MÁGICA TIERRA CROATA
La península de Istria se encuentra en
la parte más alta del mar Mediterráneo, en una zona que se adentra en el
territorio del continente europeo. La región turística, la cual está
constituida por sólo un condado, el Condado de Istria, es, por el número total
de sus visitantes y sin duda alguna, el centro turístico de toda Croacia. Y a
pesar de que muchos, al hacer mención de esto, pensarán en numerosos hoteles y
en una muchedumbre en la playa, Istria ha conservado en su zona costera y sobre
todo en el interior, una serie de atractivos naturales y pintorescos paisajes.
BREVE
RESEÑA HISTÓRICA
El primer pueblo conocido que habitó
la península de Istria fue la tribu iliria
de los histrios, que después le dio
su nombre. Durante el periodo del Imperio romano, Istria formó uno de sus más
importantes territorios. Después de la caída del imperio y con la llegada de
los croatas, intercambiaron su poder sobre ella diferentes monarcas francos. A
partir del siglo XV, Venecia dominó su costa occidental mientras la familia de
los Habsburgo gobernaba la costa oriental y el interior de la península. A
finales del siglo XVIII, los franceses administraron brevemente la península
siendo después los austriacos los que tomaron el gobierno hasta finales de la Primera Guerra Mundial. Estuvo
bajo el poder de Italia durante el periodo entre las dos guerras mundiales, y a
partir de 1945, se incorporó finalmente al territorio de Croacia, primero como
parte constituyente de Yugoslavia y, a partir de 1991, de la República de Croacia.
Este retazo de historia es muy
importante para comprender el origen de la riqueza de la cultura de Istria y de
su carácter específico, como escenario en el que con más intensidad se han
entrelazado las grandes culturas y las agrupaciones étnicas europeas: los
eslavos, romanos y germanos. El pueblo de Istria se ha dado a conocer como un
pueblo que ha sabido cuidar de su carácter específico, sabiendo ser tolerante y
respetuoso con la diversidad. Es por esta razón que en Istria, a pesar de ser
poco numerosa su minoría italiana, el italiano y el croata son lenguas iguales
en derechos y los letreros en la mayoría de sus ciudades están escritos en
ambas lenguas.
UNA
GEOGRAFÍA SALPICADA DE HERMOSOS PAISAJES
Gracias a su posición geográfica en la
que se han entrecruzado diferentes zonas naturales y culturales, Istria se
caracteriza por una cultura, un paisaje, una música y una gastronomía
específicos por lo que muchos la han llamado con cariño “la tierra mágica”.
Por esta razón cabe emprender el paseo
por esta maravillosa tierra, partiendo desde el mismo comienzo de la costa del
Adriático, en la bahía de Savudrija, junto a la frontera con Eslovenia. Y si se
continúa el camino por la parte occidental de la península, después de pasar
sólo unos kilómetros, de una manera muy particular nos saluda el majestuoso
faro de Savudrija edificado en el siglo XIX y se encuentra en el punto extremo
más occidental de toda Croacia. Y como otros muchos edificios croatas, hoy por hoy,
ha sido convertido en un símbolo turístico, un lugar que ofrece a sus huéspedes
la posibilidad de disfrutar de un descanso en un ambiente de tranquilidad y
soledad. Este faro invita a descubrir Istria y sus tres mágicas zonas, llamadas
de acuerdo al color que caracteriza sus paisajes: “la zona roja”, “la zona
gris” y “la zona blanca”.
La “zona roja” de Istria abarca
principalmente los llanos a lo largo de la costa occidental, en la que han sido
edificadas las pintorescas ciudades costeras y ha sido llamada de esta forma
por los fértiles campos en los que abundan las tierras rojas. Estas ciudades se
han ubicado en las partes más prominentes de los cabos del litoral como, por
ejemplo, Novigrad, la cual ha conservado su apariencia medieval. Esta “zona
roja” se caracteriza por contar con una costa sumamente irregular, con un
sinnúmero de islas e islotes y una variopinta vegetación donde los numerosos
olivos ocupan un lugar especial. Con el fin de proteger su naturaleza, muchas
partes han sido conservadas de la invasión de los turistas. Aquí se puede
encontrar el más bello y conocido espacio protegido: las islas Brijuni.
