UN
CAPRICHO DE LOS
DIOSES
Según la mitología
griega, Rea ocultó a Zeus en el monte Ida, situado en el centro de la isla. El
mismo dios llegó a Creta tras raptar a Europa y de su unión nacieron tres
hijos, uno de los cuales fue Minos, cuya esposa dio a luz al Minotauro, que
luego fue encerrado en el Laberinto.
También existen una
infinidad de leyendas que se desarrollan en esta isla sobre Ícaro, Dédalo y
Talos, que era un gigante de bronce que defendía la isla de cualquier amenaza.
En torno a Creta son
múltiples las referencias que existen sobre sus orígenes mitológicos, de ahí
que un halo de misterio y fascinación la haya envuelto a lo largo de su
historia.
Creta es la isla más
grande de Grecia y la quinta en tamaño del mar Mediterráneo. El archipiélago
cretense conforma una de las siete administraciones descentralizadas del país.
Hasta principios del siglo XX también se la conoció con el nombre de Candia,
topónimo que deriva del latín candidus
(blanco) y que le aplicaron los marinos y comerciantes italianos de la época
medieval.
Antiguamente, Creta fue
un centro de la cultura minoica (2700-1420 a.C.), siendo considerada la más antigua
civilización de la que se tiene constancia en Europa.
GEOGRAFÍA, CLIMA Y POBLACIÓN
Posee una superficie de 8.300 kilómetros
cuadrados, una costa de 1.040 kilómetros de longitud y una población
aproximada de unos 620.000 habitantes.
La isla está situada en
el extremo sur del mar Egeo y no muy distante del litoral de Egipto en África.
Presenta cotas de altura sobre el nivel del mar muy próximas a los 2.500 metros en el
monte Ida (2.460 m.)
y en Levka Ori (2.452 m.),
y una altitud media de más de 200 metros en gran parte de su superficie.
Su relieve está
configurado en gran medida por la actividad sísmica, responsable de sus 1.040 kilómetros
de recortadas costas y de sus llanuras fragmentadas. Su río más importante es
el Mesara y entre sus golfos sobresalen el de Mira bello (Mirampéllou), el
Chanión (Khanión) y las bahías de Mesara y de Almyroú. Sus cabos más importantes
son el Spátha (Akra Spánta), el Stravros y el Sideros (Akra Sideros).
El clima es mediterráneo
con divergencias entre el norte, más húmedo que el sur debido a la menor
incidencia de los rayos solares (vertiente de umbría al norte y de solana al
sur). La forma alargada de la isla (265 kilómetros de
longitud) origina un déficit hídrico en la zona oriental, que se encuentra a
sotavento de los vientos del oeste.
La vegetación existente
es la típica del clima mediterráneo, aunque muy degradada por la acción humana.
Entre la vegetación arbórea se cuentan el ciprés y el castaño; en la arbustiva,
las plantas aromáticas típicas del clima: salvia, tomillo y orégano. También
están presentes enebros, retamas, adelfas y mirtos.
En la antigüedad fue
llamada “la isla de los olivos” por la gran extensión de estos árboles y su
cultivo.
Según el censo, su
población es casi la misma que la total en el resto de las islas de Grecia.
Tiene una densidad de 72 habitantes por kilómetros cuadrados, inferior a la del
país (83 hab. k/m2). Desde mediados del siglo XX, el éxodo rural ha mermado su
población. La emigración exterior se ha dirigido hacia Atenas y otros países de
Europa, mientras que la interior ha tenido como receptoras a las ciudades
insulares.
Creta es una de las regiones
en que se divide Grecia. La capital es la ciudad de Heraclion y se divide
administrativamente en cuatro unidades periféricas: La Canea, Rétino, Heraclion y
Lasithi. Otras ciudades importantes son La Canea, Rétino, Ierápetra, Agios Nikolaos, Siteia,
Moires, Neápoli, Tympaki y Kissamos.
La economía es
básicamente agraria, aunque el turismo va en aumento. Existe un núcleo
industrial en torno a la capital. Entre los productos agrícolas destacan las
uvas pasas, además del olivo, los cereales, las hortalizas y las frutas. La
ganadería, en retroceso, es predominantemente ovina y caprina.
UNA HISTORIA DE SIGLOS
A pesar de su situación
geográfica y el favorable clima, los primeros pobladores de Creta no
aparecieron hasta el Neolítico, llegando en dos grandes oleadas. El tipo étnico
colonizador no está relacionado con ninguna de las grandes corrientes,
clasificándose como mediterráneo, al
igual que las gentes que poblaban las cercanas costas de Asia Menor o las
vecinas islas Cícladas, cuyos pobladores progresaron durante mucho tiempo a un
ritmo similar al de los cretenses. Sin embargo, a mediados del III milenio
a.C., ya en la Edad
del Cobre, se produjo en la isla una gran cantidad de avances que acabaron
conduciendo a la brillante civilización minoica.
