V I E N A

                                                           MÁGICA Y CULTURAL


Viena es arquitectura, pintura, teatro, música… Viena es esto y mucho más. En un paseo por el entresijo de callejuelas del centro de la ciudad se percibe ese encanto, igual que tranquilamente sentado en buena compañía en uno de sus tradicionales cafés. Antaño residencia del emperador, la capital vienesa emana todavía hoy el esplendor de días pasados y se adapta una y otra vez a lo más nuevo. Esta conexión entre la tradición y la modernidad caracteriza la vida cultural de la ciudad a orillas del Danubio y convierte cualquier visita en una experiencia inolvidable.
Puede parecer un tópico, pero resulta inevitable vincular la imagen de Viena a la de la música. En esta ciudad vivieron y ejecutaron su arte algunos de los mejores compositores de los últimos siglos. Símbolos y recuerdos de su estancia en la capital austriaca aparecen a cada paso en jardines, monumentos y cementerios. Incluso se encuentra su nombre, o el de sus obras más famosas, en los lugares más insólitos.
Wolfang Amadeus Mozart, Joseph Haydn y Ludwig van Beethoven, a pesar de no ser vieneses, han pasado a la  historia formando parte de lo que se ha dado en llamar “música clásica vienesa”. Los lugares conmemorativos de estos tres grandes personajes se encuentran repartidos por toda la ciudad y son mudos testigos de las glorias de su genio. Los tres murieron en Viena y están enterrados cerca de las tumbas de los no menos famosos Johann Strauss, padre e hijo, Franz Schbert, Johannes Brahms y Arnold Schönberg.
Recorriendo la ciudad, se tropieza con grandes monumentos vinculados a la música. La Ópera -uno de los símbolos arquitectónicos de Viena-, el edificio del Musikverein o la Konzerthaus son algunos de ellos. También varios de los acontecimientos musicales que tienen lugar aquí han logrado tener una trascendencia mundial.

UN PASEO HISTÓRICO
La antigua ciudad imperial muestra todo el esplendor de su pasado en sus grandiosos monumentos. Una atmósfera tranquila reina a lo largo y ancho del centro histórico, en sus palacios y calles peatonales.
Palacio Imperial. Conocido como Hofburg fue residencia de los Habsburgo hasta 1918. Está compuesto por varios edificios que albergan los apartamentos reales, la capilla y los tesoros imperiales, seis museos, la Biblioteca Nacional, la Escuela de Equitación y un magnífico centro de congresos.
Cámara del Tesoro. Dentro del recinto del Palacio, se encuentra esta Cámara, cerca de la Capilla Imperial, en la planta baja del edificio. En ella están expuestos los tesoros reunidos durante mil años por la familia real. Reliquias, vestiduras y joyas de todo tipo relucen en las distintas salas. La pieza más destacada posiblemente sea la corona del Sacro Imperio Romano Germánico.
Escuela Española de Equitación. Entrando por la Josephplatz se accede a la misma. El interior, realizado por Fischer von Eriach el Joven, es uno de los estadios más elegantes de toda Europa. Las entradas para la representación de los famosos caballos blancos se deben reservar con antelación. Sin embargo, los entrenamientos diarios están abiertos al público gratuitamente.
Cripta Imperial. Está situada debajo de la Iglesia de los Capuchinos y contiene los sarcófagos con los restos de los miembros de la familia imperial desde 1633, cuando fueron inhumados los cuerpos de la emperatriz Ana y Matías I.
Catedral de San Esteban. Antes de visitar la Catedral conviene dar un paseo por sus animadas calles peatonales y tomarse un buen café, a la vez que se contemplan las bellas panorámicas de este magnífico edificio religioso. La Catedral vienesa tiene un característico tejado inclinado, cubierto con tejas de colores y una impresionante aguja que corona el edificio.
Ayuntamiento. Fue proyectado por Friedrich Schmidt, arquitecto de moda en el siglo XIX. Delante de la plaza, en invierno se instala un mercado navideño. En verano también hay un festival cinematográfico musical. En la zona se encuentra la mayor concentración de edificios públicos, entre ellos: el Burgtheater, el palacio de Justicia, la universidad de Viena y los museos de Historia Natural y de Arte.
El paseo se completa con una visita a los palacios imperiales de Schönbrunn y Belvedere. El primero era la residencia de verano de los Habsburgo y sus bellos jardines están abiertos al público. El segundo está compuesto por dos palacios dentro de un extenso parque, convertidos en museos dedicados a la pintura.

UNA RUTA A TRAVÉS DE LA MÚSICA
La música ha presidido la vida de Viena a lo largo de su historia y sigue marcando el ritmo de la urbe. La Ópera del Estado, los teatros, salas de conciertos e incluso sus calles peatonales se convierten durante todo el año en escenarios musicales.

