DONDE EL ARTE RESPIRA EL AIRE DE LOS SIGLOS
En
las grandes ciudades del mundo se ha fraguado a través de los siglos la
historia de la humanidad. En ellas crecieron la civilización, el arte, la
cultura, los avances sociales y científicos. En nuestros días son foco de
atención de todo tipo de gentes. Viajeros de los cinco continentes se
concentran en ellas por millones, tratando de admirarlas y contagiarse de su
cúmulo de bellezas, ambientes y experiencias.
La
historia de Atenas se extiende más allá de los tres mil años, lo que la
convierte en una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo. Durante la
época clásica de Grecia fue una poderosa urbe que tuvo un papel fundamental en
el desarrollo de la democracia. También fue un centro cultural donde vivieron
muchos de los grandes artistas, escritores y filósofos de la Antigüedad. Todas
estas contribuciones de Atenas al pensamiento de su época, tuvieron una gran
influencia en el desarrollo del propio país, de Roma y de toda la cultura
occidental.
Atenas
es una ciudad rica en restos arqueológicos de extraordinaria importancia.
Además de otras construcciones de la época clásica griega, también se conservan
monumentos romanos y bizantinos, así como otros notables de la edad moderna.
En
lo alto de la Acrópolis
se alza el Partenón junto a las ruinas más célebres y admiradas de la
civilización occidental. El viajero no debe perder de vista el panorama
mientras avanza. A cada instante verá una ciudad llena de contrastes y
sorpresas. Bella y variada a cada segundo. Antigua y bizantina, neoclásica y
medieval, romántica y solitaria y, sobre todo, la moderna Atenas, extensa,
abigarrada, caótica, confusa, entrañable, vital. Y siempre sonriente.
Atenas
es siempre otra ciudad. Una ciudad que no se parece a Atenas. Sin embargo, es
siempre la misma.
BELLEZA CLÁSICA
El
barrio de Plaka es la zona turística por excelencia de Atenas. Sus calles
conducen hasta la Acrópolis
y enlazan con el bullicioso Monasteraki. Hay que olvidar las prisas y
callejear, dejándose arrastrar por el animado ambiente de los cafés, terrazas,
tabernas y mercados callejeros.
Desde
Sintagma se llega al corazón de Plaka por la calle peatonal de Kidhathineon,
llena de cafés con mesas al aire libre, tabernas, tiendas de recuerdos y viejos
locales donde se venden los más insólitos objetos.
La
plaza de Plaka es el centro de la vida nocturna. Rodeada por restaurantes,
kioscos y con un tradicional cine al aire libre, el París.
Siguiendo
hacia la linterna de Lisícrates, monumento del siglo IV a.C. se descubren
numerosos talleres de artesanos y pintores.
Tras
bordear Anafiótika, un curioso pueblo de calles encaladas y aire rural, se
llega a Theorías, un paseo que conduce a las puertas de la Acrópolis. Desde
diferentes miradores se contempla una espectacular vista de Atenas.
El
Partenón, la quintaesencia de la
Grecia eterna, sigue siendo uno de los grandes mitos de la
civilización occidental y merece una detenida visita.
Símbolo
de gloria de la antigua Grecia, el Partenón (Sala de las Vírgenes) se encuentra
en el punto más elevado de la
Acrópolis. Se trata del mayor templo dórico del país y el
único construido completamente con mármol pentélico (a excepción del techo de
madera). Se erige en el emplazamiento de al menos cuatro templos dedicados a la
patrona de la ciudad, Atenea, y se terminó de construir a tiempo para el gran
festival Panateneo del año 438
a.C.
Conviene
visitarlo a primera hora y provisto de calzado antideslizante y con la cabeza
cubierta cuando el sol empieza a dejar caer sus poderosos rayos.
