Tras cumplir su primer siglo de existencia, el cine indio se ha convertido en una de las industrias más boyantes del país.
Cerca de mil películas al año, diez millones de espectadores diarios, más de medio millón de empleados… son datos que justifican sobradamente el hecho de que el fenómeno denominado “Bollywood” sea una auténtica realidad.
Para hablar de los orígenes de la cinematografía india debemos remontarnos a 1896, cuando en el Watson’s Hotel de Bombay empezaron a proyectarse películas mudas, aunque no fue hasta 1913 cuando se realizaron los primeros filmes basados en los relatos épicos del Mahabharata y el Ramayana.
En estos inicios se rodaba sin una marcada ambición y sólo con la finalidad de entretener a una población no demasiado exigente, la cual aceptaba con cierta resignación lo que ellos mismos calificaban como su destino, y deseaba olvidar el aquelarre de la vida cotidiana.
Curiosamente, al principio resultó más que difícil encontrar actrices para los papeles femeninos, sufriendo el rechazo de todo tipo de mujeres que se negaban a intervenir. Por ello tuvo que caracterizarse a algunos jóvenes para que interpretaran el papel de mujer.
Al filo de 1920, el cine ya era una industria más o menos consolidada con numerosos productores y compañías: Dhiren Ganguly, Baburao Painter y Suchet Singh fueron algunos de los más prominentes directores de la época.
La década siguiente marcó el inicio de un nuevo cine más entretenido para el gran público. Fue entonces cuando emergió el llamado “studio system”. Su mayor éxito inicial fue la película “Devdas” (1935) de P.C Barua, un film de implícita protesta social.
Los filmes de carácter social de V.Shantaram marcaron la pauta para otros directores que se animaron a crear un cine de seudo protesta en el que se planteaban interrogantes sobre instituciones como el matrimonio, la viudedad y las diferencias de casta.
En los años cuarenta, tras la Segunda Guerra Mundial y la independencia india, se asistió a una verdadera expansión con directores como Chetan Anand, Uday Shanker o Sohrab Modi.
El primer festival de cine internacional se celebró en Bombay en 1952 y tuvo un gran impacto sobre el cine indio. Fue Satyajit Ray y su clásico “Pather Panchali” quien abrió brecha para otros cineastas de su país gracias al reconocimiento internacional que le otorgó en Cannes el premio al Mejor Documental Humano, al que posteriormente se sumaron otros premios dentro y fuera de la India.
A lo largo de las últimas décadas, la evolución ha sido constante y, aunque el público demuestra mayoritariamente que no parece motivarle un cine que refleje la realidad o critique el sistema, de ahí su rechazo a las películas extranjeras dobladas (Parque Jurásico y Titanic fueron una excepción), lo cierto es que en Mumbai, y con posterioridad en otras ciudades como Chennai, Calcuta e incluso Trivandrum, cada año aumenta el número de rodajes, convirtiéndose en un auténtico negocio.
Hoy en día son habituales las producciones comerciales, las que al fin y al cabo dominan el mercado y en otros lugares donde abundan los seguidores del cine indio como el Reino Unido, Caribe, Fidji, África del este, Sudáfrica, Estados Unidos y Oriente Medio. La rutina de canciones y bailes ya está sistematizada y regularizada por completo.
El cine de Bollywood no puede hacer sombra al americano, pero curiosamente una película india fue durante dos semanas una de las más taquilleras en Estados Unidos, vista masivamente por las comunidades de inmigrantes asiáticos.
Sólo en Mumbai se editan cerca de diez revistas de cine, consagradas a los cotilleos que se crean alrededor de las estrellas de Bollywood. El cine indio constituye como un estado más dentro del propio país, tiene su propia cultura, su propio mundo, sus propias traducciones, símbolos y expresiones.
