LA REINA DE AFRICA
Kenya,
uno de los países más evolucionados y estables del continente africano, junto a
la modernidad de ciudades importantes como Nairobi o Mombasa ha sabido
conservar la exultante belleza de los parques nacionales y reservas, su tierra
más inhóspita, donde la sabana, el desierto y la selva tropical encierran un
singular atractivo y de ahí que siga siendo uno de los principales objetivos
turísticos a nivel mundial.
Kenya se
ha convertido en el paraíso del safari fotográfico por excelencia, uno de los
lugares más idóneos de África para disfrutar de unas vacaciones en estrecho
contacto con la naturaleza salvaje.
La
estancia en lujosos hoteles y bungalows,
y el hecho de que, por lo general, las expediciones se realicen en grupos
organizados a los que se garantiza de antemano el contemplar a toda la fauna en
libertad o bien atravesar algún poblado de nativos, acaso pueda desmitificar el
auténtico embrujo de este país, pero nada hay más lejos de la realidad. Un safari
puede ser una aventura más o menos controlada y sin riesgos de ningún tipo, no
obstante, en África hay que concederle siempre un margen a lo imprevisible y
son precisamente los imponderables los que resultan un verdadero atractivo para
el viajero ávido de sensaciones que pretende sorprender con su tele-objetivo la
veloz carrera de un guepardo tras su presa, manadas de elefantes bañándose en
un río, jirafas, ñús o cebras atravesando la sabana o quizá extasiarse en la
contemplación de un grupo de leones desperezándose a la sombra de una acacia,
tras un suculento festín.
NAIROBI Y MOMBASA
La
capital kenyata sigue siendo el enclave más importante de toda el África
Oriental, una ciudad moderna en la que se entremezclan amplias avenidas con
edificios notables y a la vez estrechas callejuelas, establecimientos de lujo,
mercados y puestos ambulantes donde se vende absolutamente de todo.
Resulta
del todo inimaginable que esta urbe con pretensión de asemejarse a cualquier
ciudad europea, a comienzos de siglo fuera tan sólo un campamento con varias
chozas levantado para albergar a los trabajadores del ferrocarril de Uganda.
Un paseo
por las principales vías comerciales de Nairobi, la Kenyatta Avenue,
Mmama Ngina Street, City Hall Way o la Moi Avenue, pueden aproximar hasta la terraza
siempre concurrida del New Stanley, las más céntricas salas de espectáculos y
de camino, observar los acreditados comercios (indios la mayoría de ellos), los
mejores hoteles y, por supuesto, el Kenyatta International Conference Center, el
coloso de 28 pisos que domina la ciudad.
Aunque
Nairobi, por lo general, no resulta ser un lugar de estancia prolongada, sino
simplemente punto de partida para los safaris que se realizan por todo el país,
resulta aconsejable efectuar una visita al concurrido mercado en el que se
agolpan infinidad de vendedores de frutas, flores, especias, perfumes y todo
tipo de mercancías, así como a la mezquita de Jamia, preciosa edificación
rematada con bellos minaretes, para después dedicar el resto del tiempo libre a
la habitual compra de artesanía, huyendo, por supuesto, de todo aquello que se
anuncia como "auténtico".
En la
costa bañada por el Índico se encuentra Mombasa, que en realidad es una isla.
Hace infinidad de siglos, mercaderes árabes llegaron hasta aquí para
abastecerse de cargamentos de marfil, oro, telas y, sobre todo, esclavos, de
ahí que siempre haya tenido una importancia predominante, resultando una
encrucijada en la ruta de Oriente. Con el paso del tiempo no ha perdido un
ápice de su sabor especial y ello queda bien palpable en su viejo puerto, el
laberinto de callejuelas que forman parte de la ciudad primitiva y donde se
mueve todo un abanico de razas, kikuyus, somalíes, etíopes, criollos, y
especialmente indios, que son quienes en realidad dominan el comercio.

Malindi
ha sido un poblado swahili desde el siglo XIV, tradicionalmente un enclave
portuario codiciado y dominado por potencias extranjeras hasta la independencia
del país. Se halla ubicado a unos 120 kilómetros al
noreste de Mombasa y su población apenas supera las 120.000 personas. El
turismo (especialmente entre los italianos) es su principal fuente de ingresos,
debido principalmente a sus playas.
En
1414 fue visitado por la flota china del explorador Zheng He. Curiosamente, el
gobernador de Malindi envió un emisario personal a China con una jirafa como
regalo.
Cuando
el explorador portugués Vasco da Gama llegó hasta estas costas, se reunió con
las autoridades para firmar un acuerdo comercial y contratar un guía para el
viaje hacia India. Para conmemorarlo se erigió un pilar de coral que aún existe
en la actualidad (restaurado). En 1499 los portugueses establecieron un puesto
comercial, existiendo una iglesia que data de aquella época.