Tras
contemplar el Erecteión, las famosas Cariátides (figuras femeninas esculpidas
con función de columna o pilastra, con un entablamento que descansa sobre su
cabeza), el templo de Atenea Niké, el Odeón de Herodes Atico y el teatro de
Dionisio, puede iniciarse el descenso a través de las más bellas calles de
Plaka, que conducen al Ágora romana, plaza del mercado y centro de la ciudad
antigua.
El
Ágora mercado o lugar de reunión) mejor conservada de todo el país, ofrece
inestimables datos sobre el funcionamiento de la antigua Atenas. El Ágora era
el centro de la vida social y del gobierno. Sócrates acudió aquí para exponer
su filosofía y en el año 49 d.C. lo hizo San Pablo para intentar convertir a
los atenienses al cristianismo.
El
amplio recinto arqueológico está dominado por la Stoa de Atalo y por el templo
dórico del Teseion. En sus alrededores, se puede hacer un alto en las
sombreadas plazuelas en torno a la
Torre de los Vientos y los restos de la medersa árabe.
Desde
la Torre de los
Vientos a Monasteraki, en estas calles reina un animado ambiente comercial,
especialmente en los mercadillos que se instalan los domingos. En Adrianou, hay
buenas tiendas de antigüedades y de cerámica, además de un agradable café
instalado en un viejo taller, con magníficas vistas del Teseion y la Acrópolis.
En
la plaza Monasteraki puede decirse que Atenas se reencuentra con Oriente, entre
el bullicio de vendedores de frutas que se instalan en torno a los restos de la
gran biblioteca de Adriano, de la mezquita turca de Tzistarakis y de la iglesia
monástica de Pantanassa.
De
Monasteraki a Mitropolis, la peatonal Pandrossou, llena de tiendas para
turistas y de talleres de artesanía, conduce al barrio eclesiástico en torno a
la catedral ortodoxa. Popes (monjes
ortodoxos) de negras vestiduras
frecuentan estas calles en las que se venden todo tipo de artículos para el
culto ortodoxo: desde iconos hasta sotanas
LA MODERNA ATENAS
Trazada
en 1835 por los arquitectos de la nueva capital, la plaza Sintagma (plaza de la Constitución) ha
sufrido numerosas remodelaciones, pero sigue siendo el núcleo de la ciudad. En
torno a Syntagma se extiende la urbe más moderna: elegante en Kolonaki,
comercial en Oponía y espectacular desde el monte Likavitos.
Visita
interesante la del Estadio Olímpico, en la hondonada del monte Arditos. Fue
reconstruido en mármol blanco para la primera olimpiada de la edad moderna, en
1896, sobre los cimientos del antiguo estadio. Tiene una capacidad para 70.000
personas.
Del
Estadio a los Jardines Nacionales, siguiendo la calle Irodhou Attikou y a
través del tranquilo barrio de las embajadas, se llega a la que fue residencia
real hasta 1967. Convertida en Palacio Presidencial, los llamativos evzones con su uniforme tradicional, montan
guardia en su puerta y sus evoluciones resultan todo un espectáculo para los
turistas.
Frente
al Palacio Presidencial se abre una de las entradas a los jardines del Palacio
del Parlamento. Árboles y enredaderas crean el espacio más fresco del centro de
Atenas. En el interior de los jardines hay varios cafés, un pequeño zoológico,
un museo botánico y un cine de verano.
El
Parlamento Nacional se abre en la zona este de la Plaza Sintagma. Fue palacio
real hasta 1935 y en su interior se puede asistir al relevo de la guardia,
desfilando frente al monumento del soldado desconocido.
La
plaza Sintagma se ubica en el corazón de Atenas y es el escenario de
manifestaciones y fiestas nacionales. En torno a esta plaza se concentran los
bancos, agencias de viajes, compañías aéreas, hoteles de lujo, y todo ello en
medio de un intenso tráfico, mejor sería decir caótico. Las calles Sofías y
Koumbarise, en las que se sitúan algunos de los mejores museos de la ciudad,
conducen al barrio de Kolonaki. La plaza principal, Filikis Etarrillas, está
rodeada por numerosos cafés de estilo centroeuropeo, frecuentados por
intelectuales.
