K I M B E R L E Y



UNA TIERRA DE BELLEZA SALVAJE


Cuando asombra la brillante claridad del cielo y la imponente quietud del desierto enrojecido al anochecer absorbe por completo, la conversación cede ante los mágicos sonidos de la noche y suena entonces el estruendo de la música aborigen.
Kimberley, una de las regiones más remotas e insólitas de Australia, muestra al viajero que se aventura a descubrirla todo el esplendor de su exótica belleza natural.

No es nada extraño que se llegue a pensar en ocasiones que dar la vuelta a la gran isla, el continente desconocido, es tanto como hacerlo alrededor del mundo. Australia reserva infinidad de sorpresas al visitante que se encuentra a veinte mil kilómetros de su país y pasa en sólo unas horas del invierno al verano o viceversa, experimenta otra noción distinta del tiempo y el espacio, y se percata de todos y cada uno de los contrastes que en ella se dan cita; desde el aborigen que sigue conservando ancestrales costumbres hasta el moderno surfista en aguas del Pacífico, del estilo victoriano con las enormes estructuras de acero, del arrecife de coral con el desierto y la nieve, y hasta del pingüino con el canguro o el koala. Un abanico que fascina.
Por lo general, a la hora de efectuar un rápido vistazo a los estados y ciudades más relevantes, todo un mosaico de peculiaridades y singulares características, la atención suele centrarse en la olímpica Sidney, la tranquila y bella Melbourne, Adelaida o la sureña Tassie que es como se denomina a la isla de Tasmania, sin olvidar la gran barrera de arrecifes de Queensland, donde existe la formación de coral más grande del mundo, sin embargo, el Territorio del Norte y la Australia Occidental suelen ser bastante ignorados por constituir las zonas más despobladas, no en balde se trata de enormes extensiones de tierra inhóspita donde la naturaleza reina en toda su primitiva belleza.


Geográficamente más cerca del archipiélago indonesio que del propio extremo sur del continente, la región de Kimberley sorprende primero y extasía después con sus gratificantes contrastes, formaciones rocosas de cambiantes tonalidades, una vegetación lujuriosa en algunas zonas y el más árido y pedregoso desierto en otras, una costa de blancas arenas con palmerales meciéndose con la suave brisa y calas semiescondidas frente al mas nítido de los océanos. Un deleite constante de colores, formas y matices, de paisajes naturales y escenarios panorámicos incomparables que son un regalo de excepción para los sentidos.
Recónditos paraísos que ofrecen la oportunidad de observar, excitan con sus vertiginosos desfiladeros a los ávidos de sensaciones o bien son capaces de relajar a los amantes de soledad con sus solitarias playas. Placeres que muy pocos han vivido antes en estas tierras.
A juicio de los geólogos, hace millones de años esta región de Kimberley estuvo inundada por un mar tropical, quedando al descubierto un auténtico bosque de arrecifes de coral al retirarse las aguas. Con posterioridad, se inició la formación de sierras de piedra calcárea y la erosión producida por los grandes ríos y torrentes terminó creando una serie de enormes gargantas y barrancos de una belleza tan extraña como incomparable.

UN INMENSO PAISAJE NATURAL
El principal atractivo de este territorio (tres veces más grande que Inglaterra) reside, sin duda alguna, en las reservas naturales y granjas que abarcan su superficie, y su economía gira en torno a las minas de hierro (Yampi Sand), al norte de la ciudad de Derby, también a la industria de ganado y finalmente al sistema de riego establecido a lo largo del río Ord.
Al filo de 1880, las primeras familias que se establecieron, los auténticos pioneros, crearon granjas a base de coraje y gran esfuerzo, transportando animales desde las regiones de Queensland y Nueva Gales del Sur, lo que constituyó una verdadera odisea. El ganado terminó por adaptarse al abrupto terreno y las condiciones más duras, desarrollándose a partir de entonces una creciente industria de ganado vacuno.
Asimismo, el creciente interés por dominar el cauce de los ríos y poder controlar el agua para destinarla al suministro en las plantaciones agrícolas, trajo consigo que en 1963 se construyera una primera presa en el río Ord, a la que siguió una segunda años después. Así fue como surgieron los mil kilómetros cuadrados del lago Argyle, con un volumen nueve veces superior al del mismo puerto de Sidney.