A TRAVES DE LA SABANA
El safari
incruento de la fotografía ha venido a suplir en las últimas décadas a las
cacerías y expediciones de antaño, siendo el principal atractivo para el
viajero que se desplaza a este bello rincón del África Oriental.
Los más
de 580.000
kilómetros cuadrados de superficie que tiene este país
están ocupados mayoritariamente por la sabana, excepción hecha de las zonas
húmedas cerca de la costa, la vegetación tropical que rodea las áreas de mayor
altitud en torno a los montes Kenya y Elgon, próximos al lago Victoria, y los
desiertos del norte, cerca de las fronteras con Sudán y Etiopía.
Es en la
muy característica sabana, en medio de un paisaje tan peculiar como inolvidable
salpicado de matorrales bajos, acacias y baobabs, donde se encuentran la
mayoría de las reservas de animales.
Partiendo
de Nairobi en dirección a Nakuru se halla el lago Naivasha, un paraíso al mismo
borde del Rift Walley, la gran falla africana, y dejando atrás el volcán del
Longonot, camino de Narok, la ruta se adentra en territorio masai hasta llegar
a la reserva de Mara, al norte del Serengeti y muy cerca de la frontera con
Tanzania (la antigua Tanganyka). Más de 1.500 kilómetros
cuadrados de extensión en los que se ubica la más extensa y variada fauna,
desde elefantes, los auténticos colosos aunque ahora en manadas más reducidas,
hasta los majestuosos leones, pasando por guepardos, jirafas, cebras, ñús,
antílopes y aves de múltiples especies, así como el solitario rinoceronte al
que cada vez resulta más difícil encontrar. Todo un espectáculo de la
naturaleza salvaje que sólo en esta parte del planeta es posible contemplar en
la plena libertad de su incomparable entorno.

El lago
Nakuru significa toda una explosión multicolor, con millones de aves en sus
alrededores y una abundante vegetación. Se encuentra camino de Baringo en
dirección al Turkana (antiguo lago Rodolfo) en la parte norte del país.
Más hacia
el sur, atravesando la región Samburu, están las reservas de Buffalo Springs y
el Monte Kenya, y hacia el este, los parques nacionales Meru, Bisanadi y Kora.
Amboseli
y Tsavo son dos nombres legendarios en la geografía de Kenya, dos parques
situados al sudeste de Nairobi y cerca de los límites tanzanos, desde donde
puede contemplarse el singular encanto del mítico Kilimanjaro, con las nubes
rodeando su cumbre de nieves perpetuas.
Bordeando
el lago Victoria, en las inmediaciones del volcán Elgon, o bien entre Nakuru y
Nanyuki, se hallan más reservas naturales, siempre en las márgenes de la gran
falla que se extiende hacia el sur por la denominada "puerta del
infierno", mientras que a sólo unos kilómetros de Nairobi, las colinas de
Ngong inmortalizadas por el mundo del cine en Memorias de Africa, representan otra cita interesante para el
viajero. Es en este apacible paisaje donde surge majestuosa y sobria la granja
que perteneciera a la baronesa Blixen. Aún hoy, a través de las estancias de
esta confortable mansión parece revivirse con nostalgia la presencia de aquella
inolvidable mujer que después acabaría por dedicarse a la literatura y bajo el
seudónimo de Isaak Dinessen, relató sus apasionantes experiencias en tierras
africanas.
LOS LEGENDARIOS GUERREROS
MASAI
Kenya es
la tierra de los masai, auténtico mito y leyenda desde hace infinidad de
generaciones.
Atravesando
los más de 80.000
kilómetros cuadrados que van desde el sur del lago Turkana
hasta más allá de Manyara, en Tanzania, y desde las orillas del lago Victoria
hasta el Kilimanjaro, con frecuencia se les suele divisar a lo lejos, son
inconfundibles, surgen en la inmensidad de la sabana y su esbelta figura se
recorta en el que posiblemente resulta el más maravilloso de los paisajes del
continente negro.

El mundo
del cine y los escritores a través de sus relatos han popularizado la vida y
costumbres de los masai, de alguna manera hemos irrumpido en su tierra, pero
ellos ya se han habituado a la presencia de los blancos. Ahora, una vez
vulnerada su primitiva intimidad, en ocasiones acceden a ser fotografiados a
cambio de algún dinero, sin embargo, siguen mostrándose reacios en su mayoría
al contacto con curiosos y extraños.
