JOYA
DEL PATRIMONIO CULTURAL CROATA
El
extremo sur de Dalmacia y de toda Croacia es una región completamente
específica en lo que se refiere a sus aspectos tanto naturales como culturales
e históricos. Y a pesar de que esta región se ha dado a conocer más por su
historia y cultura, ya que es aquí donde se encuentra Dubrovnik, la más bella
ciudad croata, sus bellezas naturales no tienen nada que envidiar a las obras
humanas. Al contrario, aquí la naturaleza, como en pocos lugares del país, no
ha escatimado en obsequiar esta región con sus perlas naturales. Y así se nos
presentan estas perlas, como verdes esmeraldas ensartadas en un collar, en una
secuencia a lo largo de este territorio que es la más pequeña región turística
del litoral croata y que comprende un único condado, el Condado de Dubrovnik y
Neretva.
De
toda la serie de islas que se nos presentan, realmente es difícil decir cuál es
la más bella: serán acaso las verdes islas de Mljet o Lastovo, o Korcula, que
es la isla más grande, o las islas Elafiti con sus mágicas y antiguas casas
solariegas. En esta región se encuentran el pintoresco y fértil valle de
Konavle, la montañosa península de Peljesac con sus viñedos, la singular región
pantanosa del delta del río Neretva, el arboreto de Trsteno que es el más bello
de Croacia y muchas más cosas, que hacen de esta región una de las más hermosas
del Mediterráneo.
En
la parte occidental de la isla de Mljet se encuentra el área protegida del
Parque Nacional del mismo nombre. Las islas de Lastovo son un parque natural y
existe un sin número de pequeñas zonas protegidas.
La
bahía de Mali Ston podría ser considerada como prototipo de las puertas de
Croacia del Sur. Esta bahía se ha introducido en tierra firme, precisamente en
el lugar donde la península de Peljesac se ha aproximado a la tierra. Esta
pintoresca bahía se enorgullece de la pureza de sus aguas y es por esta razón
que aquí se han desarrollado los célebres criaderos de ostras. Y si se ha
emprendido el viaje hacia Dubrovnik por carretera, partiendo desde el norte,
antes de la bahía de Mali Ston, hay que pasar por una región realmente especial
de Dalmacia.
EL DELTA DEL RÍO NERETVA

La
zona protegida más importante del sur de Dalmacia es el Parque Nacional de
Mljet, en la homónima isla. Este parque cubre la parte occidental de una de las
más hermosas islas del Adriático, cubierta de una densa y rica vegetación
mediterránea. Aquí se encuentran dos profundas bahías que por el angosto
estrecho que las une con el mar han sido llamadas Gran Lago y Pequeño Lago.
Mljet se distingue por su rico patrimonio cultural dentro del cual el complejo
del convento benedictino, fundado en el siglo XII, ocupan un lugar muy
singular. El convento fue edificado en una pequeña isla ubicada en el corazón
del Gran Lago y está rodeado de un parque mediterráneo. A través de los siglos
aquí se escribieron numerosas crónicas, ensayos y obras literarias. Dentro del
complejo conventual se puede admirar la iglesia de Santa María.
El
Gran Lago y el Pequeño Lago, vistos desde el aire, dan la impresión de ser
lagos a pesar de ser, en realidad, bahías. Por la poca profundidad de su lecho
y el pobre intercambio de aguas, durante el verano, la temperatura en estas
bahías es considerablemente superior a la del mar. Por otro lado, la costa de
la isla se caracteriza por tener numerosas cuevas y acantilados.
Con
el fin de proteger la naturaleza, los yates y barcos turísticos solamente
pueden entrar hasta el estrecho de Soline, que es el que abre el camino hacia
el Gran Lago y el Pequeño Lago. Por esta razón, los navegantes sólo podrán
encontrar un refugio para andar en la verde y segura bahía de Polace, en las
costas septentrionales del parque. Es en Polace donde se encuentran los restos
de fortificaciones y palacios romanos por los que obtuvo su nombre. Casi toda
el área del Parque Nacional de Mljet está cubierta de un denso bosque
mediterráneo muy atractivo al atardecer. Merced al estatus de área protegida,
se han logrado conservar numerosos árboles de un excepcional valor y diversas
plantas subtropicales. Es por esto que la diversión preferida de los visitantes
es dar paseos por las veredas sumergidas bajo la refrescante sombra de la
vegetación del parque y realizar paseos en bicicleta al lado de la orilla del
lago. A través de los numerosos senderos se puede llegar hasta el atractivo
pueblo de Govedari, conocido por sus trajes típicos. Y también es posible pasar
a pie del Gran Lago al Pequeño usando un antiguo puente.
Otra
importante agrupación protegida de las islas en el extremo sur de Dalmacia es
el parque natural del archipiélago de Lastovo.
DUBROVNIK : LA BELLEZA ESMERALDA
DE CROACIA

