De las 37 iglesias griegas existentes, las más importantes son la catedral, dedicada a Nuestra Señora de la Cueva; la de San Spiridón, con la tumba del santo patrón de la isla; y la iglesia suburbana de San Jasón y San Sosipatro, supuestamente la más antigua de la isla. La ciudad es la sede de un arzobispado católico y otro griego ortodoxo; y posee un gymnasium, un teatro, una sociedad agrícola e industrial y una biblioteca y museo conservados en los edificios anteriormente dedicados a la universidad, que fue fundada por Frederick North, quinto conde de Guilford (1766-1827) pero disuelta al cese del protectorado inglés.
El templo de Artemisa es un edificio griego antiguo en Corfú, construido alrededor del año 580 a.C. en la antigua ciudad de Korkyra, en el actual barrio de Garitsa. El templo fue dedicado a Artemisa y funcionó como santuario. Es conocido como el primer edificio dórico construido exclusivamente de piedra con un perímetro de 23,46 metros por 49 metros y una orientación hacia el este donde la luz podía entrar en el interior del templo al amanecer.
Desde 2005 la principal actividad económica es el turismo, ya interesante desde fines del siglo XIX. Por ejemplo la Emperatriz Elizabeth de Austria, conocida como Sissi, poseía una villa de recreo en la isla.
Estrechamente relacionadas con el turismo se encuentran otras actividades económicas: la producción de vid y vinos, aceitunas y aceite de oliva, limones, naranjos, o lo que es igual elementos básicos de la gastronomía típica que resulta uno de los tantos atractivos turísticos. Situación semejante es la de las pequeñas, si bien lucrativas industrias que producen de forma casi artesanal textiles y cerámicas.
La ciudad de Corfú posee un buen puerto de aguas profundas cotidianamente visitado por los transbordadores y ferrys que comunican Brindisi y Bari en Italia y con Igoumenítsa y Patras en la Grecia peninsular.
Aparte de descansar en sus recónditas y agradables playas, los turistas son auténticos entusiastas de sus monumentos, sus iglesias bizantinas, templos griegos y romanos, las fortalezas venecianas… Vale realmente la pena acercarse a este rincón griego de Corfú, la segunda mayor de las islas Jónicas en el Mediterráneo.

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