UN ENCANTO DE SINGULAR BELLEZA
A
orillas del río Salzach y cerca de las estribaciones septentrionales de los
Alpes, Salzburgo está situada en un lugar de auténtico privilegio, a unos 150 kilómetros al
este de Munich (Alemania) y a unos 300 al oeste de la capital austriaca.
Además, el carácter montañoso del sur de la región contrasta con las suaves
ondulaciones de su parte norte, siendo la cima alpina más cercana el Untersberg
(1.853 m.),
que se halla enclavado a corta distancia del sudoeste de la ciudad, cuyo centro
está rodeado por dos elevaciones pétreas: el Mönchsberg y el Kapuzineberg, con
bosques que constituyen un auténtico pulmón verde.
Salzburgo
también es conocida por sus populares y estrechas callejuelas que le confieren
un encanto muy especial al conjunto histórico-artístico, así como por sus
numerosos monumentos, los cuales contribuyeron a que la UNESCO lo declarara Patrimonio
Cultural de la Humanidad
en 1997. Una belleza que, sin duda, perdurará para el disfrute de futuras generaciones.
Sin olvidar, por supuesto, los festivales de música de renombre internacional.
UN RETAZO DE HISTORIA
Se
han encontrado trazas de establecimientos que datan de tiempos muy antiguos.
Particularmente, en la colina de Rainberg existen indicios de una ocupación
continuada desde el Neolítico hasta la conquista romana en tiempos del
emperador Augusto. Asimismo, en la colina del castillo y en el Kapuzineberg se
han descubierto restos de fortificaciones de lo que en la Edad de Hierro fue con toda
probabilidad el centro más importante del pueblo celta de los ambisontii.
Los
romanos agruparon las pequeñas comunidades agrícolas en un única urbe, Juvarum, en el año 15 a.C. Más adelante se
convirtió en municipium en el año 45
d.C. bajo el emperador Claudio, llegando a ser uno de los más destacados de la
provincia de Noricum. El declive de Juvarum después del colapso de la
frontera de Noricum fue muy rápido,
de tal forma que en el siglo VI se encontraba en un estado prácticamente
ruinoso.
Hacia
el año 700, San Ruperto fundó una nueva población en el antiguo luvavum romano, en su búsqueda por
establecer una basílica y convirtió en el año 739 la población en sede de un
obispado, y años después, Arno, en sede de un arzobispado.
Salzburgo
fue gobernada por un Príncipe-Arzobispo hasta finales del siglo XIX.
UNA JOYA DEL BARROCO
Esta
ciudad es una armoniosa combinación de paisaje y arquitectura, arte y cultura,
tradición y modernidad. Salzburgo tiene alrededor de 200.000 habitantes, más de
cuatro mil eventos culturales y numerosas construcciones eclesiásticas
barrocas, debiendo su fama internacional a su incomparable y sencillo encanto.
Las novedades se pueden descubrir en las más de cincuenta galerías de arte, los
veinte museos y las modernas obras de arte de la Salzburg Foundation. También
hay pequeñas tiendas y manufacturas con una larga tradición: maestros
panaderos, peleteros, productores de licores, tejedores, pasteleros y sastres,
que dan vida al laberinto de sus callejuelas del centro con sus románticos
patios. En la ciudad no sólo se mezclan tradición y modernidad en la
gastronomía, la cultura y la arquitectura, sino también en las compras.
Sus
monumentos más importantes han traído la fama a esta pequeña ciudad. Entre
ellos se pueden destacar el Castillo de Mirabell, la Fortaleza Hohensalzburg,
la catedral o la calle Getreidegasse con la casa natal de Mozart.
Además,
Salzburgo transmite su hermosura al recorrer sus románticos pasajes y patios,
sus alegres fuentes y las imponentes montañas de su alrededor. Todo ello en
conjunto atrae desde hace siglos a viajeros de todo el mundo. El poeta Georg
Trakl consideró la ciudad como la más bella del mundo. Y el propio Alexander
von Humboldt llegó a manifestar: “Para
mí, las regiones de Salzburgo, Nápoles y Constantinopla, figuran entre los
lugares más espectaculares del mundo”.
EL AMOR POR DISFRUTAR
Paseando
por el casco antiguo de la ciudad, del que se acostumbra a decir que es el
“centro comercial más bonito de Austria”, el visitante puede empaparse del familiar
ambiente que le rodea. Se encuentran tiendas de moda vanguardistas y
tradicionales, y dulces recuerdos para los que tuvieron que quedarse en casa.
Aquí no se queda ningún deseo sin cumplir. Hay que disfrutar de un ambiente
amistoso y de un cordial servicio en las renombradas cafeterías, o en
cualquiera de los numerosos y variados restaurantes de la ciudad.
Aquí
no es café con leche, sino “kleiner brauner”, “melange” y “einspänner”. Los
exquisitos cafés saben aún mejor si se acompañan con dulces típicos como la “Sacher
Torte”, el “Apfelstrudel” o bien los “Salzurburger Nockerl”.
EL ESTILO DE LAS ÉPOCAS
En
Salzburgo conviven la vieja tradición con lo más moderno, como puede
comprobarse con una simple mirada al monte Mönchsber donde se alza la fortaleza
Hohensalzburg en una ladera y el Museo Contemporáneo en la otra.
El
contraste arquitectónico entre lo antiguo y lo modernista plasma la historia de
esta ciudad y está presente en muchos lugares, donde los monumentos históricos
conviven con obras de arte contemporáneo. Todos merecen una visita; el Aula
Magna de la Universidad,
el castillo de Mirabell, la Gran Casa
del Festival, la Nueva Casa
para Mozart, la Universidad Mozarteum
y el Hangar-7 con su magnífica colección de aviones.
