T E X A S



CON ACENTO HISPANO

Presume de ser el más grande estado de toda la Unión (sin contar Alaska, por supuesto), el mayor productor de algodón y vegetales, además de ser el poseedor de más cabezas de ganado, al margen de tener buena parte de su suelo completamente horadado, merced a la infinidad de pozos de petróleo que le imprimen un carácter especial al paisaje. Todo ello sin olvidar que los tejanos se jactan de tener el estado con el mayor índice de millonarios de todo Estados Unidos. A decir verdad, Texas es una constante exageración.
El explorador español Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue el primer europeo que pisó territorio tejano en 1528. A lo largo de su historia, Texas ha visto flamear seis banderas sobre su tierra: la flor de lis de Francia, y las banderas nacionales de España, México, la República de Texas, los Estados Unidos de América y también los Estados Confederados. Sin embargo, la presencia francesa fue casi irrelevante. La verdadera y primera potencia europea asentada en Texas fue España, con más de 150 años de historia tejana a sus espaldas.
Debido a su gran extensión, el estado de Texas posee diversas zonas geográficas. Situado en la región sur de Estados Unidos, tanto por su extensión como por su población es el segundo de los estados del país, abarca alrededor de 696.241 kilómetros cuadrados y posee una población que oscila alrededor de los treinta millones de habitantes. Limita al sur con los estados mexicanos de Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua, y con los estados de Luisiana al este, Oklahoma al norte, Arkansas al noreste y Nuevo México al oeste.
 A principios de 1900, el descubrimiento de pozos de petróleo inició el auge económico. Texas se ha diversificado económicamente, contando con una creciente base en la alta tecnología, la investigación biomédica y la educación superior. Su PIB estatal es el segundo más elevado de todo el país.
Es el único estado que tiene tres ciudades con más de un millón de habitantes en la lista de diez urbes más pobladas de la nación: Houston, San Antonio y Dallas, al margen de otras ciudades también populosas como Fort Worth, Austin, El Paso, Arlington, Corpus Christi, Plano y Laredo.

DALLAS
La capital es Austin, pero el centro aglutinador de la vida económica, de negocios, cultura y espectáculos, es Dallas. Una ciudad que impresiona al surgir impertérrita con sus fastuosos rascacielos en una extensión llana, donde el horizonte se escapa a cualquier tipo de frontera.
Sin lugar a ningún género de dudas es una ciudad de contrastes, donde el sabor del Oeste se empieza a notar en cualquier actividad de la urbe, sin renunciar por ello a su provocadora sofisticación. Su riqueza queda reflejada con todo esplendor en cada una de sus calles, edificios, mansiones, centros comerciales y lujosas limousines que trasladan de rancho en rancho y de fiesta en fiesta a los magnates del petróleo,  configurando un emporio que emerge de la llanura desértica.
Para conocer mejor Dallas y tener una visión previa de su extensión, nada mejor que subirse a la Reunión Tower, desde donde se obtiene una inmejorable perspectiva no sólo del centro de la ciudad, sino de todos los alrededores. No obstante, no es una ciudad para poderla disfrutar paseando dado que está hecha a medida para el automóvil. Grandes distancias, pero unidas por enormes autopistas, conducen a lo largo de varias decenas de kilómetros a un sinfín de ofertas a las que siempre resulta difícil renunciar. En ella, probablemente sean las compras una de las mayores diversiones para cualquier visitante.
Sin embargo, la ciudad de Dallas siempre traerá a la memoria aquella frase que pronunciara Abraham Lincoln: No podemos evadir la historia. Frase que tomó cuerpo el trágico 22 de noviembre de 1963 cuando el entonces presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy cayó abatido a tiros por Lee Harvey Oswald desde la sexta planta de un destartalado almacén.