La “zona gris” de Istria se encuentra
en la parte interior de la península y su nombre se lo debe a las
prevalecientes fértiles tierras denominadas flash,
compuestas de una mezcla de marga, arenal, arcilla y piedra caliza. La
belleza de esta zona no radica en el color de su tierra sino en las pintorescas
áreas de colinas, en cuyas cimas han sido edificados bellos pueblos y
ciudadelas. Muchos pueblos y pequeñas ciudades están adornadas con variopintas
iglesias, famosas por su arquitectura de ensueño, como, por ejemplo, la iglesia
de Groznjan.
La “zona blanca” de Istria se
encuentra en la parte nororiental de la península y ocupa las altas montañas de
Ucka y Cicarija. Estas montañas durante
siglos separaron la península del resto de Croacia y por su carácter
accidentado, y por ende, la imposibilidad de transitar por estar zona sin
problemas, aquí se puede encontrar una naturaleza completamente intacta.
El nombre de “Istria Blanca” lo obtuvo
de las piedras calizas que vertiginosamente caen sobre el interior de Istria y
sobre su inclinada costa oriental. Es por esta razón que el litoral oriental
tiene menos habitantes y menos turismo que el litoral occidental. En el paisaje
de la “zona blanca” sobresalen las
impresionantes rocas calizas y los fabulosos pastizales de montaña, golpeados a
menudo por fuertes vientos. Una de las más famosas, mejor conservadas y atrayentes
costas en Istria es la bahía Limski Zaljev, la cual se encuentra en la parte
central de la costa occidental y que, como un fiordo, se adentra profundamente
en la tierra firme. Por su aspecto único y su vegetación conservada ha sido
protegida como paisaje especial y como reserva marina.
El cabo Kamenjak, al sur de Pula, es
un destino muy especial para los navegantes que visitan la zona en sus
embarcaciones y uno que tendrán que circunvalar si desean, al salir de Pula,
tomar el rumbo hacia la costa oriental del Adriático. Y si toman la ruta que se
extiende a lo largo de la costa oriental de la península, podrán encontrar
siempre un amarre seguro en el profundo golfo de Raska.
En los últimos tiempos, los visitantes
se sienten cada vez más atraídos por la región interior de Istria. Es conocida
por sus hermosos paisajes, su conservada vegetación natural y numerosos
fenómenos cársticos. Entre ellos ocupa un lugar relevante la cueva Baredina en
Porec, donde se puede ver el olm, una
peculiar especie animal. Sin embargo, el interior de Istria es cada vez más
famoso por su buena cocina y el buen vino, y por su conservado patrimonio
autóctono de construcciones de piedra.
DESDE
PULA HASTA PAZIN
La mayor ciudad de Istria es Pula y se
encuentra en el extremo sur de la península. A primera vista no deja intuir la
riqueza cultural que se halla escondida en ella ni tampoco la belleza de sus
alrededores. Eso es debido a su ubicación en una zona de llanuras, así como el
tamaño de la ciudad y de los edificios de sus alrededores. Pero al entrar en el
centro de la ciudad, de inmediato el visitante se queda sorprendido ante la
monumentalidad y grado de conservación de su anfiteatro, testimonio de la
excepcional importancia de Pula en la antigüedad. Se trata del sexto más grande
anfiteatro del mundo y uno de los mejores preservados. Fue construido durante
la regencia del emperador Vespasiano en el siglo I d.C. y su aspecto apenas ha
cambiado durante dos mil años. Antaño
servía como arena para las crueles luchas de gladiadores, a las que llegaron a
asistir hasta dos mil personas. En la actualidad es una atracción turística y
escenario para diferentes manifestaciones: conciertos musicales, de ballet,
etc.