Dubrovnik
es desde luego la más bella y la más importante, pero no la única perla. La
vista al casco antiguo de la ciudad, cuando se entra por el camino que pasa muy
alto sobre el nivel del mar desde la dirección del aeropuerto, es una de las
más famosas panorámicas de Croacia y una de las más bellas del Mediterráneo,
porque son pocas las ciudades obsequiadas por una ubicación tan bella, en una
roca sobre el mar y con unas murallas y torres medievales tan bien preservadas.
Las murallas están ahí por una buena razón, porque Dubrovnik, por su belleza y
riqueza, fue codiciada por numerosos conquistadores, inclusive en la reciente
guerra en la última década del siglo XX.
En
la actualidad ya no hay soldados junto a las murallas, sino participantes en
obras de teatro y otras manifestaciones folclóricas, además de turistas que
quieren plasmar con sus cámaras fotográficas la belleza del entorno.
La
arteria principal de la medieval Dubrovnik es la calle Stradun, ubicada dentro
de las murallas, en cuya parte occidental se encuentra la gran fuente de
Onofrio, y en la oriental la plaza Luza, uno de los principales escenarios para
la celebración de manifestaciones, es especial las culturales, y de ellas cabe
resaltar posiblemente la más interesante: el Festival de Verano de Dubrovnik.
Alrededor
de la plaza Luza se levantan los edificios seculares más importantes de la
ciudad medieval: el Palacio del Rector, gótico-renacentista y centro del poder
raguseo, así como el Palacio Sponza. Ambos fueron construidos en el siglo XV,
igual que la mayoría de edificios principales en el casco antiguo. El Palacio
del Rector alberga un patio muy interesante, popular escenario de obras de
teatro. En su interior, convertido en museo, hay numerosos y antiguos muebles,
pinturas y esculturas de los grandes personajes de Dubrovnik.

Junto
a la plaza Luza están las principales construcciones sacras del casco antiguo:
la iglesia de San Blas, santo patrón de Dubrovnik, y la catedral de la Asunción de María. Ambas
se caracterizan por la suntuosidad barroca ya que fueron edificadas a finales
del siglo XVII, después del catastrófico terremoto de 1667. En el interior de
la catedral pueden admirarse magníficos órganos y en el tesoro unos ejemplares
de exposición muy valiosos, siendo la reliquia más importante la cabeza de San
Blas.
El
casco antiguo también alberga algunos monasterios de lujoso interior. La
iglesia del monasterio de los jesuitas está decorada de murallas pintadas en su
interior; el monasterio franciscano; la colección de antiguos utensilios
farmacéuticos, y el monasterio dominicano con una rica colección de cuadros y
un patio gratamente arreglado. Entre los objetos sacros de otras religiones
destaca la sinagoga del siglo XV, por la continuidad de uso considerada como la
más antigua de Europa.
En
Dubrovnik también abundan los museos, visitados anualmente por miles y miles de
visitantes. Después del museo del Palacio del Rector destaca el Museo Marítimo,
en el que se puede aprender todo sobre la historia marítima de Dubrovnik, desde
el medioevo hasta el siglo XX.
ALREDEDORES DE DUBROVNIK
Los
alrededores de la ciudad no rebosan de edificios monumentales, pero se caracterizan
por una armoniosa unión en lo referente a la arquitectura y la naturaleza. Eso
se manifiesta especialmente en el rincón más meridional de Croacia, la fértil
llanura de Konavle.
Ello
se refleja en la preservación de bonitos trajes tradicionales y un patrimonio
arquitectónico muy bien conservado como Konavoski Dvori en el manantial del
riachuelo Ljuta. El tesoro etnográfico de Konavle se guarda en el museo
etnográfico en el pueblo de Cilipi. La parte más meridional de Konavle y todo
el continente croata, es la península de Prevlaka, conocida por su importancia
estratégica en el control de entrada en la bahía de Boka Kotorska del vecino
Montenegro, dominada por una torre monumental.
La
población principal de Konavle es Cavtat, lugar de nacimiento del gran pintor
croata Vlaho Bukovac. Su casa natal ha sido adaptada en galería, donde se
pueden apreciar sus pinturas. Otro valioso adorno de Cavtat es el mausoleo de
la familia Racic de 1921, obra del escultor croata Ivan Mestrovic.

Más
al oeste, se encuentra la parte más singular de la región de Dubrovnik y el
delta del río Neretva.
Al
final de un recorrido por la
Dalmacia croata, no puede olvidarse mencionar el archipiélago
de las islas Elafiti, esparcidas frente a Dubrovnik con mágicas y viejas casas
solariegas y castillos del periodo del máximo esplendor de la gloriosa
república. La isla de Sipan es donde más hay, y el castillo más bonito,
renacentista, es el de la familia Stjepovic-Skocibuha, del siglo XVI.
Recubiertas
por la noble sal del mar, despertadas por el penetrante aroma de los pinos, la
lavanda y la salvia, y acariciadas por el sol y el suave viento mistral, las
costas croatas son un verdadero jardín mediterráneo que oculta grandes e
insospechadas bellezas.
Y
en el extremo meridional de Croacia, Dubrovnik, la joya más preciada. Un lugar
donde las palabras no son suficientes.
“Todos los que busquen el paraíso terrenal que vengan a visitar Dubrovnik” escribió
en cierta ocasión George Bernard Shaw, maravillado por esta ciudad que la UNESCO protegió como
Patrimonio de la Humanidad.
(Ver
interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)