Ladakh es una región soñada
de la India, Su paisaje se compone de montañas, valles, lagos y monasterios
budistas, todo ello enmarcado en una atmósfera de paz y las cuatro cadenas
montañosas principales de la región: el Himalaya, Zanskar, Ladakh y Karakorum.
En invierno, las cumbres
nevadas y los glaciares más grandes que pueden encontrarse fuera de los polos
son parte de los atractivos naturales del lugar. Los antiguos budistas que
vivieron en estas tierras las bautizaron de muchas maneras: el pequeño Tíbet y
el último Shangri-la son probablemente los dos apodos más significativos.
Ladakh (India) es sinónimo
de paz, tranquilidad y meditación, y su nombre significa “la tierra de los
pasos elevados”. Después de un largo y gris invierno, llega el verano, momento
de rejuvenecer por completo. Un recóndito lugar donde el hecho de rejuvenecer
es una celebración, una manera de alcanzar la verdad suprema. Los festivales
son una combinación perfecta de costumbres antiguas, la rica cultura del lugar
y la celebración de la vida.
El monasterio o gompa de Hemis está situado a 45
kilómetros de Leh, en la orilla oeste del río Indo. Pertenece a la Orden drugpa
y está construido en una ladera verde, rodeado de un paisaje montañoso
realmente espectacular.
Hemis
es el más grande de los monasterios y rico de todo Ladakh,
y además es una visita obligada para los viajeros, especialmente para los
amantes del budismo. Fue fundado por la primera encarnación de Stagsang Raspa
Nawang Gyatso en 1630, que fue invitado a Ladakh por el rey Namgyal Singay y se
le ofreció un terreno religioso en toda la región.
Es famoso por su magnífica
arquitectura y por la estatua de Buda ubicada en la cima de un montículo que
mira al monasterio.
UNA
FIESTA MULTICOLOR
Uno de los festivales más célebres
de la región es el Festival de Hemis, que se lleva a cabo en dicho monasterio.
En este evento de dos días
de duración se celebra la victoria del bien sobre el mal y se conmemora el
aniversario del nacimiento del gurú budista Padmasambhava (Gurú Rinpoche),
quien trajo el budismo Vajrayana a Asia Central, China y la región del
Himalaya.
Venerado como el segundo
Buda, el gurú Padmasambhava fue invitado a la India en el siglo VIII para que conquistase las
fuerzas oscuras y las convirtiese en guardianas y protectoras del dharma. El festival se celebra cada año
en el décimo día lunar, la fecha es el 7 y el 8 de julio.
El patio central del
monasterio de Hemis sirve como escenario. Tambores, trompetas e instrumentos de
viento dan inicio a las celebraciones mediante una ceremonia matutina en la
cual miles de seguidores del budismo reciben las bendiciones de un retrato de
Lord Padmasambhava. Arroz sin cocer, varillas de incienso, tomas (un platillo hecho con masa de manteca) y agua sagrada son
los protagonistas de esta primera ceremonia. El monje superior del monasterio expande
el agua sagrada a través de todo el patio para que se purifique.
Sin embargo, la mayor
atracción es la danza religiosa con máscaras que interpretan los lamas (monjes)
alrededor del mástil central del patio. Para estos espectáculos de danza
conocidos como chhams, los monjes
llevan ropas de colores vibrantes y máscaras intimidantes. La danza consiste de
dos partes: la primera brinda tributo a las ocho facetas del gurú
Padmasambhava. En la segunda se presenta a Maha Dongcren, una figura
enmascarada con cuernos, mientras éste destruye a las fuerzas demoníacas. Las
ocho manifestaciones de Padmasambhava pertenecen a la tradición de los tesoros
revelados. Entre ellas cuentan la representación de la unión con su consorte,
un monje budista con ordenación completa, un joven príncipe coronado, el Sabio
que enseña el dharma a su gente, la
juventud inteligente, un yogui desnudo que apunta al sol, y la feroz
manifestación de Vajrakilaya y del León del Debate.
Estas danzas religiosas
tienen el objetivo de educar a la gente acerca del carácter transitorio de
todos los fenómenos y de la victoria de la mente sobre la ignorancia y el mal.
El potente sonido de los cuernos y el hipnótico compás de los tambores sirven
como la banda sonora perfecta para la danza, cuyos movimientos consisten
principalmente de pasos y giros acompasados.
Los impactantes colores de
las túnicas al girar, las máscaras antiguas y los movimientos ondulantes crean
un auténtico placer visual. Se cree que ser testigo de estas danzas con
máscaras remueve la ignorancia y lo llevan a uno más cerca del nirvana.
Al
observar estas danzas, coreografiadas por seres celestiales e interpretadas por
maestros iluminados, debemos recibir las bendiciones necesarias para poder
suprimir toda emoción aflictiva y comprender la naturaleza de nuestra propia
mente y de la sabiduría que la habita
-asegura uno de los monjes del monasterio de Hemis-.
LADAKH,
EL TÍBET INDIO
Un viaje mágico por el
llamado Tíbet indio, situado en el corazón del Himalaya, incluye, por supuesto,
la ciudad de Leh, con su impresionante palacio. Entre los numerosos monasterios
de la región, aparte del de Hemis que es el más importante, también existen
otros destacados, como el monasterio de Likir, también conocido como Klu-Khjil,
que significa “espíritus del agua”. Fue fundado en el siglo XI y contiene
imágenes de arcilla de Buda y varios manuscritos antiguos.
Por último, otro de los
muchos que ocupan la región de Ladakh es el monasterio de la Cueva, un pequeño
pero antiguo edificio decorado con bellísimos frescos. Fue excavado en una roca
de granito, lo que da la impresión de que estuviera suspendido en el aire.
Incluso entre las gentes del lugar su arquitectura provoca sorpresa y encanto.
Para los amantes del
deporte, Ladakh es un destino soñado de la India. Montañismo, trekking, bicicleta de montaña y los
paisajes más bellos son la propuesta que pueden aprovechar en distintas épocas
del año. Los safaris en jeep por la parte desértica de la región son también
muy codiciados y aprovechados por el turismo.
Viajar a Ladakh y, además
asistir al festival de Hemis, resulta excitante y una experiencia, sin duda
alguna, inolvidable.
(Ver
interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)