Lo más destacable en la Protohistoria y Edad
Antigua fue la aparición de esta civilización minoica, una de las primeras
aparecidas en Europa y una de las civilizaciones prehelénicas, junto a la
posterior civilización micénica. Durante la civilización minoica, en la que se
dieron varias fases y altibajos, Creta llegó a su máximo esplendor, con el
mayor auge en los siglos XVI y XV a.C.
Sin embargo, hacia
finales del siglo XV a.C. la isla sufrió la invasión de los aqueos, que habían
desarrollado una civilización en la
Grecia continental, fundamentalmente en el Peloponeso, no
exenta de fuertes influencias cretenses. Con la expansión de los invasores, los
cretenses abandonaron los palacios.
Se baraja también la
posibilidad de que una colonización de emigrados cretenses en las costas del
sur de Canaán fuese el origen de los filisteos (peleset), que aparecen en la Biblia y de cuyo nombre
procede el topónimo Palestina. Estos filisteos fundaron varias ciudades en la
costa meridional cananea: Gaza, Ecrón, Escalón y Gat.
La decadencia de Creta,
iniciada con la hegemonía aquea, se acentuó en el siglo XI a.C. con la invasión
de los dorios, portadores del hierro. La isla pasó a ser una parte más del
mundo griego, sin originalidad y dividida en ciudades rivales. A partir del 500 a.C., la decadencia de la
isla fue tal que cayó en el olvido y no tomó parte ni en las Guerras Médicas,
ni en la del Peloponeso.
Conquistada por
Alejandro Magno, tras su muerte Creta gozó de cierta independencia respecto a
otros reinos helenísticos cercanos, pero tras su decadencia la isla quedó en
manos de piratas de origen siciliano, lo que provocó que los romanos la
conquistaran en el 67 a.C.
en una expedición comandada por Cecilio Metelo, y la agregasen como provincia
romana. Después de su división en el 395, quedó en manos del llamado Imperio
Romano de Oriente o Imperio Bizantino, lo que devolvió a la isla cierta
relevancia, dada su posición clave para el control del mar Egeo.
En la
Edad Media se mantuvo en el poder el
Imperio Bizantino, en el que desempeñó un papel estratégico cuando comenzaron
las conquistas musulmanas en el siglo VII. Dos siglos más tarde cayó en poder
de un grupo de musulmanes andalusíes, que fundaron la base fortificada de
Jandak (Candia), desde la que hostigaron a los bizantinos.
Parece ser que los
musulmanes andalusíes fueron los cordobeses que, a consecuencia del motín del
arrabal, fueron desterrados a Alejandría y allí lograron hacerse dueños de la
ciudad.
El dominio musulmán duró
hasta el 961, cuando el emperador Nicéforo Focas reconquistó la isla,
inaugurando una época de paz y estabilidad que favoreció su desarrollo
económico. Cuando Bizancio cayó en manos de los cruzados en 1204,
acontecimiento con el que comenzó el llamado Imperio Latino, la isla fue
adjudicada a Bonifacio de Montferrato, quien rápidamente la vendió a Venecia,
convirtiéndose entonces en el punto estratégico clave de sus intereses en el
Mediterráneo oriental y la poseyó hasta mediados del siglo XVII.
EDAD MODERNA Y CONTEMPORÁNEA
Desde el siglo XV,
Venecia hubo de enfrentarse al expansionismo otomano, al que contuvo hasta que
en 1645 los turcos desembarcaron en la isla iniciando su conquista, que
finalizó cuando los últimos reductos venecianos sucumbieron en 1669. Se inició
entonces para Creta un nuevo periodo de declive.
Este declive que se
inició con la completa dominación otomana, estuvo jalonado por revueltas que
estallaron a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Durante el periodo
de 1832 a
1840 la isla estuvo bajo control del gobierno egipcio y conoció una cierta
mejora que no se consolidó al volver a la tutela turca.
Tras el estatuto de
1868, respaldado por el congreso de Berlín de 1878, y a consecuencia de una
nueva revuelta de la población griega, se firmó el Pacto de Halepa, que supuso
un cierto avance hacia la autonomía y un gobierno representativo, bajo la
supervisión de las potencias europeas. Sin embargo, la mala gestión de las
autoridades turcas encabezadas por el gobernador Turhan Pashé Përmeti provocó
en 1897 unnuevo levantamiento, esta vez general, que contó con el apoyo militar
de Grecia. Aunque el levantamiento acabó siendo aplastado, la intervención de
las grandes potencias obligó a las tropas turcas a abandonar la isla en 1898 y
a concederle el estatuto del principado autónomo, regido por el príncipe Jorge
de Grecia, bajo soberanía otomana. A cambio, Grecia hubo de renunciar a sus
aspiraciones con respecto a Creta.
En 1905 se produjo una
nueva revuelta que aspiraba a la unión con Grecia, que culminó con la expulsión
del príncipe Jorge. En 1908, los diputados cretenses proclamaron la unión con la Grecia continental. Dicha
unión no se formalizó hasta el final de las Guerras Balcánicas.
Durante la
II Guerra Mundial, la isla sufrió mucho y
fue escenario de la llamada batalla de Creta.
