SAN JUAN (PUERTO RICO)



ACENTO ESPAÑOL Y SABOR CARIBEÑO

En pocos lugares de América es posible disfrutar la sensación de que el tiempo se ha detenido, como aquí. Sólo algunas zonas del centro de La Habana o la plaza mayor de Cuzco, en Perú, compiten con el viejo San Juan en esas emociones. Las dos fortalezas, San Cristóbal y El Morro, que defendieron la ciudad contra corsarios y piratas, parecen haberla preservado también del paso de los siglos.
Puerto Rico es, sin lugar a ningún género de dudas, una peculiar fusión de dos culturas, la hispana y la norteamericana. Ni viejos lobos marinos, como sir Francis Drake o el capitán Jack Hawkins y sus corsarios, ni la armada británica, holandesa o francesa, lograron doblegar este pedazo de tierra, a pesar de que lo intentaron repetidamente. La audacia de los españoles y el tesón de los propios puertorriqueños lo impidieron, aunque la inspiración divina y la astucia tampoco fueron ajenas a este afán.
La antigua ciudad de San Juan concebida como un bastión militar hace más de medio siglo, se ha convertido en una reducida y bella colonia declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad. Lo mejor es recorrer a pie sus calles y monumentos.

EL VIEJO SAN JUAN
El castillo de San Felipe del Morro, conocido simplemente como El Morro, es el más grande de los fuertes que dominan la bahía de San Juan. Tuvo un importante papel defensivo, pero en la actualidad es, sobre todo, un mirador excepcional de la ciudad. Está considerado como uno de los puntos emblemáticos de la isla.
El llamado Cuartel de Ballaja es el mayor de los edificios construidos por los españoles en el Nuevo Mundo. En su interior está instalado el museo de indios taínos y de América Latina. Justo enfrente se halla el antiguo Asilo de Beneficencia. Ambos edificios han sido rehabilitados recientemente.
Dentro del plan de rehabilitación del viejo San Juan destaca la plaza del Quinto Centenario. Desde sus escalones se puede contemplar una hermosa panorámica del mar y del cementerio de la ciudad, lugar donde reposan los más eminentes puertorriqueños desde el siglo XIX.
Construido en 1523, el Convento de los Dominicos destaca por sus elegantes cúpulas. Actualmente alberga el Instituto de Cultura Puertorriqueña, que se encarga de la cultura y las artes durante estos últimos años. Muy cerca de él está el Museo de Pablo Casals y, en la misma plaza, varios de los restaurantes más animados.
La Casa Blanca es el palacio más antiguo de Puerto Rico. Fue construido para la familia de Ponce de León en 1521. Conviene seguir el recorrido bajando por la calle del Hospital, una de las más bonitas de la ciudad.
La Catedral de San Juan destaca por sus colores ocres y blancos. Es uno de los templos más importantes de las Indias Occidentales. Justo al lado se ubica el Convento, antiguo monasterio de carmelitas, que hoy se ha convertido en un curioso hotel con aire monacal. En su patio existe un bello restaurante al aire libre con piscina. En la misma plaza se encuentra el Museo del Niño.
El Parque de las Palomas está situado en un rincón de las murallas. Como su propio nombre indica, es el lugar preferido de los niños para dar de comer a las palomas. Hermosa vista la que puede contemplarse desde este lugar.
La Plaza de las Armas es uno de los enclaves comerciales de la ciudad y siempre llena de gente. Fue diseñada en el siglo XVI y en la actualidad está rodeada de importantes edificios gubernamentales.
Por su parte, en la llamada Plaza de Arsena, siempre bulliciosa, está situada La Casita, donde puede obtenerse información turística. Los fines de semana acoge un curioso mercadillo de artesanía.
El Paseo de la Princesa, construido en 1854, ha sido restaurado recientemente y se extiende paralelo al mar y al pie de las murallas del viejo San Juan, bajo la Casa Blanca. Resulta uno de los recorridos más agradables de la ciudad.

ENTRE FUERTES Y PLAZAS
La ciudad ha crecido mucho desde el viejo San Juan hacia el este, creando un bonito contraste entre fuertes coloniales, modernas plazas y animadas playas.
El Fuerte San Cristóbal es un ejemplo de la arquitectura militar barroca. Jugó un estratégico papel en la defensa de la ciudad. Lo más impresionante es su espléndida vista panorámica desde lo alto de sus almenas. Por un pasadizo se llega a la garita del Diablo, uno de los lugares más interesantes del fuerte.
La plaza cuadrangular de Colón es donde se encuentra una estatua del ilustre navegante Cristóbal Colón. Alrededor de ella está el teatro Tapia y Rivera y el Viejo Casino de Puerto Rico, de estilo colonial español, aunque fue construido después de la conquista norteamericana de la isla.
El Capitolio está situado entre dos importantes avenidas. Es una imitación del Capitolio de Washington, pero con unas vistas impresionantes del océano. Muy cerca se encuentra la Casa de España, magnífico edificio cubierto por azulejos de color azul y rematado con cuatro torreones.
Camino de Condado se halla el Fuerte San Jerónimo. Resulta de visita casi obligada esta bella y pequeña fortaleza que alberga el Museo Militar. Cerca de este punto se encuentran los grandes establecimientos de lujo de estilo americano que dan paso a la zona hotelera de Condado.
El denominado Condado es una franja de terreno entre la Laguna y el Atlántico. Tras visitar el tranquilo y viejo San Juan, sorprende el bullicio, la música, el baile y la fiesta continua que reina en las animadas noches. Si en la zona vieja predomina el aire colonial, aquí es donde mejor se puede notar la influencia de Estados Unidos. En Condado se encuentra la mayor concentración de hoteles, casinos y restaurantes de cocina internacional. En las playas de esta zona, de arena fina y aguas cristalinas, se practica mucho el surf.
En medio de la bahía de San Juan se halla el Club Náutico que reúne lo mejor de la sociedad puertorriqueña.
El ron es la bebida por excelencia de la isla. Una buena oportunidad de probarlo y ver su proceso de fabricación es la visita a la Destilería Bacardí. Una alternativa muy barata para llegar hasta este punto es cruzar la bahía en uno de los transbordadores. En la otra orilla aguardan los coches privados para llevar a los turistas.
En la plaza de las Américas y en la moderna zona de Hato Rey se encuentra el centro comercial más importante de todo el Caribe, el cual reúne más de ciento cincuenta tiendas.

