RIBEIRA SACRA



A TRAVÉS DEL ROMÁNICO GALLEGO


La Ribeira Sacra es una tierra marcada por los ríos Miño y Sil que, a su paso entre las montañas, van moldeando su hermoso paisaje. Todo esto, unido a la fe y la espiritualidad que aún envuelve los numerosos conventos diseminados por estas tierras, hace de este rincón de Galicia, una apuesta segura para los sentidos.
La Ribeira Sacra es donde se encuentra la mayor concentración de construcciones religiosas de estilo románico de toda Europa. Pero no todo es patrimonio arquitectónico, su paisaje, formado por bosque autóctono, es el lugar ideal para que los amantes de la naturaleza puedan recorrer distintas rutas. No hay que olvidar hacer una parada para contemplar la gran obra de la naturaleza en el cañón del río Mao, con sus impresionantes saltos. Y, si lo que gusta es contemplar paisajes, hay que acercarse hasta Parada de Sil, donde aguardan los cañones más agrestes y escarpados de toda la zona. Los más famosos son los llamados “balcones de Madrid”, desde los que puede apreciarse la espectacularidad de los cañones colgados sobre el vacío… siempre que no se tenga miedo a las alturas.
Hablar de Ribeira Sacra también es hablar de vino, olor que se aprecia nada más poner el pie en estas tierras: su paisaje está marcado por los conocidos “socalcos”, viñedos en bancales situados en las laderas de las montañas.
Y ya que se está en estas tierras, nada mejor que aprovechar la oportunidad de probar sus deliciosos vinos, que forman parte de una de las cinco denominaciones de origen vinícolas que existen en Galicia.

IGLESIA RUPESTRE DE SAN PEDRO DE ROCAS
Es un antiguo monasterio e iglesia de culto católico ya fuera de uso. Está ubicado en la parroquia de Rocas de la localidad orensana de Esgos.
Es el conjunto monacal de más antigüedad de Galicia y el único donde se conserva parte de su estructura original, unas cuevas artificiales excavadas en la roca que sirvieron de capilla y cabecera a una iglesia medieval. Un ejemplo singular de iglesia rupestre excavada bajo el monte Barbeirón.
El conjunto monacal de San Pedro de las Rocas está considerado desde el año 1923 como un Bien de Interés Cultural dentro del catálogo de monumentos del patrimonio histórico de España. En la actualidad, ya cerrado al culto, es uno de los principales atractivos turísticos de la Ribeira Sacra y en las dependencias monasteriales acoge un museo y un centro de interpretación de la vida monástica.

IGLESIA DE SAN PAIO DE DIOMONDI
Data muy posiblemente del siglo XII y es uno de los ejemplos más representativos del esplendor del arte románico y en concreto del arte románico compostelano. Se sitúa muy cerca de la de Santo Estevo de Ribas de Miño con la que guarda gran semejanza. En su fachada nos muestra la fecha inscrita del año1170 como el inicio de las obras o como la consagración del templo.
Su construcción se debió a la existencia de un monasterio que, sin embargo, no pudo acabarse según su proyecto original.
El ábside es semicircular por dentro y por fuera, y se accede a él mediante un arco triunfal triple de medio punto perfilado con semicírculo de billetes en damero. Los arcos mayores se apean mediante impostas lisas en el muro, mientras que el menor se apoya en columnas que rematan en capiteles con hojas que recuerdan en su factura a las realizadas por el taller compostelano de las Platerias, ornamentación que se repite en la mayoría de los capiteles de las naves.
Dicha nave se proyectó originalmente con una cubierta abovedada dada la estructura de los apoyos y los contrafuertes exteriores concebidos para contrarrestar los empujes laterales provocados por una bóveda. Sin embargo no se llegó a acabar y se cubrió finalmente con techumbre de madera a dos aguas. Sobre las columnas van unos arcos fajones apuntados y los capiteles que los sostienen son totalmente lisos, hecho bastante inusual en el románico y que nos puede llevar a pensar que están inacabados o que están hechos así por un presupuesto insuficiente. Sobre la línea de impostas se abren en los intercolumnios unas ventanas aboceladas que iluminan la nave central adornadas en su trasdós por damero. Bajo las ventanas unos enormes arcos de descarga rompen la monotonía de los muros. Los grandes contrafuertes exteriores inacabados iban a unirse al edificio mediante arcos, siguiendo el esquema de la catedral de Santiago. En la puerta sur vemos unos capiteles de cabezas de toros afrontadas que sostienen una especie de arco poli lobulado.
La fachada principal presenta tres arcos de los cuales el central es el doble que los laterales, que son ciegos, y que nos dan la falsa impresión de que el templo tenga tres naves. Los tres arcos están enmarcados por línea de imposta de damero. La portada se organiza mediante amplias arquivoltas con cuatro arcos labrados en bocel, sostenidos por cuatro columnas de mármol levantadas sobre basas áticas y cuyos capiteles están decorados con cabezas de animales. Pegado a la iglesia, en el lateral norte, se conserva el conocido como Palacio de Diomondi, que se construyó entre los siglos XIII y XIV y que es uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil existente en Galicia de esa época. Anteriormente existió un monasterio que se utilizó como residencia de verán de los obispos de Lugo. Se dice que el famoso obispo Odoario (s. VIII) pasó aquí sus últimos años de vida y que su cuerpo fue trasladado a Lugo posteriormente.