Además del anfiteatro de Pula, hay
toda una serie de monumentos de la época romana, como por ejemplo el Arco de
Triunfo de los Sergios, sito en el centro de la ciudad. A destacar también uno
de los museos más importantes de Croacia, el Museo Arqueológico, que reúne la
suma más grande de restos arqueológicos de Istria de los periodos desde la
prehistoria hasta la Edad Media.
Muchos monumentos valiosos, sobre todo de épocas más recientes, se pueden
apreciar en el Museo Histórico así como en pequeñas galerías. Cuadros y
gráficos interesantes se pueden encontrar en el impresionante edificio del
Ayuntamiento de la ciudad, en especial los pertenecientes al periodo de los
Habsburgo, es decir, del Imperio Austro-húngaro, cuando Pula fue uno de los
mayores puertos militares del mundo.
Mientras el patrimonio cultural del
litoral istriano atrae la atención de los visitantes con su agradable ambiente
mediterráneo, el bello interior de la península deja sin aliento por la belleza
de su cultivado paisaje de pequeños pueblos y ciudadelas. Su parte más bonita
se refleja en las ciudadelas románticas sitas en las cimas de las colinas, de las
cuales la más conocida es Motovun, que se levanta sobre el valle del Mirna, el
río más grande de Istria y sobre los
verdes bosques.
No debe olvidarse a la mágica
Groznjan, reanimada por la gente joven porque en ella se encuentra el Centro
cultural Internacional de los Jóvenes Músicos. También puede hacerse mención de
las antiguas ciudades de Hum, Pican, Buzet, Oprtalj, el romántico Zavrsje y
otras más pequeñas.
Además de adornar los cerros
istrianos, la mayoría de estas ciudades son en sí preciosos miradores desde los
cuales, como por ejemplo desde Buzet, se puede gozar de la mágica belleza del
interior de la península.
Istria alardea de Hum, la ciudad más
pequeña del mundo escondida en su seno. La diminuta Hum con un total que no
llega a la veintena de habitantes se conoce por la llamada “arboleda de los
sacerdotes glagolíticos”, siete kilómetros de un largo camino decorado por
esculturas de letras estilizadas del antiguo alfabeto glagolítico croata.
El interior de las iglesias y palacios
de estas partes de Istria ofrece numerosas atracciones interesantes, de las que
destaca la iglesia de San Blas en Vodnjan con momias de los santos originarios
de los principios del cristianismo, el altar y valiosos cuadros en la iglesia
de Santa María en Buje. Sin embargo, de todas las obras de arte visuales de las
iglesias istrianas quizás los frescos más conocidos sean los del autor Vicente
de Kastav del siglo XV, representando la Danza de la Muerte, ubicados en la pequeña iglesia de Santa
María en Skrlinah en Beram, cerca de Pazin.
Labin ocupa un lugar especial en
Istria, siendo la única ciudad mayor ubicada en la parte oriental de la región.
Esta ciudad, que fue antaño minera, esconde un muy pintoresco núcleo histórico
repleto de edificios significativos y procedentes de diferentes épocas
históricas, albergando hoy en día numerosas galerías y museos menores.
En el corazón de Istria se encuentra
su capital, la ciudad de Pazin dominada por una monumental fortaleza “kastel”
por encima de la intimidante caverna, la que inspiró al gran escritor Jules
Verne a escribir su novela Mathias
Sandorf. Kastel nació en la época de la temprana Edad Media durante el
dominio de los francos. Su aspecto actual la obtuvo en gran parte en el siglo
XVI en la época de los Habsburgo. Según opinión de muchos, la ciudad aloja el
museo más interesante de toda la región, el Museo Etnográfico de Istria, que
guarda una colección muy valiosa de trajes populares que demuestran la
singularidad del patrimonio popular de esta región croata.