Por
Tsalakov hacia Likavitos, en las calles que ascienden hacia el monte Likavitos,
varias de ellas peatonales, se encuentran las tiendas más refinadas de la
ciudad, sobre todo en lo referente a moda y diseño.
Subiendo
a Likavitos se impone un alto en la pequeña y acogedora plaza de Dexameni, con
mesas en torno a un estanque cubierto que fue construido por el emperador
Adriano.
Un
teleférico conduce desde lo alto de la calle Plutarco hasta la capilla de San
Jorge en la cima de Likavitos, desde donde se pueden contemplar excelentes
panorámicas de la ciudad.
PUERTO DEL PIREO
La
zona donde está situado este puerto, prácticamente se ha convertido en un
barrio. Se encuentra a unos diez kilómetros del centro de la ciudad y es uno de
los más importantes del mar Mediterráneo. Desde El Pireo parten múltiples ferries que recorren las rutas entre
Atenas y las numerosas islas del Egeo, así como rutas internacionales. En la
actualidad, también se ha convertido en una zona dedicada al ocio.
También
existen dos puertos de menor importancia en Rafina y Lavrio, situados al este y
sureste de la capital, en la costa del Ática.
CULTURA Y NATURALEZA
Los
principales complejos arqueológicos de Atenas están integrados dentro de los
parques, a su vez conectados entre si por paseos peatonales que forman un
conjunto unificado de fácil visita. En particular, la Acrópolis y el Ágora
antigua están integradas dentro de una gran zona verde que también incluye las
colinas de Filopappos, Ninfeon y Mouseion, la roca del Areópago, y restos
arqueológicos como Pnyx, el monumento de Filopappos o restos de la antigua
muralla de Atenas.
En
el centro de la ciudad se encuentran los Jardines Nacionales que datan del
siglo XIX. En su entorno se ubican varios puntos de interés: el edificio del
Parlamento; el templo de Zeus Olímpico, etc. Otras colinas de la ciudad están
pobladas con diferentes especies de árboles, más a modo de pequeños bosques que
de típicos parques urbanos: es el caso del Licabeto, Strefi o Arditós.
Las
montañas que rodean Atenas son importantes pulmones para la ciudad, y son
utilizadas por los ciudadanos como espacio de ocio, aprovechando sus muchas
rutas y visitando lugares de interés.
En
las cercanías de la zona urbana se encuentran dos lagos de interés. El Maratón,
a varios kilómetros de los municipios del extremo norte. Se trata de un pantano
artificial cuya presa destaca por estar recubierta por mármol blanco del
Pantélico. El lago Vouliagmeni, por su parte, se encuentra en el extremo más
meridional de la ciudad y a escasos metros del mar. Un balneario se halla en
este lago merced a sus aguas termales que mantienen una temperatura de 24
grados durante todo el año.
LOS PINTORESCOS BARRIOS
Cuando
el viajero abandona la ciudad suele preguntarse ¿Qué he aprendido de Atenas?...
Rindió homenaje al Partenón, se volvió loco en Monastiraki, se divirtió en
Plaka, observó a los evzones, visitó
el Parlamento y la Academia,
se mezcló con la multitud en la plaza
Sintagma y en Ormonia, se acercó al Pireo, subió al Lykabeto… Y de repente se
da cuenta de que todavía no ha descubierto Atenas, porque lo cierto es que no
puede conocerse ni en un mes ni en un año. Sin embargo, Atenas se puede conocer
en un momento.
Hay
que buscar esos momentos. Subirse a un autobús y recorrer todo aquello que no
indican los programas oficiales, o bien callejear y perderse por los barrios,
los pintorescos barrios de la vieja y majestuosa Ática.