Todos los filmes están impregnados de simbolismo y son un recital moralista en el que suelen exaltarse una serie de virtudes tradicionales (la bondad inherente
a la pobreza, la felicidad matrimonial, la fe en Dios, etc…). Valores muy ligados al templo, la iglesia o la mezquita y, por consiguiente, estrechamente vinculados a los sentimientos de un público religioso.
Al respecto, siguen existiendo temas considerados “tabú”, de los que nunca se habla y menos en el cine. Las películas suelen tener un escaso contenido sexual y un casi nulo reflejo de la realidad. Ahora bien, por otra parte cabe destacar que la música es la auténtica fuerza del cine indio. La banda sonora de estas películas se ha convertido en otro fenómeno imparable, de ahí que desate enormes pasiones. La música y la danza han sido y siguen siendo un componente muy importante dentro del cine.
La llegada del cine sonoro a la India tuvo lugar en 1931 con la película “Alam Ara” de Ardershir Irani. Muchos de los actores fueron seleccionados del teatro. El mayor problema entonces resultó ser la variedad de lenguas. Como solución se adopto el hindi para todas las películas indias. Y uno de los resultados más típicos de Bollywood fue que la música se hizo protagonista de la acción.
A mediados de los años treinta, muchos músicos clásicos dirigían las bandas sonoras.
Aunque las primeras canciones eran el producto de la tradición oral, en la cual se le ponía ritmo a la letra, más tarde fueron auténticas canciones compuestas para realzar las imágenes con verdadero énfasis. Se da la circunstancia de que en la actualidad muchas canciones son famosas independientemente de la película para la que fueron compuestas.
Por su parte, los actores y actrices han logrado tal nivel de popularidad que, incluso algunos han terminado por pasarse al mundo de la política. La admiración de que son objeto, con frecuencia les hace confundir la ficción con la realidad, son verdaderos ídolos de masas y rutilantes héroes de la pantalla, exhibiéndose sus rostros en los enormes carteles pintados a mano que pueden verse en las calles de las grandes ciudades. Algunos de ellos incluso trabajan en el rodaje de varias películas al mismo tiempo.
Bailan y cantan imitando con gestos unas canciones interpretadas por otros cantantes profesionales y son estrellas con más o menos fortuna del llamado “play back”. Es costumbre que la música de una película se lance al mercado algunos meses antes de la difusión del filme como una forma de promocionarlo, siendo así esperado con interés por el público.
Aunque en muchas aldeas aún funciona el cine ambulante, se han llegado a rodar más películas en la India que en el propio Hollywood norteamericano.
Romance, melodrama (el denominado “western masala”), violencia, música, danza y fuertes dosis de moralina, integran un cóctel en el que se agitan la mayor parte de argumentos y, en los momentos actuales, mientras se viene observando que en el mundo del considerado como séptimo arte, éste parece dividido entre el cine de autor europeo y el comercial americano, dejando relegadas al resto de cinematografías a unas condiciones que podíamos denominar periféricas, lo cierto es que no puede entenderse el cine globalmente sin contar con las producciones orientales procedentes de Tailandia, Corea, China, Japón y, por supuesto, India.
Quizá sea llegado el momento de que la poderosa industria cinematográfica india apueste por unas cotas de superior calidad y por un lenguaje global para competir con los filmes occidentales.
ENTREVISTA CON GOVIND NIHALANI
PRESTIGIOSO DIRECTOR DE CINE INDIO
Después de cursar sus estudios básicos en Udaipur (Rajasthan), Govind Nihalani se diplomó en Técnicas Cinematográficas en el Shree Jaya Chamrajendra Polytechnic de Bangalore en 1962, especializándose en fotografía cinematográfica como cámara y realizando sus prácticas en Mumbai,
Ha trabajado con reconocidos directores e intervenido como cámara en el famoso film “Gandhi” junto al director Richard Attenborough.
Hasta el momento ha dirigido una veintena de películas (Aakrosh, Ardh Sayta, Party, Drishti, Thakshak, etc…) y varios documentales, recibiendo diferentes premios en acreditados festivales cinematográficos.