La Ópera. Sigue siendo uno de los santuarios de la música en Viena. Durante la IIª Guerra Mundial se destruyó por completo. El nuevo edificio terminado alrededor de los años cincuenta conserva en su arquitectura el clasicismo de la obra original. Todos los días hay visitas guiadas en su interior.
Casa Pasqualati. El número 8 de la calle Mölker Bastel es uno de los lugares que recuerdan la vida de Beethoven. En su interior se conservan objetos que pertenecieron a este gran genio de la música. Entre ellos destacan un mechón de su cabello, el piano en el que tocaba y un facsímil de una parte de Fidelio.
Hofburgkapelle. En la capilla imperial del Palacio de Holfburg, cada domingo o festivo, desde septiembre a junio, se celebra la misa cantada por el coro de angelicales voces de los Niños Cantores de Viena. Hay que reservar asientos con mucha antelación y existen un número limitado de localidades de pie gratuitas.
Musikverein. La Sociedad de Amigos de la Música es la sede de la Filarmónica de Viena. La orquesta ofrece todos los años un ciclo de conciertos. La Sala Dorada es mundialmente conocida por la retransmisión televisiva del concierto de Año Nuevo que termina siempre con la popular Marcha Radetzky.
Monumento a Beethoven. En el pequeño parque, al lado del Colegio de Humanidades, se encuentra el monumento a Beethoven realizado por Caspar Zumbusch en 1880.
Kursalon y Strauss. La sala de fiestas Kursalon, de estilo renacentista, es el escenario más romántico para bailes de gala y conciertos. Aquí han tocado  muchas orquestas famosas. En el mismo Parque de la Ciudad también hay un monumento dedicado a Johan Strauss hijo, realizado por Edmund Hellmer en 1921.
Figarohaus. Justo en esta casa situada en Domgasse nº 5, escribió Mozart su famosa ópera Las Bodas de Fígaro y los seis cuartetos dedicados a Joseph Haydn. Es la única vivienda del compositor en Viena que todavía se conserva, convertida en museo. Aquí le visitaron Beethoven, Haydn y Hummel. El recorrido por la Viena Musical puede complementarse con una visita al Cementerio Central donde se encuentran las tumbas de la mayoría de los grandes compositores vieneses. La de Mozart está en el Cementerio de St. Marx Friedhof.
Monumento a Mozart. Frente a la salida del parque Burggaten situado delante del ala nueva del Palacio Imperial se encuentra el monumento al genial Mozart, realizado por Víctor Tilgner. Cruzando el parque merece la pena reponer fuerzas en el restaurante del invernadero de estilo modernista vienés.

CON AIRES DE MODERNISMO
Frente a la actitud conservadora, surgió en Viena a finales del siglo XIX un movimiento revolucionario para la época, el llamado Jugenstil o modernismo. Tres grandes nombres representan a la arquitectura austriaca de comienzos del siglo XX: Otto Wagner, Josef Hoffman y Adolf Loos.
Secesión. Se trata del símbolo más destacado de la rebelión artística de Viena. El edificio, diseñado por Joseph Olbrich, era la sala de exposiciones del movimiento de Secesión. En su interior se encuentra el friso de Beethoven pintado por Gustav Klimt.
Casas de Otto Wagner. Al sur del edificio de la Secesión, en la calle Linke Wienzelle en los números 38 y 40, se alzan dos llamativas casas diseñadas por Otto Wagner durante su mejor época secesionista.
Karlsplatz. Dos pequeños pabellones emparejados, diseñados también por Otto Wagner en 1898, son la entrada a la estación de metro de Karlplatz. Todavía sigue teniendo la misma función. Su decoración es especialmente rica con estructuras de hierro, planchas de mármol y ornamentos dorados.
Loshaus. El edificio de oficinas situado en Michaelerplatz nº 3, justo enfrente del Palacio Imperial, provocó fuertes críticas en su época. El diseño de Adolf Loos es un ejemplo de la arquitectura funcional, libre de todo ornamento y modulado con una simple división de superficies y materiales nobles.
Haus Hollein. La casa de Hollein en la plaza de San Esteban todavía suscita comentarios y críticas. El edificio fascina a algunos e irrita a otros. En la torre de los miradores de cristal se refleja la aguja gótica de la catedral, conocida popularmente como Steffi.
Murrayfield. Es la obra culminante de la producción arquitectónica de Otto Wagner. Los muros exteriores aparecen limpios y carentes de decoración. El movimiento reside en la utilización de diferentes modelos de remaches, unos 75.000, para sujetar las losas de mármol a la superficie de los muros.
Urania. El edificio, construido por Max Fabián en 1909-1910, es un claro ejemplo del modernismo vienés. En su cúpula está instalado un observatorio.
Hundertwasser Haus. El conjunto arquitectónico diseñado por el pintor Friedersreich Hundertwasser se ha convertido en un centro de atracción para los turistas. Es una casa tridimensional con terrazas que sobresalen y ventanas irregulares con árboles que crecen dentro de la vivienda.
Kunst Haus. Este museo diseñado por el mismo artista está situado en Untere Weissgerberstrasse nº 13, y se presenta como un nuevo signo cultural. Cuenta con una plataforma para las exposiciones internacionales, una casa que alberga la obra de Hundertwasser y un museo. Su original restaurante tiene una barra de atrevido diseño modernista.

La infraestructura hotelera vienesa es muy variada: desde los establecimientos clásicos de súper lujo, situados en antiguos palacios, y las grandes cadenas internacionales -siempre con un particular toque vienés-, hasta residencias privadas, algunas de ellas auténticas mansiones.
A los austriacos les gusta comer bien, ya sea en los restaurantes elegantes, bares, las típicas tabernas vienesas o beisis, o los heurige que son establecimientos de vino, o bien bodegas, donde se puede picar, o incluso en sus prestigiosas pastelerías.
Los cafés son una auténtica institución. Hay miles repartidos por toda la geografía de la ciudad. En ellos se ofrece al cliente una amplia selección de periódicos. Cada vienés tiene su café preferido.
El visitante no debe olvidar un paseo por el famoso Práter vienes con todo tipo de instalaciones. En él se encuentran el Planetario, el museo de Historia del Volksprater y la famosa noria gigante Ferris. Cabe recordar que fue en el Práter
donde se rodaron varias escenas de la excepcional película El tercer Hombre protagonizada por Orson Welles.
Finalmente, no hay que omitir una visita al palacio de Palaviccini y un recorrido por las alcantarillas de Viena.
Toda la ciudad, como si ella misma formase una bella composición musical, parece presidida por la armonía y el ritmo. Nada desentona. Todo está acorde con una planificación previa. Como en una gran sinfonía. Viena siempre Viena.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)