El
municipio de Atenas se encuentra en el centro del área metropolitana. Es el
centro administrativo del Estado griego, el principal núcleo comercial, y
concentra la mayor parte de los restos arqueológicos y atracciones turísticas.
La
parte más central y antigua de la ciudad son los barrios de Plaka y
Monastiraki, inmediatamente al norte de la Acrópolis. Son
zonas turísticas, pintorescas y de un ambiente muy especial, de calles
estrechas e irregulares, numerosos comercios y locales de hostelería junto a
múltiples ejemplos de la arquitectura neoclásica. La Catedral metropolita se
ubica aquí. En la parte más alta de Plaka se encuentra Anafiótika, un pequeño
barrio con viviendas al estilo típico de las islas del Egeo.
También
céntricos y adyacentes a la
Acrópolis y el Ágora antigua son los barrios de Psirí,
Thissio y Gazi, destacados por sus numerosos cafés, locales de ocio y
musicales, galerías de arte y vida nocturna. Entre Gazi (una antigua fábrica de
gas, reconvertida en espacio artístico y de exposiciones) y Psirí se encuentra
el complejo arqueológico del Cerámico.
Kolonaki,
situado al pie del monte Licabeto, está considerado un barrio señorial en el
que abundan los comercios y restaurantes de lujo, así como diversas
instituciones extranjeras. Al norte del mismo se halla Exarchia,
tradicionalmente un barrio estudiantil (aquí se encuentran algunas Facultades)
con intensa vida cultural, y núcleo de los movimientos contestatarios de
estudiantes de Atenas. En ambos distritos se pueden admirar edificios
neoclásicos y modernistas.
Otros
barrios de la ciudad son Pangrati (donde se ubica el estadio Panathinaiko),
Omonia (en torno a una de las mayores plazas de la urbe), Mets, Ambelokipi,
Metaxourgio, etc. Puede decirse, sin temor a caer en error, que toda Atenas
respira a través de sus peculiares y entrañables barrios.
Atenas
goza de una importante infraestructura hotelera. Los hoteles atenienses se
concentran principalmente en tres zonas: en torno a la plaza Sintagma los más
emblemáticos, cerca de Omonia los de tipo medio, y en el elegante barrio de las
embajadas, los grandes hoteles internacionales.
Los
atenienses parecen comer a todas horas, pero cada cosa en su sitio: el café en
los kafenion, las tapas (metzedes) en una metzedepoleia, el aperitivo en una taverna, la comida en un estiatorium
y los dulces en las zacharaplasteion.
Pocas
ciudades europeas tienen la gran actividad nocturna de Atenas. Los bares de
copas, discotecas, cafés y espectáculos dispersos por toda la ciudad cierran a
altas horas de la madrugada.
Para
ir de compras, la ciudad tiene varias zonas comerciales capaces de satisfacer a
todos: desde el mercadillo de Monasteraki, hasta las elegantes tiendas de
Kolonaki, sin olvidar el bazar moderno de Ermou o las tiendas de artesanía de
Plaka.
Al
contrario de la mayoría de las grandes ciudades, no es mala idea tomar el
primer contacto con Atenas por la noche. La presencia de turistas es menor y el
calor, si es verano, se hace menos agobiante y la ciudad resulta más auténtica.
Los
filósofos afirman que viajar a Grecia es volver al hogar. No en vano el legado
de su antigua civilización domina la conciencia de todas las naciones
occidentales. Durante mucho tiempo ha sido uno de los destinos más populares de
Europa; de hecho, hace casi 2.000 años ya que Pusanias redactó su primera guía
de Grecia, ofreciendo a los antiguos viajeros una información de valor
inestimable sobre las peculiaridades de la cultura griega.
La
antigua y moderna Atenas es una ciudad increíble que sigue escondiendo
maravillas secretas, una aventura para los sentidos y las emociones.
Un
encanto seductor que, sin duda, atrapa de inmediato al viajero.
(Ver interesante colección gráfica de
este reportaje en GALERIA DE FOTOS)
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