Actualmente vive en Mumbai.
Govind Nihalani, experto cineasta, habla de “Bollywood” y de la actualidad en el cine de la India.
¿Cómo definiría ese “boom” del cine indio en las últimas décadas? ¿Cuáles son las características especiales, si las tiene, de ese cine de “Bollywood”?
- Tras ser asesinada Indira Gandhi en 1984, su hijo Rajiv se hizo cargo del Gobierno, era un joven con una nueva visión y junto con un grupo de expertos consiguió abrir los mercados y la economía del país, trayendo ello consigo nuevas tecnologías. Fue la apertura de un prometedor camino, aportando nuevas ideas y tecnología para ser implantadas en la India.
Aunque murió años después, la tendencia continuó. En la actualidad nos estamos convirtiendo en uno de los principales países dentro de la economía mundial y gracias a ello, el cine se ha transformado en la industria del entretenimiento por excelencia y una de las industrias más importantes dentro de la India. Tenemos televisión, cine, música y todo tipo de las más avanzadas telecomunicaciones, etc… una industria, repito, con un gran futuro por delante
¿Se atrevería a decir que es auténtico cine de calidad, o quizá el nivel no es el más óptimo?
- Como en todas partes, el cine de calidad tiene que luchar por su existencia y la India no es una excepción. La mediocridad aunque se revista de “glamour” es el factor dominante en el cine indio.
Del Hollywood americano reciclamos las ideas, las historias, pero de cara al público las adaptamos al pensamiento indio. En la India todo lo que se vende es óptimo.
Diríamos que las películas indias están orientadas hacia un determinado mercado.
Merced a la video-tecnología que supone un medio más económico y más alcanzable, se está haciendo un cine con el que se sigue experimentando. Hay una mayor selección de historias y una gran maestría en la forma de hacer una película. Estamos en un periodo con una gran cantidad de films, hay mucha creatividad y a la vez con medios más económicos.
Ahora lo que hay que cuestionarse son los temas de que tratan las películas, asuntos sociales, políticos, etc… pero en general no puede decirse que la calidad esté floreciendo de forma considerable.
Observo que es muy crítico al respecto…
- Es la realidad, no vamos a engañarnos.
¿Podríamos decir que India ha cogido un invento tecnológico occidental y lo ha transformado a su medida?
- Es verdad. No importa la técnica o la invención o de donde viene la idea, lo realmente importante es qué se hace con esa idea. En la India estamos haciendo adaptaciones de una forma muy particular. A lo mejor la forma del film se basa en el teatro nativo tradicional indio, pero no sólo se cuenta una historia sino que la hace experimentar, sentir, provoca una empatía emocional con los personajes y esto se consigue mediante la combinación de elementos estéticos.
De la tradición cogen el diálogo, canciones, danzas, etc… Hay una gran teatralidad, cada elemento está usado para expresar un específico estado mental, de relajación, anímico… algo que se ilustra en cuestión. Hay piezas de comedia, drama, felicidad, romance sentimental…
Se utiliza una forma sofisticada y una compleja técnica para expresar las emociones a través de elementos estilísticos, como sería, por ejemplo, el caso de las canciones.
Tenemos una tradición y nuestro cine toma elementos de esa tradición y los sabe combinar de una forma única mediante la tecnología occidental.
Lamentablemente, el cine indio no es demasiado conocido en el exterior ¿Se ha planteado “Bollywood” una mayor promoción en el extranjero o ya le resulta válido el hacer un cine casero, local, doméstico, para consumir en el propio país?
- El cine de hoy no es el que teníamos hace diez años. En la actualidad se contempla más la escena global. Estamos dispuestos a aceptar las películas extranjeras, pero nos damos cuenta y no podemos ignorar que nuestra audiencia es local. Nuestro cine ahora es mucho más sofisticado pero sin renunciar a lo que hacíamos. De todas formas se observa a medida que pasa el tiempo un creciente interés por atraer una audiencia global.