Las comunidades existentes en Kimberley son pocas y están muy alejadas unas de las otras. Hay que tener en cuenta que las distancias son siempre enormes, de hecho todo resulta desmesurado en Australia. Broome, en la costa y a más de 2.000 kilómetros al norte de Perth, antaño floreciente base de la industria de las perlas, cuenta con una magnífica playa, destacando en su zona histórica el conocido como “barrio chino” y un singular cementerio japonés que constituye todo un monumento a la memoria de los pescadores de perlas que perdieron la vida buscándolas. A escasamente seis kilómetros se ubica Nade, en la popular Cable Beach, donde puede contemplarse su bosque petrificado o bien desde este punto y con un vehículo todo-terreno iniciar un apasionante safari a través de Geikie Gorge o Windjana Gorge, dos reservas en las que la erosión ha jugado un papel predominante, configurando un paisaje abrupto, escenario maravilloso, muy rico en flora autóctona y una variada fauna en la que sobresalen infinidad de especies de aves y los cocodrilos de agua dulce que se alimentan de peces, a los que con frecuencia puede sorprenderse inmóviles sobre los troncos arrastrados por el cauce de los ríos, en sus orillas o bien agazapados entre las grietas de los enormes rocas. Habida cuenta de que el clima es muy variado y a grandes lluvias siguen periodos de sequía considerables, cuando desciende el nivel de las aguas los cocodrilos suelen agruparse alrededor de las pequeñas charcas que forman los torrentes.
En Windjana Gorge aún se conservan algunas pinturas en las paredes de las cuevas, obra de los aborígenes que habitaban la zona hace de ello más de 20.000 años, las cuales representan, por lo general, animales, individuos en actitudes de caza y los espíritus que ellos creían ser los portadores de la lluvia y el sol. Desde el punto de vista geológico, este parque natural resulta tan abrupto como espectacular e interesante.
Alrededor de 220 kilómetros al norte de Broome se encuentra Derby, el enclave comercial más importante de la región, centro ganadero y punto del que parten las expediciones que visitan el litoral o penetran en el interior hacia el Tunnel Creek National Park, otros de los maravillosos parajes donde se conservan como hace miles de años grutas de piedra calcárea debidas a la erosión del agua de los ríos, algunos de los cuales forman a lo largo de su recorrido meandros saturados de vegetación tropical. Un punto que, a no dudarlo, hace las delicias de pintores y fotógrafos.
Kununurra se halla más próximo a Darwin, la capital del Territorio del Norte, que no a Perth (2.272 kilómetros). Es el centro del sofisticado sistema de riego del río Ord que se desarrolló para la producción experimental de cultivos agrícolas y ganado. Desde Kununurra puede viajarse a las minas de diamantes de Argyle o bien por el proyecto del Ord River, contemplando, además, unas panorámicas realmente impresionantes del Bungle Bungle National Park.
La cordillera de Bungle Bungle, que no fue descubierta hasta 1982, merece, sin duda, un punto y aparte muy especial. En ella, los centenares de picos cupulados, la mayoría con más de 300 metros de altitud, dan lugar a profundas gargantas de las que surgen majestuosas palmeras y una relevante vegetación que junto a las multicolores rocas le confieren al erosionado paisaje un aspecto extraño y en cierto modo misterioso.
Bungle Bungle Range constituye una visita poco menos que obligada para el viajero que se aventura en estas tierras de Kimberley.


Al sur del lago Argyle y más allá de Halls Creek es donde puede contemplarse el Wolf Crater, el segundo cráter mayor del mundo, producido por un meteorito, según se cree, hace cerca de 50.000 años. Con la forma de un casi perfecto círculo, aún hoy sigue siendo uno de los más antiguos enigmas que existen sobre nuestro planeta. Su diámetro es de 853 metros y tiene alrededor de 60 metros de profundidad.
Hasta hace bien poco, esta cálida región limitada por los grandes desiertos de Sandy y Gibson al sur y bosques húmedos al norte, con vegetación de monte bajo y arena rojiza, era casi inaccesible y sólo estaba habitada por algunos colonos aislados y los primitivos pobladores australianos. Para quienes conseguían penetrar en ella la recompensa era, sin duda, extraordinaria. Los parques y desfiladeros de Adcock, Manning, Emma, Bells, Chamberlain Gorge, Cockburn Range, etc. suponen una espesura sin fronteras, tierra inhóspita con un paisaje como dormido y muy similar a algunas zonas de África y el sureste asiático, pintorescas cordilleras de escarpado perfil, cauces secos de ríos que se convierten en caudalosos torrentes con las lluvias monzónicas, pequeños lagos aislados entre las rocas y rodeados de exuberante flora tropical . . . un entorno virgen e indómito de exótica belleza que la naturaleza creó a lo largo de millones de años y que debe preservarse para las futuras generaciones.
Kimberley, un nombre mágico, es un lugar de excepción en la Western Australia. La última frontera, donde las posibilidades de realizar un safari son infinitas. La emoción está garantizada.



DATOS  DE  INTERES  PARA  EL  VIAJERO

  • La principal ciudad de acceso a la Western Australia es su capital Perth. Darwin, en el -Territorio del Norte- está, sin embargo, más próxima. Más de treinta líneas aéreas internacionales vuelan con frecuencia a Australia.
  • El inglés se habla en toda Australia, aunque con un acento distinto que puede llegar a confundir.
  • No hay que olvidar que las estaciones son por completo diferentes a las españolas. El mejor tiempo para visitar la Western Australia es la primavera (Sept-Nov) o bien el otoño (Marzo-Mayo). El clima es muy variable y los veranos (Dic-Feb) son muy fuertes, con temperaturas que pueden rondar los 40º en el interior.
  • La moneda existente es el dólar australiano. No existe problema en los bancos y hoteles para cambiar moneda. Las tarjetas de crédito internacionales son aceptadas y reconocidas.
  • En todos los hoteles y bungalows se sirve comida internacional, pero es interesante probar los típicos platos australianos. La carne de res y cordero es deliciosa, así como la amplia gama de pescado y marisco en algunas zonas costeras. Los vinos blancos y tintos son también buenos.
  • Existe una amplia infraestructura hotelera y, por tanto, no hay ninguna clase de problema. Los bungalows en los parques y reservas son también excelentes.
  • Recomendaciones: Ir bien provisto de material fotográfico ya que es mucho lo que hay que observar. La propina es prerrogativa del viajero, no es una costumbre australiana, aunque en los restaurantes es normal una gratificación del 10%. Los hoteles y restaurantes no añaden cargos por el servicio.
  • Aprovechar la estancia en tierra australiana para visitar alguna de las ciudades importantes, Perth o Darwin, por ejemplo, y si se dispone de tiempo incluso efectuar un vuelo a Sidney.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)