BALCONES DE MADRID
Poco antes de morir en el Miño, el río Sil surca un cañón que sobrecoge por lo profundo que es, salpicado de monasterios medievales. En Parada de Sil está uno de los mejores miradores, los llamados “Balcones de Madrid”. No es que se distinga desde aquí la capital de España, que casi, sino que era el lugar escogido por las mujeres para ver marchar a sus maridos emigrantes. Desde esta atalaya conviene asomarse al atardecer sobre la sencilla barandilla de madera para contemplar cómo las aguas del río parecen detenerse, a la vez que se vuelven de un azul oscuro.
El lugar conocido como los Balcones de Madrid es un espectacular mirador sobre el Cañón del Sil, ubicado a 500 m. de altitud, en el límite superior del Cañón del Sil.
Gracias a su estratégica situación, dominando el río desde lo alto, ofrece una inmejorable panorámica de uno de los tramos más agrestes del Sil. En el fondo del cañón las aguas fluyen encajonadas entre verticales paredes rocosas. Desde sus barandillas alcanzaremos a ver el Santuario de Cadenas, situado en la margen lucense de A Ribeira Sacra. En días claros disfrutaremos de una vista abierta sobre buena parte de estas tierras. Los días grises y húmedos convierten al río y su ribera en un entorno misterioso de brumas y nubes bajas.
Está integrado en la red de rutas de senderismo que recorren la zona y también es un buen lugar para la observación de aves.

MONASTERIO DE SAN ESTEBAN DE RIBAS DE SIL
Es un conjunto monasterial católico ya en desuso, ubicado en el municipio orensano de Nogueira de Ramuín, en la comarca de la Ribeira Sacra. En la actualidad se ha convertido en Parador de Turismo.
Como los otros monasterios que existen en la comarca, el origen de este monasterio es eremítico y anterior al siglo X. En el siglo XII se convirtió en el principal cenobio de la región, llegando a ser uno de los más notables de Galicia. Estuvo ocupado por la Orden de San Benito.
El conjunto monacal es amplio e importante. Consta de tres claustros conformados por los edificios monacales y la iglesia.
Tiene una fachada barroca y destaca por su buena conservación la cocina monacal, una gran estancia cuadrada con el hogar en el centro, realizado en piedra sobre cuatro columnas exentas.
La fachada principal de la iglesia forma ángulo recto con la entrada del monasterio. Está orientada hacia el oeste como es costumbre. Acoge, alrededor de su entrada, el pequeño cementerio parroquial, ya que el templo cumple con la función de parroquia para la población vecina.
El templo es de estilo románico, realizado a finales del siglo XII y principios del XIII. Tiene planta basilical con tres ábsides semicirculares en la cabecera. La nave está cubierta por una bóveda de crucería, que sustituyó en el siglo XVI a la original techumbre de madera. Los dos ábsides laterales tienen aspecto de torreón al haber sido modificados, aumentando su altura, en el momento en el que se construyeron las bóvedas de las naves del templo.
En el interior destaca el retablo de piedra del siglo XII representando a Jesucristo y los doce apóstoles, que fue hallado en uno de los muros del claustro grande, y la colección de retablos que amueblan el templo.
El claustro de los obispos es el más antiguo y el que hacía la función de claustro Reglar o de las Procesiones. Se sitúa junto a la pared norte de la iglesia, con la que está comunicado. Su planta es rectangular y tiene dos cuerpos. El primero de ellos, de estilo románico, data del siglo XII y el segundo, gótico, del siglo XVI con reformas posteriores.
El claustro pequeño, denominado do Viveiro, se ubica al norte del de los Obispos. Se comenzó a construir en 1595 por orden de Diego de Isla. Consta de dos cuerpos y está conformado por arcos de medio punto sobre columnas dóricas.
Finalmente, el claustro de la portería o denominado dos Cabaleiros, está situado a la entrada del monasterio. Tiene planta rectangular y consta de tres cuerpos de estilo renacentista. Sus arcos son de medio punto y no tienen bóveda. Junto a la portería se encuentra la escalera de honor que está cubierta con una bóveda de crucería del año 1739 que tiene cuatro rosetones decorados.

IGLESIA DE SAN MIGUEL DE EIRÉ
Construida en la segunda mitad del s. XII. Tiene una nave de planta rectangular y ábside semicircular. Muros de sillería granítica y cubierta a dos aguas. La fachada tiene dos puertas, una de ellas enmarcada por un arco de medio punto con dovelas y moldura lisas, una pequeña ventana en la parte superior del frontis y está rematada por un frontón triangular. La portada norte tiene dos arquivoltas, la exterior con rosetas y el agnus dei en el centro y la interior estriada y decorada con bolas. Todo el conjunto está rodeado de una moldura de billetes y zigzagueado. El tímpano ornamentado con círculos entrelazados y una figura que representa el tetramorfos (los cuatro evangelistas). En la parte delantera de la nave principal se levanta una torre rectangular de un solo cuerpo. En el interior hay capiteles decorados, pinturas murales de fines del s. XV-principios del s. XVI y varias esculturas, atribuidas a Cornielis de Holanda. Formó parte de un conjunto monacal benedictino del s. XII y ha sido declarada Monumento Nacional en junio de 1964.
Sin lugar a ningún género de dudas, el viajero se despide de la Ribeira Sacra con el espíritu en paz tras haber recorrido sus montes mágicos, donde la naturaleza salvaje y la fe conviven en perfecta armonía. Guiados por las orillas del Miño, o bien navegando por los cañones del Sil, pueden descubrirse rincones inaccesibles por tierra donde se esconden auténticas joyas medievales entre los “socalcos” que hacen de estos parajes un lugar muy cercano al paraíso.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)