Otros
puntos de indudable interés son la catedral, el edificio religioso más
emblemático de la ciudad, el cementerio de San Pedro con su singular entorno,
la sede de los Festivales, la calle Linzer Gasse, una de las más transitadas,
la iglesia de San Sebastián, el Hellbrunn, antigua residencia de verano, el
magnífico zoológico y un interminable etcétera.
CAPITAL CLANDESTINA DE LA CERVEZA DE AUSTRIA
Salzburgo
no es sólo la ciudad de los festivales, sino también la capital clandestina de
la cerveza austriaca. La tradicional Cervecería Stiegl de Salzburgo, por
ejemplo, lleva fabricando la cerveza Salzburger Märzentyp desde el año 1492.
Hay pruebas que demuestran que también el genio Wolfgang Amadeus Mozart
apreciaba una buena y fría cerveza Stiegl.
En
la actualidad, la Cervecería Stiegl
es la mayor cervecería privada de Austria y sus instalaciones figuran entre los
atractivos turísticos de Salzburgo. En el Museo Stiegl-Brauwelt se puede
asistir al proceso de elaboración de la cerveza en directo y después de la
visita degustar los diez tipos de cerveza en la recién restaurada sala de
fermentación que data de 1863.
EL FASCINANTE MUNDO DE LA SAL
La
sal del monte Dürnberg le dio nombre a esta ciudad y a la región. Fueron los
celtas quienes comenzaron a extraer el “oro blanco”, que en aquel entonces era
un bien muy codiciado. Wolf Dietrich von Raitenau, Príncipe-Arzobispo de
Salzburgo, modernizó el proceso de extracción y con ello llevó la riqueza y la
fama a la ciudad. Gracias a esto, Salzburgo luce esa belleza barroca que vemos
hoy en día. Este personaje, también llamado “Duque de la Sal”, ejerce de guía virtual
en las minas de sal de Dürnberg, descubriendo al visitante este místico mundo
subterráneo.
La
visita empieza con un recorrido en el tren minero, que conduce hasta el inicio
del descenso por el tobogán que utilizaban antaño los trabajadores. Una vez en
la mina, una embarcación de madera lleva a través del Lago de la Sal subterráneo y, finalmente,
se vuelve a subir a la superficie mediante el remonte llamado “Grubenhunt”.
Ya
en la superficie merece la pena visitar la reconstrucción del poblado celta. Al
mismo tiempo, en la cercana ciudad de Hallein se puede averiguar más acerca de
los antepasados celtas, su vida cotidiana, su cultura y religión.
MOZART Y EL MUNDO DE LA MÚSICA
Hablar
de Salzburgo es hacerlo de Wolfgang Amadeus Mozart, su hijo más famoso y que ha
marcado a la ciudad de una forma muy especial.
Entre
los atractivos principales figuran la casa natal en la calle Getreidegasse y la
vivienda de la familia Mozart en la Makartplazt, además de los numerosos conciertos
que interpretan su música.
Aparte
de Mozart, Salzburgo cuenta con un variado y distinguido programa cultural con
más de cuatro mil acontecimientos anuales. Cabe destacar el Festival de Pascua,
el de Pentecostés, el Gran Festival de Verano, el Festival “Dialoge”, el “Sommerszene”,
el Festival de Jazz de Otoño, los Días de Cultura y los Conciertos de Adviento.
El
programa cultural que suele ofrecerse se puede completar con visitas a los
numerosos museos de la ciudad, galerías de arte, esculturas de arte plástico y
otras exposiciones.
LOS ALREDEDORES DE SALZBURGO
La
famosa región Salzkammergut y el mayor Parque Nacional de los Alpes, el Parque
Nacional Hohe Tauern, forman parte de la región de Salzburgo. Pero para
descubrir la incomparable belleza de este lugar ni siquiera hay que alejarse de
la ciudad. En sus alrededores se encuentran paisajes inolvidables, románticos
pueblos y muchos enclaves de interés cultural.
Entre
los atractivos de la región de Salzburgo figuran importantes monumentos
históricos y residencias de artistas internacionales, lagos cristalinos y
diferentes campos de golf. Una amplia oferta de ocio y una extensa red de
hoteles permiten disfrutar al máximo de las vacaciones. Cabe destacar las
festividades del Otoño Campesino, la amplia oferta de rutas para bicicleta y
las bellas playas de los lagos. Una región en suma que convence por su
diversidad y belleza.
EL ENCANTO DE LA NAVIDAD
El
paisaje de Salzburgo en invierno parece extraído de un cuento de hadas. En el
aire bailan los copos de nieve y desde el Mercado de Navidad llegan los
tradicionales villancicos de los conjuntos de viento. La época navideña se
celebra en Salzburgo con los Cantos de Adviento en la
Gran Casa del Festival, los pasacalles de “Perchten” en el casco antiguo, la
exposición de belenes de la Asociación
Cultural Heimatwerk y la Fiesta de Invierno en el parque Volksgarten. En
Fin de Año la ciudad se convierte en una enorme sala de fiesta con música y
espectáculos en todas las plazas de la ciudad. Finalmente, el primer día de
enero se disfruta de la “Milla del
Sonido” en las orillas del río Salzach.
Salzburgo,
escenario del mundo, es una ciudad encantadora que merece ser descubierta, pero
también hay que vivirla.
(Ver interesante colección gráfica de este reportaje
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