No muy lejos de Vodnjan, se halla otra
pequeña ciudad muy peculiar, Svetvincenat, en la que se ubica la plaza central
renacentista llamada Placa, dominada por el castillo Grimani, el símbolo de
esta villa, la iglesia y una serie de casas del mismo estilo. Bellezas de todo tipo
hay por toda Istria, desde antiguas torres de las iglesias como en Sveti
Lovrec, castillos y palacios en Bale hasta ciudadelas misteriosas como las de
Boljun, las que nos invitan a deambular por esta tierra mágica.
EL
ARCHIPIÉLAGO BRIJUNI
El fenómeno más valioso y hermoso de
su patrimonio natural es el Parque Nacional de Brijuni. Se trata de un conjunto
de islas compuesto de dos grandes islas y doce pequeñas, ubicadas en la parte
sur occidental del litoral, no muy lejos de Pula. La superficie total del
parque es de siete kilómetros cuadrados. Pero como las aguas circunvecinas del
parque también están protegidas, la superficie total del parque cubre los
treinta y cuatro kilómetros cuadrados. Las islas de Brijuni son conocidas por
su costa irregular, por su vegetación mediterránea y por su parcialmente
formado parque paisajístico. Este archipiélago destaca también por su valioso
patrimonio cultural que se remonta al periodo romano y bizantino. Además,
gracias a su excepcional belleza, Brijuni ha sido durante más de un siglo el
lugar de veraneo preferido de mandatarios importantes así como de aristócratas.
A pesar de que estas islas no están
permanentemente habitadas, en ella hay gente, todo el año durante el día,
gracias a los numerosos turistas que las visitan en pequeños barcos. En la isla
de Veliki Briján también es posible encontrar alojamiento en uno de sus tres
pequeños hoteles y disfrutar de un ambiente tranquilo en la bellísima
naturaleza, no lejos de la muchedumbre de turistas de la cercana Pula. Allí se
encuentra el campo de golf más antiguo de Croacia. El número de visitantes, sin
embargo, no ha alterado la naturaleza y esto se demuestra con el gran número de
aves migratorias que utilizan el lugar para pasar el invierno.
Casi la mitad del territorio del
archipiélago está cubierta por parques paisajísticos y prados en los que
destacan las solitarias encinas con sus follajes recortados. En el periodo en
que Brijuni era la residencia del presidente de Yugoslavia, Josip Broz Tito,
parte del parque se convirtió en un parque-safari con animales herbívoros
exóticos: elefantes, antílopes, gacelas, llamas y cebras.
El extraordinario valor del patrimonio
cultural del archipiélago de Brijuni también fue un factor muy importante que
se tomó en cuenta al reconocerle el estatus de Parque Nacional. Este patrimonio
es especialmente rico en monumentos del periodo romano, cuando en el siglo I en
la bahía de Verige existía una casa solariega de los emperadores romanos. Así
lo atestiguan numerosas esculturas conservadas de ese periodo. Además, hay
ruinas importantes del periodo bizantino, cuando en la bahía de Dobrika fue
edificado un castillo muy bien fortificado, el cual fue habitado hasta el siglo
XIV.
En el siglo XIX, la monarquía
austrohúngara edificó en este archipiélago un sistema de fortificaciones que
sirvió de protección de Pula. Estas fortificaciones se han conservado hasta
nuestros días y por sus dimensiones y majestuosidad son un ejemplo excelente de
la construcción de fortalezas en el continente europeo.
Sin lugar a ningún género de dudas,
merece un viaje especial visitar este rincón mediterráneo de Istria, auténtico
símbolo del maravilloso patrimonio cultural y paisajístico de Croacia.
(Ver interesante colección gráfica de
este reportaje en GALERIA DE FOTOS)