ESCAPADA A PALMAS DEL MAR
En el sureste de la isla, Palmas del Mar representa uno de los complejos turísticos más completos y atractivos de toda la isla. Se puede llegar fácilmente en coche, en menos de una hora, y resulta un punto privilegiado para conocer esta hermosa zona de playas, bosques e islas tropicales.
Lo mejor para conocer el interior de la isla, tan fascinante como su capital o sus playas, es ir en coche haciendo paradas durante el recorrido. Se puede transitar por una autovía directa, pero tal vez sea más atractivo ir por la carretera secundaria y detenerse en El Yunque.
El Yunque es una de las más importantes reservas nacionales del Caribe, con un bosque tropical con más de 240 especies de árboles y flores.
Desde los miradores del Monte Britton y del Pico del Yunque, existen unas impresionantes vistas panorámicas.
Palmas del Mar es el complejo de vacaciones más grande de Puerto Rico, también conocido como la “Nueva Riviera Americana”. Ocupa una superficie de 1.093 hectáreas y tiene todo lo necesario para pasar unas completas vacaciones. Es uno de los mejores lugares para ir en familia, ya que los niños disponen de actividades durante todo el día.
El complejo turístico de Palmas Inn & Casino es otro de los interesantes de Palmas del Mar. Es una íntima posada de sólo veintitrés habitaciones, tipo suites, en la cima de una bella colina que está rodeada por una exuberante vegetación tropical, por supuesto, con vistas al mar Caribe. También ofrece la posibilidad de alojarse en villas o bungalows. Entre sus servicios ofrece, desde un merendero al borde del mar, hasta un exquisito restaurante francés. Por la noche, una de las mayores atracciones es su elegante casino, cerca del mar.
Al margen de ello, en el Palmas Inn se pueden practicar todo tipo de actividades, deportes náuticos y campo de golf al mismo borde del mar.
Desde Palmas del Mar existe la posibilidad de realizar diferentes excursiones por toda la isla, visitando lugares interesantes de la costa sureste. Humacao es la ciudad más cercana, dotada con una de las playas públicas mejor equipadas de la isla y con fina arena.
A menos de dos kilómetros, frente a la costa de Humacao, está el cayo Santiago, una isla muy particular que acoge a los monos de la especie rhesus. Se trata de un lugar muy especial para los científicos, aunque está prohibida la entrada a los visitantes.
Vieques, a diez kilómetros de la costa, pertenece al archipiélago de las Islas Vírgenes. Es una de las más exóticas islas puertorriqueñas, con una riquísima flora y fauna.
La oferta hotelera en el interior del viejo San Juan es muy reducida, aunque ha mejorado en los últimos años. En cambio, en las zonas de Condado e Isla Verde, junto a las playas, se encuentran algunos de los más completos y lujosos complejos hoteleros del Caribe.
San Juan de Puerto Rico ofrece una vida nocturna muy latina, con casinos, espectáculos musicales y mucha salsa. Los hoteles de lujo también disponen de sofisticados entretenimientos.
A la hora de realizar compras son infinitas las posibilidades para todas las economías. Son especialmente famosas las joyerías del viejo San Juan, concretamente en la calle Fortaleza, donde se puede comprar oro a buen precio. También merecen la pena los objetos de cuero y la artesanía antigua y moderna.
Por lo que hace referencia a la gastronomía, la cocina tradicional de Puerto Rico es deliciosa. Tiene sus influencias caribeñas, así como americanas y españolas, resultando del todo original y de grandes contrastes. Se basa sobre todo en los frijoles, el arroz y los productos del mar.
Cuando Cristóbal Colón llegó a Puerto Rico allá por el 1493, escribió en su cuaderno de bitácora: “Todas las islas son muy hermosas, pero ésta última parece superar a todas las otras en belleza”.
Merece la pena perderse en este recóndito y pequeño paraíso situado en el corazón del Caribe y disfrutar de la serena quietud del viejo San Juan a través de sus callejuelas centenarias.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)