LA CIUDAD EN EL FIN DEL MUNDO
Hallándose de camino a las Galápagos y durante su viaje alrededor del mundo (1831), Charles Darwin escribió en su diario: “Una sola ojeada sobre el paisaje me bastó para saber que allí iba a ver cosas enteramente distintas de las que había visto hasta entonces”.
La -Tierra de Fuego- es la puerta de la Antártica. Un lugar remoto, mudo testigo de la historia de aventureros, románticos descubridores e indígenas milenarios, donde la cercanía del mar provoca grandes cambios climáticos. Una provincia que ha permanecido intacta a través de los siglos, y en la cual siguen existiendo las mismas llanuras inhóspitas, idénticos rincones inhabitados, montañas sacudidas por vientos huracanados y las temibles tormentas del Cabo de Hornos, entre el Atlántico y el Pacífico. Bravas aguas magallánicas que no arredraron a piratas, navegantes y colonizadores, auténticos héroes de naufragios, mitos y leyendas.
Ushuaia, la capital, es la ciudad más austral del mundo.
Al sur de la Patagonia argentina, se extiende la inmensa isla montañosa y boscosa a la que Fernando de Magallanes llamó -Tierra de Fuego- al cruzar el estrecho que luego llevaría su nombres (1520) y observar grandes columnas de humo.
“Como esta gente vivía prácticamente desnuda en medio de este clima riguroso, su mejor refugio lo encontraban junto al fuego. Los indígenas mantenían sus hogueras encendidas día y noche. Los niños se agitaban alrededor del fuego en busca de calor y alimento. También se mantenía fuego dentro de las canoas cuando estaban en uso…”. Estos párrafos pertenecen al libro “El último confín de la Tierra” de E.Lucas Bridges y señala las razones del origen del nombre de esta tierra.
A partir de su descubrimiento, una sucesión de expediciones fueron llevadas a cabo por ingleses, portugueses, franceses, holandeses y españoles en búsqueda de su dominio. Estas lejanas tierras fueron recorridas por famosos corsarios como Sir Francis Drake y Thomas Cavendish, navegantes holandeses como Sebald de Weer e Isaac Le Maire y españoles como Simón de Alcazaba o Alonso de Camargo, entre otros.
Los Yámana, primitivos habitantes del sur de -Tierra de Fuego-, ocupaban ambas márgenes del canal Beagle y otros canales adyacentes hasta el Cabo de Hornos. Adaptados a la vida litoral marítima, cazaban lobos marinos por su alto contenido en grasas, una de las principales fuentes de alimentación. Su torso era ancho y largo en contraste con sus extremidades inferiores.
Después de más de seis mil años de vida en la zona, los habitantes más australes del planeta comenzaron a entrar en contacto con expedicionarios europeos, etapa en la que se entremezclaron naufragios y pequeños combates con matanzas de lobos marinos que fueron deteriorando la vida de los nativos.
En 1871 se hizo definitiva la instalación de una misión anglicana a cargo del reverendo Thomas Bridges, en las inmediaciones del actual aeropuerto de Ushuaia.
Corría el mes de septiembre de 1884 cuando recaló en la bahía la División Expedicionaria al Atlántico Sur, la Armada Argentina, hallándose al frente el comodoro Augusto Lasserre, con el propósito de instalar una Sun-Prefectura.
El 12 de octubre de aquel mismo años, al enarbolarse el pabellón argentino frente a la bahía de Ushuaia, quedó inaugurada oficialmente.
A partir de entonces, proliferó la llegada de pioneros atraídos tal vez por los rumores acerca de la existencia de oro en estas latitudes.
-Tierra de Fuego- se reparte entre Chile y Argentina. Consta de la Isla Grande (de una superficie semejante a Irlanda) y numerosas islas de menor tamaño.
La parte administrada por Argentina es la zona precisamente más habitable.
Río Grande es la capital económica, dentro de la industria, la ganadería y el comercio, es una ciudad limitada por el mar y las estepas fueguinas, más llanas que las patagónicas. Por lo general, es localidad de paso hacia la capital, Ushuaia.