AUSTIN
A diferencia de Dallas, Austin, la capital, es una ciudad propicia para el paseo. Flanqueando sus avenidas se erigen edificios de diversos estilos arquitectónicos, en los que se puede leer la ecléctica historia de Texas.
Su edificio más característico, el Capitolio, preside la urbe y justo detrás se encuentra el campus de la universidad de Texas, siendo quizás la institución de enseñanza superior más rica de todo el país, gracias ¡como no! a la riqueza petrolífera del Estado, que encamina parte de sus inversiones a desarrollar cualquier tipo de aspecto cultural.
La importancia que está cobrando en casi todas las universidades americanas la cultura hispánica está refrendada en la universidad de Waco, cerca de Austin, donde se cursan estudios de español en alrededor de una veintena de departamentos.
Dos visitas importantes en Austin son: el Parque Natural McKinney, que ofrece actividades de pesca y natación, pudiendo disfrutar de un entorno de gran belleza a pocos minutos de la ciudad y, por supuesto, un recorrido por la Sixth Street, donde siempre reina un gran ambiente, dado que está llena de restaurantes, clubes, bares, tiendas y galerías de arte.

FORT WORTH
En Fort Worth desaparece cualquier aire de ciudad mundana para convertirse en el auténtico reducto de lo que los tejanos entienden como su propia forma de ser. Se la conoce como “la ciudad donde comienza el Oeste”, y quizá por ello su herencia está regida por los grandes rodeos y corrales, en los que no resulta difícil ver a los jóvenes cowboys deseosos de forjar su propia leyenda.
Toda una epopeya aventurera cobra vida en el cruce de las calles del distrito de Corrales, pensadas para el ganado más que para el tráfico, y donde los edificios, tiendas y cantinas, adornados por los extras de alguna película, conforman una aventura más del ya mítico lejano Oeste.

HOUSTON
Fundada el verano de 1836 por los hermanos Augustus Chapman Allen y John Kirby Allen en una tierra cercana a la orillas del Buffalo Bayou, la ciudad se incorporó en junio de 1837 y recibió el nombre del entonces presidente de la República de Texas, el antiguo general Sam Houston, quien comandó la batalla de San Jacinto. Dicha contienda tuvo lugar a 40 kilómetros al este de donde la ciudad fue establecida. El creciente puerto y la industria del ferrocarril, combinada con el hallazgo de petróleo en 1901, provocó constantes incrementos repentinos de población en la ciudad. A mediados del siglo XX, Houston se convirtió en la base del Texas Medical Center, la mayor concentración de instituciones de investigación y de salud del mundo, y del Centro Espacial Lyndon B.Johnson de la NASA, donde se sitúa el centro de control de misión. Considerada como una ciudad global, la economía de Houston posee una amplia base industrial en la energía, manufacturación, aeronáutica, transporte, salud y un importante centro para la creación de equipos petrolíferos; sólo Nueva York posee más sedes de algunas empresas en los límites de su ciudad.

