JAVA (INDONESIA)



                                                          PERLA DE EXTREMO ORIENTE

Indonesia. Un archipiélago con más trece mil islas en los confines de Asia, solitarias playas de singular belleza, volcanes, rincones donde el tiempo se detuvo hace siglos y a su vez ciudades modernas capaces de ofrecer al viajero un confort inimaginable, grandes templos, infinidad de dioses, religiones y etnias de confusos orígenes que configuran el más insólito puzzle geográfico del mundo.
Una tierra fértil y con grandes recursos naturales en la que tiene cabida una población que supera los ciento noventa millones de habitantes. Un mundo de apasionantes sensaciones donde el visitante, con frecuencia queda subyugado hasta límites insospechados.
Todo ello es posible en Indonesia, a través de un viaje que, además de una fructífera experiencia supone el más fantástico de los recuerdos.
Situada entre dos gigantescos colosos como son el continente asiático y el australiano, su atormentada historia ha configurado un país en el que impera por encima de todo la unidad en la diversidad, conservando sus primitivas raíces, uno de los aspectos que más poderosamente llaman la atención del turista que hasta aquí llega, sin por ello renunciar al más acendrado modernismo, éste bien patente en sus ciudades más cosmopolitas.

ISLA DE VOLCANES Y TEMPLOS
A pesar de ser la quinta isla en extensión de su área, Java es la principal de toda Indonesia y la más poblada del mundo con alrededor de 124 millones de habitantes.
Yakarta, la capital, está ubicada en la costa norte y ha sido el foco central de muchos cambios desde que dejara de ser un importante enclave comercial en el siglo XV para convertirse en una agitada y moderna ciudad.
Si los rascacielos, grandes hoteles, autopistas, parques y exposiciones son una característica primordial de esta urbe, los vestigios de hace siglos nos recuerdan a cada paso su pasado lleno de esplendor. La nueva mezquita de Istiqlal, una de las más grandes del mundo, y el parque Ancol, sin olvidar los barrios suntuosos y antiguos ya restaurados, los clubes nocturnos del barrio chino, centros artísticos, museos, excelentes restaurantes a nivel internacional, así como los pubs de ambiente inglés y discotecas, ideales para los que buscan este tipo de ocio. Todo ello y mucho más, es capaz de convertir una visita a Yakarta en algo inolvidable.
La isla de Java se halla dividida en tres provincias y en las mismas se encuentran las ciudades más importantes, todas muy bien comunicadas.
Java Oeste, que se extiende desde la costa occidental hasta la ciudad de Cirebon, ofrece lugares de interés como el famoso Jardín Botánico de Bogor, el paso de Puncak, estaciones de aguas termales, la magnífica costa sur alrededor de Pelabuan Ratu y el gran centro cultural y comercial que es Bandung, una atractiva urbe rodeada de colinas donde se encuentran las mayores plantaciones de té y quina de toda la isla, así como espectaculares géiseres, especialmente el del monte Tangkuban Prahu que aún hoy escupe azufre y humo por su cráter. Tiene una mezcla étnica muy interesante.
En la provincia de Java Central se halla la histórica ciudad de Surakarta (su palacio de Mangkunegaran posee innumerables riquezas) y lugares tan fascinantes como la misteriosa zona volcánica de Dieng.
Java posee un origen casi totalmente volcánico, y contiene nada menos que 38 montañas cuya forma cónica característica indica que hasta no hace demasiado tiempo fueron volcanes activos.

YOGYAKARTA, CAPITAL DE LA CULTURA JAVANESA
Yogyakarta disfruta del estatuto de territorio especial. Una de las visitas más interesantes es la del palacio del Sultán construido en 1757 y la famosa universidad de Gajah Mada, aparte de las numerosas industrias de cuero, batik (típicos tejidos decorados mediante un laborioso método que tiene siglos de antigüedad), plata y una serie de tiendas de antigüedades muy apreciadas por los turistas.
Son muy frecuentes las representaciones de wayang golek (muñecos vestidos con elegantes ropas) y de wayang kulit (sombras chinescas utilizando marionetas).
Yogyakarta está cerca de Borobudur y también de algunos templos hindúes, del Taman Sari o “castillo de agua”, de las tumbas Imogiri -a las que se llega tras subir 345 escalones- y de los jardines botánicos de Gembira. Es una ciudad que puede recorrerse a pie con facilidad.
Java Este se extiende en un terreno mucho más llano, con inmensos y fértiles arrozales, pero además, cuenta con uno de los más famosos volcanes en actividad de toda la isla, el Bromo de 2.392 metros en las tierras altas de Tengger. Existe la posibilidad de efectuar una excursión nocturna hasta el mismo borde del humeante cráter. Algo sensacional. Y no lo es menos caminar por el borde del cráter mientras desaparece la bruma matinal, resulta también una excepcional experiencia.
Desde Surabaya, la capital de esta provincia, hay ferrys que atraviesan angostos estrechos para llegar a la isla de Madura, conocida por sus carreras de toros.
Pese a contar con un pasado a menudo turbulento, Java, no por ello ha perdido su imagen de ser la isla de la felicidad.