Al sur de Río Grande, el lago Fagnano divide la isla en dos paisajes diferentes. El sur es eminentemente montañoso. Entre los espesos bosques aparecen algunos lagos y, aunque no hay grandes ríos, proliferan los torrentes y arroyos.
Las montañas, aunque de poca altitud, tienen sus cimas nevadas prácticamente durante todo el año.
Pasando curvas y desniveles y tras bordear el Lago Escondido, la ruta asciende al paso Garibaldi, para descender posteriormente hacia el canal Beagle.
Además de los lobos marinos, en el canal de Beagle y en el estrecho de Magallanes se divisan habitualmente ballenas, orcas y delfines.
La parte más interesante para el viajero es la franja que bordea la orilla norte del canal de Beagle. En esta zona están las principales pistas de esquí de fondo y el Valle de los Huskies, donde se ofrecen paseos en trineos guiados por perros-lobos.
El Parque Nacional Tierra de Fuego es un lugar único en el mundo cuyo valor reside en ofrecer al turista una naturaleza completamente virgen. Fue creado en el año 1960, representa el área natural protegida más austral de la República Argentina. Abarca una franja de seis kilómetros sobre el canal de Beagle y una superficie de 63.000 hectáreas. Está ubicado en el ángulo SO de -Tierra de Fuego- sobre el límite con Chile, cerca de Ushuaia y a unos 3.200 kilómetros de Buenos Aires.
Este parque conserva especies de bosques subantárticos. Aquí viven zorros colorados, guanacos, castores, cóndores y gansos. Desde él se contemplan panorámicas del canal de Beagle, sus islas montañosas, así como su flora y fauna que son realmente únicas.
Este hecho atrae a miles de turistas que buscan en Ushuaia el reencuentro con la naturaleza en la ciudad más austral del mundo.
UNA CIUDAD APACIBLE
Los primeros testimonios históricos de Ushuaia, la única ciudad argentina situada al otro lado de los Andres, coinciden con las incursiones de audaces navegantes europeos a principios del siglo XIX.
En lengua de los indígenas significa “bahía penetrando al oeste”. Es una ciudad que ha crecido muchísimo en los últimos años, debido a la radicación de algunas industrias.
Capital de la -Tierra de Fuego-, está situada en el canal Beagle y rodeada por los montes Martial, ofreciendo un paisaje único en Argentina, una combinación maravillosa de montañas, glaciares y bosques. Su población actual ronda los 57.000 habitantes.
La caprichosa topografía ha generado una ciudad sumamente pintoresca que combina colores y desniveles, acompañando la silueta de los Andes que se recorta contra el cielo. En el centro hay varios edificios antiguos, ejemplos de la variada arquitectura fueguina, entre ellos la mansión de la familia Eizstein y la casa de los Beban, así como un bar y una pensión, la biblioteca popular Sarmiento y la Legislatura Provincial (considerado monumento histórico).
Una visita poco menos que obligada es el Museo del Fin del Mundo, donde se exponen restos de naufragios, documentos y fotografías referidas a la historia de la región. Todo ello sin olvidar el Museo Marítimo y antigua prisión de Ushuaia y los museos Yámana y Acatushun.
En el puerto, a diario se puede observar como los buques descargan los famosos centollos con los que se cocina el plato típico de la zona. Un paseo por la calle San Martín puede convertirse en una buena oportunidad para comprar los artículos importados que se ofrecen en sus negocios.
El Obelisco situado en la plaza 12 de Octubre es el lugar donde por primera vez se izó el pabellón nacional en -Tierra de Fuego- (1884). La Prefectura Naval, antiguas residencias familiares del siglo XIX y la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, son otros puntos de interés.
Desde el puerto salen la mayoría de excursiones, en las que se contemplan espectaculares y bellos paisajes entre bahías e islas habitadas por la más variada fauna marina.