¿Son básicamente religiosos los motivos que, de alguna forma, impiden realizar cierta clase de cine erótico?
- Por tradición tenemos marcados nuestros valores. Aunque hay mucho de “tabú”, hoy en día se pueden expresar en pantalla ciertas escenas de erotismo, hay una apertura con respecto a lo que se veía hace una década. La situación está cambiando, hay más sofisticación y las escenas eróticas se presentan aunque sea de una forma más light, más suave.
Es de suponer que esa industria del cine moverá muchos millones de rupias. Los actores, auténticos ídolos, ¿son también personajes muy bien pagados?
- Sí -responde con rotundidad-. Los actores y las actrices de gran éxito ganan mucho dinero en la India y viven muy bien.
¿Cuál puede ser el presupuesto de un film más o menos normal?
- Puede oscilar entre cinco y diez millones de dólares, aunque el promedio suele estar entre los cuatro y cinco millones
Lo que no suele ser frecuente es ver a actores extranjeros en las películas indias…
- Normalmente no. Los actores son, por lo general, nativos, aunque sí se pueden encontrar actores que trabajan con lenguas diferentes. Ahora se está empezando a abrir el mercado para contratar a actores extranjeros.
Cada película pasa revista a una gama completa de sentimientos, desde la más dura tragedia a la comedia grotesca. Y en ella, como asegura, no se cuenta sólo una historia sino varias al mismo tiempo.
Culebrones condensados que por caminos torturados conducen a un final casi siempre pletórico. El melodrama con final feliz ¿es requisito obligatorio?
- Pues sí, es bastante necesario. Las películas para que sean muy comerciales exigen un final feliz.
El cine se produce simplemente como entretenimiento, para hacerle olvidar al público sus problemas cotidianos….. ¿o también existe un cine de denuncia, un cine con carácter crítico de un tipo de sociedad, incluso político?
- El 95% del cine que se hace en la actualidad y en cualquiera de las lenguas es escapista, para evadirse, como entretenimiento para el gran público. Sólo un 5% trata de temas políticos o sociales
No sólo se hace cine en inglés, las películas se ruedan en numerosas lenguas y dialectos, aunque principalmente en hindi (por lo general en Mumbai), en telugu las de Hyderabad, en tamul las de Chennai o malayalam las de Trivandrum ¿se doblan los filmes de unos estados a otros?
- No. No hay doblaje de un Estado a otro. En el caso de que una película tenga éxito, o bien se hace un “remake” de esta película en otra lengua, o bien se subtitula. Las que más éxito tienen son las de acción y éstas se vuelven a hacer, pero no se doblan
¿Qué es lo mejor y lo peor, que le sobra y le falta al cine indio en la actualidad?
- El cine actual está dominado por las historias de amor. El público es adolescente y las películas están dirigidas a los jóvenes y a ellos les gustan las historias de amor, la buena música, los finales felices e imágenes con mucho “glamour”.
En estos momentos hay una cierta apertura de pensamiento por tomar parte en proyectos internacionales.
Lo que le falta al cine indio es el estilo narrativo del cine internacional. Aquí hay melodrama, con lo cual encuentro a faltar más sutilidad, más refinamiento, más sofisticación, ideas e historias más originales.
Para finalizar Mr. Nihalani ¿Cuál cree que es el futuro de ese cine de Bollywood?
- Tiene un gran futuro por delante. En esta industria hay mucho dinero, muchos productores y estudios cinematográficos dispuestos a invertir dinero, incluso estudios del Hollywood americano que invierten dinero, pero como éstos buscan ganancias de inmediato, entonces se dedican a hacer películas populares.
Es una industria muy organizada, con una gran planificación y en la que se está mejorando el sistema de exhibición y distribución. Como que las salas de cine aumentan, necesitan más y más películas para abastecerlas.
El cine indio debe dejar de ser un gran desconocido fuera de sus fronteras y afrontar nuevos y superiores retos.