UN PARAÍSO DE VIDA SALVAJE
Hasta el año 1968,
Botswana fue un protectorado británico bajo el nombre de Betschuanalandia y
durante largo tiempo un país casi olvidado para los viajeros. Sin embargo, en
las últimas décadas está viviendo una gran transformación: a los fantásticos
parajes naturales del Norte, especialmente el Parque Nacional de Chobe y la Reserva salvaje de Moremi,
en el delta del río Okavango, hay que añadir la Central Game Reserva
del Kalahari. Auténticos paraísos vírgenes para la vida salvaje y hábitat
natural de los que muy posiblemente sean los últimos bosquimanos del planeta.
Todo ello ha convertido
a Botswana en un país ideal para los viajes de aventura y los safaris
fotográficos.
Nada parecido ocurre en
toda la Tierra. El
río Okavango, tras avanzar lentamente desde las tierras de Angola, en lugar de
desembocar en el mar, forma un abanico fluvial en mitad del desierto,
desgajándose hasta desaparecer por un laberinto de canales, lagunas e islotes a
lo largo y ancho de unos 22.000 kilómetros cuadrados, según los
caprichos de sus crecidas.
Paladear la serenidad y
la fuerza de semejante escenario, recompensa con creces haber llegado hasta
este extraordinario rincón de Botswana. Sin embargo, hay todavía más. Y es que
esta inmensidad anfibia está habitada por una barbaridad de fauna salvaje,
incluidos los cinco grandes del safari: el elefante, el búfalo, el rinoceronte,
el león y el leopardo, con la particularidad de que estos últimos, a causa de
los flujos y reflujos de las aguas, en ocasiones se ven obligados a darse
chapuzones para dar caza a sus presas, añadiéndole al Okavango la singularidad
de sus felinos nadadores. A estos cinco mamíferos citados, con frecuencia se
les pueden añadir los guepardos y los licaones.
LOS GRANDES COLOSOS DE LA JUNGLA
Al margen de convertirse
ocasionalmente en buenos nadadores, sobre todo cuando la crecida de las aguas
en la época veraniega les deja aislados en islotes que antílopes e impalas, sus
presas habituales, abandonan, los leones del Okavango son famosos por su tamaño
y fortaleza.
En la Chief Island, en el Parque
Nacional de Moremi, existe una pequeña población de leones en disminución que
se alimenta exclusivamente de búfalos. Se calcula que una veintena de leones
acosan y son acosados por un millar de búfalos que se atreven a enfrentarse a
ellos. Los felinos son extraordinariamente musculosos, pues la caza del búfalo
negro exige una fortaleza enorme. Generalmente son las leonas las que atacan a
la manada, siempre prefiriendo el ejemplar más débil, pero cuando éste es
atacado y yace en el suelo, el resto de la manada de búfalos se vuelve y con
los cuernos y las patas atacan a su vez a sus depredadores. Una lucha por la
supervivencia que resulta extraordinaria.
Por lo que hace
referencia a los elefantes, son abundantes en el Okavango. Muchas son las
señales de su avance por todas partes: excrementos, árboles derribados, sendas
del paso de las manadas, que en ocasiones pueden llegar a ser de cincuenta
individuos. Resulta fácil encontrarlos en las orillas de los islotes, donde la
vegetación es más abundante y no es raro ver a machos solitarios ramoneando en
los árboles. Los elefantes no tienen problemas para desplazarse por un sistema
acuático de poca profundidad como es el delta.
Debido a que siempre han
sido perseguidos por los furtivos, los rinocerontes son escasos en Botswana,
como en casi toda África. Además, no es un animal al que le guste demasiado el
agua, de manera que no se puede refugiar en los pantanos. Hace más de una
década fueron reintroducidos en la Chief
Island cuatro rinocerontes blancos que pueden observarse al
norte del Eagle Island Camp.
Los rinocerontes negros
se encuentran en peligro de extinción, pero se están haciendo esfuerzos para su
recuperación en el Khama Rhino Sanctuary de Botswana.
Los búfalos negros viven
en zonas con muchos pastos, agua y sombra, o lo que es igual, donde hay islas
medianas que permitan la vida de las manadas. Son muy peligrosos en estado
salvaje.
El leopardo, el príncipe
de los depredadores, es un cazador solitario muy difícil de observar, pues vive
en casi cualquier hábitat, caza de noche y se esconde a descansar durante el
día en las ramas de los árboles, en muchos casos grandes y de espeso follaje
que les ocultan completamente, salvo para un observador avezado. Puesto que no
hay muchos y están localizados, hay que confiar en los guías locales para
encontrarlos.
Los licaones o perros
salvajes son animales muy inteligentes que cazan en grupo y siguen estrategias
envidiables que les permiten cazar antílopes tan grandes como el kudú.
Sobre el guepardo,
sabido es que se trata del mamífero más rápido del mundo. Se encuentra en las
zonas más apartadas del delta y se halla en peligro de extinción en estado
salvaje, pues es presa fácil de otros depredadores como el león o el leopardo.
Sin embargo, se han creado al menos cinco reservas en el sur de África donde,
al parecer se reproducen sin problemas.
LAS AVES MÁS ESPECTACULARES DE ÁFRICA
En el delta del Okavango
también es posible observar algunas de las especies de aves más interesantes.