HERACLIÓN, LA
CAPITAL
Llamada antiguamente El
Khandak, es la mayor ciudad y la capital de Creta, siendo además el centro
económico y el mayor puerto marítimo de la isla, aparte de estar considerada
como la cuarta ciudad más populosa de Grecia. Hasta el siglo XX se la conocía
como Candia, nombre que se aplicaba asimismo a toda la isla de Creta.
La población de la
ciudad posterior al año 2002 se estima en algo más de 150.000 habitantes, hasta
el año 2011 cuya cifra ascendió hasta los 173.450 habitantes.
Después de la anexión a
Grecia, la ciudad experimentó un extraordinario crecimiento de la población. A
pesar de que la ciudad sufrió una gran destrucción durante la
II Guerra Mundial, mucha gente buscó una
nueva vida en los pueblos de las montañas cretenses, lejos de la urbe devastada
por la guerra. En los suburbios se crearon barrios marginales y la ciudad tuvo
un crecimiento desenfrenado sin una planificación urbana. Gracias a este
crecimiento en la población, Heraclion se convirtió en la cuarta más importante
del país.
En lo referente a la
economía, el fuerte crecimiento de las exportaciones de productos agrícolas de
Heraclion se debe a la combinación de dos fenómenos:
- La presentación de las denominaciones de origen protegidas de la Unión Europea para el aceite de oliva, vino y diversos productos agrícolas que se producen en la región.
- La publicidad por dietistas y médicos de todo el mundo a favor de los beneficios de la dieta mediterránea en la salud.
El sector secundario,
debido a la baja inversión, sigue siendo poco representativo en la economía de
la ciudad. Sin embargo, algunas de las industrias de Heraclion están entre las
más grandes de Grecia.
La economía de la ciudad
de Heraclion se centra en la actualidad en el turismo (hoteles, restaurantes,
ocio) y servicios.
INTERESANTE PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
La planificación y
urbanismo de Heraclion son caóticos. En el centro de la ciudad se encuentran
iglesias bizantinas, palacios venecianos, turcos, fuentes, edificios
neoclásicos y otros de hormigón construidos en la década de 1950, todos
contiguos y sin orden.
Destruida en varias
ocasiones, sobre todo en agosto de 1898 y durante la
II Guerra Mundial, la capital de Creta
sufrió una pésima gestión de su desarrollo urbanístico. Durante la junta
militar fueron demolidos edificios venecianos que estaban todavía en perfectas
condiciones. La noción de patrimonio arquitectónico no entró en la mentalidad y
gestión hasta épocas recientes.
Sin embargo su riqueza
en monumentos y lugares de interés es muy amplia y variada.
Como lugares y
monumentos protohistóricos próximos cabe destacar el Palacio de Cnosos (a 5 kilómetros), el
Yacimiento arqueológico de Archanes (a 12 kilómetros) y el
Monte Louchtas (a 10
kilómetros).
En la ciudad, merecen
una visita ineludible:
·
La iglesia de Santa Caterina
del Sinaí, construida en el siglo XVI por los venecianos, que alberga en su
interior unos interesantes iconos bizantinos.
·
Las murallas venecianas,
que fueron construidas entre los siglos XIV y XVII, rodean la ciudad y tienen
una estructura en forma de estrella proyectada por el arquitecto Michelle
Sanmicheli en el siglo XVI.
·
El puerto viejo o
antiguo del siglo XVI, donde todavía subsisten algunos elementos del Arsenal de
Venecia, incluyendo la
Fortaleza de Koules.
·
La iglesia de San
Marcos, construida en el siglo XIII y reconstruida en el XVI. Se convirtió en
mezquita árabe durante el periodo de dominación turca y actualmente es
utilizada como museo municipal.
·
El monasterio de San
Pedro y San Pablo, del siglo XIII.
·
La iglesia de San Tito,
construida en la época bizantina y profundamente remodelada en el siglo XV por
los venecianos.
·
La Logia veneciana: cuatro logias se sucedieron en el mismo sitio. La que acoge en
la actualidad al consejo municipal de la ciudad (ayuntamiento) que data del año
1628.
· La Candia veneciana era famosa por su sistema de abastecimiento de agua, los
acueductos y las numerosas fuentes construidas por familias aristocráticas de
la ciudad.
La plaza de la Libertad es el centro
neurálgico de la ciudad, asimismo dispone de un importante puerto. Hay
transbordadores y barcos desde Heraclion con rutas regulares hasta las islas de
Santorini, Mikonos, Rodas, Kárpatos y Siros. También hay varios feries diarios
a El Pireo, el puerto de Atenas, en la Grecia continental.
La ciudad es rica en museos
y todos ellos muy interesantes.
Con una larga historia a
sus espaldas, una riqueza en patrimonio arquitectónico muy interesante y un
turismo creciente en las últimas décadas, la isla de Creta merece ser visitada
con detenimiento. Una isla donde el viajero puede perderse a través de sus
caminos, las callejuelas de la capital y de sus pintorescos pueblos, todos con
auténtico sabor mediterráneo.
(Ver
interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)