SAN ANTONIO
Los españoles fueron los primeros europeos que pisaron estas ricas tierras. Desde que en 1528 desembarcara Alvar Núñez Cabeza de Vaca, haciendo incursiones por estos parajes, hasta 1844, que se incorporó a Estados Unidos, los españoles colonizaron estas tierras pasando por momento difíciles al enfrente con los nativos indios, franceses e ingleses.
Sin embargo, los españoles no sólo dejaron la toponimia hispana en cerros, montañas, ríos y desiertos, a lo largo y ancho del estado, sino que fundaron ciudades, misiones y hasta presidios que aún siguen siendo el orgullo de los tejanos (Corpus Christi, San Angelo, Amarillo, Laredo y, sobre todo, San Antonio).
Existe una teoría sobre el origen del nombre de Texas y fue que los españoles entendieron que los indios de esta región, al pronunciar sonidos que asemejaban tejas, querían indicarles el nombre de su nación, cuando en realidad les daban la bienvenida y les calificaban de amigos.
Si Texas es el estado de la estrella solitaria, San Antonio es la estrella dorada de todo el estado. Sin duda es su joya más preciada, y valores tiene para merecerlo. Una de las peculiaridades que ofrece es haber conseguido canalizar el río San Antonio a su paso por el centro, formando una curva en forma de herradura, logrando un paraje cargado de poesía y romanticismo, con típicos faroles en las riberas, iluminando una gran cantidad de cafés al aire libre, restaurantes en su mayoría mexicanos, tiendas y un largo etcétera.
Unas barcazas siempre repletas de visitantes, navegan silenciosas bajo los numerosos puentes, como si fuera una pequeña Venecia tejana. El recorrido llamado en español Paseo del río se complementa con uno de los lugares históricos más queridos por los norteamericanos. El mítico El Álamo, que se encuentra en pleno centro de la ciudad y que además de ser el mayor hito que poseen los tejanos, es lugar de peregrinaje de todos aquellos que quieren conocer bien los orígenes de su historia como estado y luego cono nación.
En 1836 Texas se declaró independiente de México y el 6 de marzo del mismo año terminó de librarse, después de trece jornadas de asedio, la batalla que pasó a la historia como la de El Álamo, en la que murieron sus defensores ante las fuerzas muy superiores en número del general mexicano Santana. Pocos días después, en la batalla de San Jacinto y al grito de Remember The Álamo, los mexicanos pagaron cara su victoria, teniendo que renunciar a todo el territorio de Texas, que siguió siendo independiente hasta pasados diez años en que se incorporó a la Unión.
La visión de la fascinante iglesia-misión, hoy convertida en museo, estremece al pensar cómo la historia se repite, esta vez sin tener que usar la violencia de antaño. Al igual que en aquella histórica batalla, son ahora los propios tejanos los encargados de salvaguardar estas históricas piedras por las que lucharon hasta la extenuación.

UN RECORRIDO POR LAS ANTIGUAS MISIONES
La huella española de la ciudad no termina en El Álamo. El visitante no puede perderse un recorrido por el barrio de La Villita, uno de los primeros asentamientos que dieron forma a la hoy ciudad de San Antonio. Muy cerca se halla la plaza Islas, en honor a los primeros colonizadores canarios; es el centro de la ciudad y en ella los letreros de las calles que convergen siguen escritos en español.
Justo detrás de la catedral de San Fernando se ubica otro de los grandes edificios históricos: el palacio del gobernador español que fue construido en el año 1722. Se trata de una vieja casona restaurada, en donde se puede apreciar a través de sus estancias cómo era la vida en la última frontera del imperio español. Su interior es recoleto y acogedor.
Como colofón de la riqueza monumental de San Antonio, se encuentran a lo largo de cerca de quince kilómetros las llamadas Cuatro Misiones de San Antonio, que junto a la de El Álamo formaban y aún forman un interesante y curioso recorrido -juntas forman el Parque Histórico Nacional-. Se trata de las misiones de la Concepción (considerada la iglesia católica más antigua de Estados Unidos), San José, San Juan y la misión Espada que, sin duda alguna, vienen a demostrar que el influjo de España enriqueció estas tierras.
La infraestructura hotelera es amplia e interesante en todo el estado. Hay buenos hoteles y también moteles de precios asequibles.
La mejor forma de desplazarse es en coche. Todas las ciudades están muy bien comunicadas y las autopistas son excelentes.
La gastronomía es muy variada, aunque resulta recomendable no marcharse de Texas sin degustar un chili, que es la combinación de chiles (pimientos) con carne picada de ternera y especias, entre las que siempre se incluye el comino, llevado por los canarios que en el siglo XVIII se instalaron en San Antonio. El menú típico tex-mex surgió al adaptarse las recetas del sur de la frontera a los gustos del norte. Tiene el chili como base y entre los platos típicos están las enchiladas, tamales, burritos, fajitas y tacos, a los que se acompaña de arroz, judías o guacamole.
El clima es bastante templado. La mejor época para viajar es la primavera y también el otoño. Los veranos son largos y calurosos y dependiendo de la proximidad del mar, bastante húmedos.
Algodón, ganado, petróleo y acento hispano. Un buen resumen para definir Texas, considerado uno de los estados más ricos, sino el que más, de todo Estados Unidos.


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