También desde el muelle turístico de Ushuaia, que es el centro comercial de la ciudad, se puede tomar el servicio del Ferrocarril Austral Fueguino, mediante ómnibus que llevan hasta la denominada Estación del Fin del Mundo. Desde este lugar parten los trenes de vapor que siguiendo la vera del serpenteante río Pipo se interna en el Parque Nacional de la Tierra de Fuego. Realiza su primera parada recreativa en el Punto Panorámico de la Cascada de la Macarena, desde donde se tiene la oportunidad de observar los campamentos aborígenes que recrean en tamaño original sus formas y costumbres. El viaje terrestre continúa por el Cañadón del Toro hasta los límites del parque. Este recorrido es el mismo que había el tren de los presos que funcionó hasta 1947. Un paseo de 15 kilómetros y un par de horas de duración, muy agradable.
CLIMA Y GASTRONOMÍA
El clima de Ushuaia es del tipo templado, húmedo todo el año y con verano frío. Este clima es llamado también clima oceánico frío o subsolar oceánico.. Muy a pesar de que las temperaturas son frías todo el año, se encuentra enclavada entre altos bosques magallánicos, los cuales aún sobreviven en los bordes de la ciudad. Ushuaia posee una temperatura media anual de 5,7º y una escasa oscilación térmica anual. Resultan extrañas las temperaturas de más de 15º en verano o menores a -8º en invierno.
La constante temperatura baja convierte a Ushuaia en una ciudad de clima húmedo; también ayuda para ello el alto promedio de días con alguna precipitación (unos 200 días al año), siendo también alto el número de días nublados o brumosos.
Por lo que hace referencia a la gastronomía, Ushuaia cuenta con la cocina típicamente austral. En ella se puede degustar la tradicional centolla fueguina, la merluza negra, el abadejo y el besugo, mariscos y pescados, así como el asado de cordero patagónico a la cruz. Todos los años, durante el invierno de celebra el Festival Gastronómico “Ushuaia a Fuego Lento”, que es un evento en el que se incluyen circuitos gourmets, clases de cocina, degustaciones y capacitación para profesionales. Con platos en base a cordero, trucha, merluza negra, mejillones y centolla, entre otros.
VIAJE A LA ANTÁRTIDA
A poco más de un millar de kilómetros al sur de Ushuaia se extiende el continente menos explorado del planeta: la Antártica. El continente propiamente dicho está dividido en dos grandes sectores: Oriental y Occidental. En éste último se sitúa la península Antártica y el macizo Vinson (5.100 metros), el punto más elevado. Una serie de islas prolongan la península en el mar de Weddell, siguiendo el Arco de Scotia; Shetland, Orcadas del Sur, Sándwich del Sur y Georgias del Sur.
En algunas de ellas, por ejemplo en la isla Decepción, en ocasiones se registra actividad volcánica.
Desde el mes de noviembre hasta mediados de marzo, son muy interesantes las posibilidades de visitar la península Antártica. Si la navegación puede hacerse en condiciones favorables, se realizan cruceros que salen de Ushuaia y la duración de los mismos puede llegar hasta los quince días, Durante la navegación suelen aproximarse hasta el Cabo de Hornos, se desembarca en algunas bases científicas y en colonias de avifauna (ballenas, pingüinos, orcas y lobos marinos).
Al margen de ello, navegando por los más de 500 kilómetros del estrecho de Magallanes, en muchos lugares no se divisan ni tan siquiera las orillas, separadas por 40 kilómetros en su parte más ancha, serpenteando a través de canales angostos que parecen proteger de esos dos océanos, el Pacífico y el Atlántico, a los que tanto temían los marineros y aventureros de todas las calañas. Y es que el estrecho de Magallanes es un mar pequeño y muy traicionero, un mar encajonado por costas escarpadas.
Del mismo modo, existen cruceros de una semana de duración, a los canales fueguinos, glaciares de la cordillera Darwin y la isla de los Estados.
Disfrutar de la naturaleza virgen a miles de kilómetros de la civilización, en la zona más austral del mundo, en -Tierra de Fuego-, supone una experiencia tan apasionante como inolvidable.