LOS TEMPLOS HINDÚES DE PRAMBANAN
Un magnífico ejemplo de hasta que punto la religión hindú llegó a ser importante en la antigüedad y en un país como Indonesia, queda bien patente en el complejo arquitectónico de Prambanan. Este conjunto de magníficos templos fué construido alrededor del año 856 y no fue terminado hasta el siglo X, constituyendo la máxima expresión artística de la dinastía Sanjaya, que gobernó el norte de Java entre los siglos VIII y X.
En el templo principal dedicado al dios Shiva, de unos 50 metros de altura, se observan los trabajos más exquisitos. Sobre sus paredes se encuentra de forma exhaustiva tallado el poema épico del Ramayana, mientras que en cada uno de sus cuatro costados se halla una cavidad que aloja a una imagen distinta. En la central está el propio Shiva, sentado en una flor de loto, y a su costado está su hijo, el dios Ganesh. En una tercera capilla aparece Shiva reencarnado en un profesor divino, Agastya, y en la cuarta, la estatua de Durga, su consorte, aunque los javaneses no corroboran esta versión.
El templo de Shiva está flanqueado por otros dos dedicados a Vishnú y Brahma, donde también quedan expuestas escenas del Ramayana que cuentan la historia del secuestro de Sita, mujer del dios Brahma, por Ravana, el rey de los demonios de Lanka. Tras recibir la ayuda del ejército de monos encabezado por Hanuman, al final Brahma consigue liberar a su esposa Sita.
Este conjunto de excepcionales templos con una serie de magníficas representaciones de la mitología hinduista fueron construidos con posterioridad al de Borobudur.
Resulta muy difícil contener la emoción frente a una manifestación artística como esta de Prambanan que, vista desde el exterior, emerge de entre la exuberante vegetación que la rodea, como si los dioses aquí venerados quisieran separarla del resto del mundo. Una vez en su interior, el visitante queda admirado ante su magnificencia.
Sin embargo, no es solo la majestuosidad de estos templos hinduistas, que son los más espectaculares de toda la isla, sino también la delicada belleza de sus relieves y estatuas lo que termina por absorber los sentidos de quien lo contempla.
La imagen nocturna de este conjunto arquitectónico posiblemente sea más seductora, dado que parece estar rodeado de un halo de misterio.
Prambanan fue considerado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1991.
Indonesia, plural y sorprendente, no sólo ofrece las mejores opciones para los buscadores de placer y deseosos de ahondar en sus primitivos orígenes, ya que los amantes de la aventura, aquellos que van más allá de lo que es meramente un viaje organizado, tienen en este archipiélago un abanico de ofertas a cuál de ellas más diversa y atractiva.
Sumatra, por citar un ejemplo, la más occidental de las islas y donde aún siguen viviendo los toba batak (antaño antropófagos y que en la actualidad se encuentran en las selvas montañosas); las islas deshabitadas del archipiélago de la Mentawi, cuyos acantilados y arrecifes apenas si son accesibles, o bien Irian Jaya, la zona indonesia de Nueva Guinea (en la que los nativos dani continúan untándose con grasa de cerdo a manera de abrigo y se cubren con hierbas), sin olvidar las famosas Célebes (Sulawesi) donde sobreviven las tribus toraja, descendientes de primitivas culturas, los cuales siguen habitando en sus chozas de la jungla como si el tiempo no hubiera transcurrido para ellos.
Indonesia, desde la abigarrada y moderna Yakarta hasta las más paradisíacas islas de Bali o Lombok, del confort de las grandes instalaciones hoteleras a lo más intrincado de una selva de exuberante vegetación, inhóspita y tropical como ninguna, es una tierra acariciada por el mar y el sol, de montañas volcánicas, enormes arrozales, bosques de palmeras y senderos que discurren a través de pueblos ancestrales, mercados multicolores y sensuales playas. Tan maravillosa que parece un sueño.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)