A destacar la avutarda
kori, que puede llegar a tener un metro y medio de altura y un peso de casi una
veintena de kilos. Vive preferentemente en la sabana arbolada y se mueve
pausadamente mientras busca entre la hierba insectos y semillas.
El jabirú africano es
una cigüeña que puede medir 145 centímetros de longitud y hasta 270 centímetros con
las alas abiertas. Tiene el cuerpo blanco y el cuello y las alas negras. La
parte más llamativa de esta ave es el pico, enorme y rojo con una banda negra
en el centro. Se alimenta de peces, ranas, crustáceos y otros pájaros pequeños.
El búho pescador común
captura peces de hasta dos kilos, cangrejos y hasta cocodrilos muy pequeños. No
es raro escucharlo por las noches.
El cálao terrícola es
parecido a un pavo muy grande y completamente negro Es un ave carnívora capaz
de comer tortugas, reptiles, insectos y pequeños mamíferos del tamaño de una
liebre.
Finalmente, el águila
marcial es de gran tamaño, de color marrón oscuro, puede medir hasta 80 centímetros de
altura y hasta 250
centímetros con las alas desplegadas. Suele alimentarse
de reptiles, otras aves y de mamíferos del tamaño de una cabra.
La estación de las
lluvias en el delta coincide con el de Angola, que tiene lugar entre octubre y
abril y produce la crecida del río Okavango, que empieza a notarse en diciembre
y tarda nueve meses en completarse debido a la escasa pendiente del río, unos 60 metros en 450 kilómetros, Las
lluvias más abundantes caen en el norte y son menores en el sur, donde el cauce
se interna en el desierto del Kalahari.
En la ciudad de Maun, la
puerta sur del delta del Okavango, el contraste entre el día y la noche es muy
grande en invierno, con una media de las mínimas de 6º C y una media de las
máximas de 23º C. No son raras las heladas durante las olas de frío. En verano,
el calor es muy fuerte, pero por la noche refresca.
Las lluvias son nulas en
julio, agosto y septiembre, y prácticamente nulas también en mayo y junio.
SAFARI EN EL OKAVANGO
La mejor época para
viajar al delta depende de lo que se quiera observar. Si lo que se busca
fotografiar son animales grandes, el mejor periodo es entre mayo y octubre,
cuando las aguas bajan y los mamíferos se concentran alrededor del agua. Si lo
que se quiere ver son aves y una vegetación exuberante, la mejor época es entre
noviembre y abril, la época de las lluvias.
Hay unos cuarenta lodges y campamentos en el delta del
Okavango. Los campamentos, donde se puede acampar o alquilar un lodge (casa o pabellón) propiedad del
gobierno, se encuentran en la reserva de Moremi, pero no en el corazón del
delta, donde se hallan las de carácter privado. Para acceder a ellos es preciso
un vehículo todo-terreno, un helicóptero o una avioneta.
La intención del
gobierno de Botswana es evitar el turismo de masas en el frágil ecosistema del
parque, y por lo tanto la estancia y los alojamientos dentro del parque suelen
ser caros. Si se accede desde Gaborone, la capital del país, hay que acudir a
Maun, la puerta sur del delta, y desde allí seguir la carretera que contornea
todo el parque o contratar un vuelo con Air Botswana para ir a los lodges privados.
Muchos de los
campamentos organizan salidas a pie y acampadas en islas a las que se puede
llegar en mocoro, canoa con la que
los habitantes del lugar se desplazan de una a otra isla, y desde las que hacer
pequeños safaris. Los desplazamientos en vehículo todo-terreno, dentro de las
islas grandes y en los alrededores del delta, están condicionados en muchos
casos por la altura del agua, que en tiempo de crecida cubre los arenosos
caminos.
También se puede
alquilar una avioneta para llegar hasta el mismo delta, ya sea a la ciudad de
Maun o a las pistas de aterrizaje de los campamentos. A vuelo bajo llegan a
avistarse las manadas de elefantes, búfalos o impalas que se mueven libres por
su inmensidad, los andares coquetos de las jirafas y hasta los hipopótamos a
remojo en los caños más profundos. Pero lo que verdaderamente corta la
respiración durante un vuelo son las vistas sobre las serpenteantes lenguas de
agua ramificándose entre sedientas sabanas y bosques de acacias.
Dentro del delta, la
reserva de Moremi atesora su mayor densidad de fauna, por lo que su visita es
tan imprescindible como la del cercano Parque Nacional de Chobe, donde aseguran
que se encuentra la mayor concentración de elefantes de todo el continente. Los
safaris en barco por el río Chobe deparan todo un plato fuerte cuando, al
atardecer, inmensas manadas de elefantes se concentran en sus orillas. A unos 70 kilómetros de la frontera
con Botswana, se extienden las cataratas Victoria, con posibilidad de realizar
desde safaris a lomos de elefante por sus inmediaciones hasta sobrevolar esta
fenomenal quebrada en helicóptero o
hacer rafting por las aguas del
Zambeze, pueden ser la guinda con la que culminar una expedición por el delta.
En el año 2014, la UNESCO eligió el delta del
Okavango como Patrimonio de la
Humanidad.
La gran inundación del
delta del Okavango es, sin duda alguna, uno de los eventos naturales más
impresionantes y recomendable que pueden presenciarse en el continente
africano.
(Ver
interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)