PARQUES NACIONALES Y RESERVAS
Masai Mara muy posiblemente sea el mejor
Parque Nacional del país. Se encuentra situado al sudoeste, en la región del
Serengeti, dado que en realidad es una continuación del Parque Nacional del
Serengeti en Tanzania. Su nombre viene derivado del río Mara que lo cruza y,
además, por tratarse de una zona habitada por los masai. Su fama es relevante
por reunir en su área de 1510 kilómetros cuadrados una fauna
excepcional.
Masai
Mara tiene una gran población de leones, además de ser el hábitat de especies
amenazadas como el rinoceronte negro, el hipopótamo que se encuentra en los
ríos Mara y Talek, y también el guepardo. Sin embargo, el verdadero poblador de
este parque es el ñu, como sucede en el Serengeti, ya que su número se ha
estimado en millones. Todos los años, en el mes de julio, estos animales, igual
que las cebras, migran desde las planicies del Serengeti en busca de pastos más
frescos y regresan en octubre. Especies de ungulados viven también en este
parque, como la gacela de Thomson y la gacela de Grant o el impala, y se
encuentran grandes manadas de jirafas.
Amboseli es otro de los Parques
Nacionales importantes del país. Tiene unos 392 kilómetros
cuadrados en el centro del ecosistema que se extiende a través de la frontera
con Tanzania. Los masai son los habitantes más frecuentes, pero también existen
nativos de otras etnias que se han asentado allí atraídos por el éxito
turístico impulsado por la economía y la agricultura. En este parque pueden
vivirse las mejores experiencias de observación de fauna del mundo, aparte de 400
especies de aves, incluyendo aves acuáticas, pelícanos y diferentes tipos de
aves rapaces. Este parque está declarado reserva de la biosfera.
Lago Nakuru es un Parque Nacional situado
a 157 kilómetros
de Nairobi. El nombre de Nakuru significa “polvoriento” en lengua masai. Dentro
de su perímetro se encuentra el lago Nakuru, conocido por su antigüedad
geológica y por su alcalinidad. La zona del lago es refugio de aves
migratorias, particularmente de flamencos, los cuales se reúnen a millones,
constituyendo según los expertos “el mayor espectáculo del mundo”.
El parque
tiene varios campamentos, en las cercanías existe un refugio juvenil y bastante
hoteles. También hay instalaciones para alojamientos y laboratorio para
investigadores que trabajan en diferentes proyectos.
Meru es un área protegida de 870 kilómetros
cuadrados situada a 350
kilómetros de la capital. Cuenta con abundantes
precipitaciones, lo cual se traduce en hierba alta y pantanos exuberantes que
hacen difícil su recorrido. Tiene también una amplia gama de animales salvajes
como elefantes, hipopótamos, leones, leopardos, guepardos, rinocerontes negros
y algunos antílopes.
Monte Elgon es un parque situado a 140 kilómetros al
noreste del lago Victoria que protege la región alrededor del monte Elgon. Está
dividido por la frontera entre los países africanos de Kenya y Uganda, en pleno
valle del Rift.
El monte
Elgon es una cuenca importante para el río Nzoia, que desemboca en el lago
Victoria, y el río Turkwel, que desemboca en el lago Turkana
Monte Kenya fue fundado en 1949 y protege
el área alrededor del monte Kenya, la segunda montaña más alta de África. 715 kilómetros
cuadrados del total de 1.300 que tiene esta área, se encuentra por encima de
los 3.000 metros
de altitud. Fue declarado reserva de la biosfera y también Patrimionio de la Humanidad por la UNESCO.
Nairobi. Este parque de 117 kilómetros
cuadrados, está situado muy cerca de la capital y es único por estar reservado
para evitar la caza y protegida dentro de los límites de una ciudad principal.
Leones, guepardos y rinocerontes tienen aquí su hábitat natural, además de infinidad de especies de
aves.
Aberdare cubre las zonas más altas de
la cordillera de los Aberdare, en el centro de Kenya. Se extiende sobre una
amplia variedad de terrenos, ya que abarca alturas que van desde unos 2.100 metros hasta 4.300 metros sobre el
nivel del mar.
Marsabit es un área protegida que se
halla ubicada en las inmediaciones del monte Marsabit, en el norte del país. Su
reserva se caracteriza por su población de cebras y un amplio santuario de aves
de diferentes especies.
En la
zona costera de Kenya también se encuentran situados los Parques Nacionales de Kisite-Mpunguti, Kora, Arabuko Sokoke y
Ruma.
Kenya, en
el corazón de la apasionante África Oriental, es tierra de violentos contrastes
y, pese a lo que puede llegar a creerse, aún hoy, sigue encerrando muchos
enigmas para los blancos que tratamos de asomarnos a su ancestral realidad.
(Ver interesante colección gráfica de
este reportaje en GALERIA DE FOTOS)