LOS LEONES DEL OKAVANGO

VIVIR EL MARAVILLOSO ESPECTÁCULO DE LA NATURALEZA

El delta del río Okavango es un caso poco usual, en el sentido de que este río no desemboca en el mar. En realidad, no se trata de un verdadero delta fluvial, sino de un abanico o cono de deyección de gran magnitud, que se produce donde el río Okavango desagua en una llanura prácticamente endorreica con un clima mucho más seco que en sus cabeceras.

El delta cubre una superficie de entre 15.000 y 22.000 kilómetros cuadrados durante las crecidas, se encuentra en el norte de Botswana, en la región de Ngamiland, con capital en Maun, a 942 metros de altitud. Recibe el agua del río Okavango; éste nace en Angola y atraviesa la franja de Caprivi (Namibia) para llegar a este delta donde se dispersa en el desierto del Kalahari.

En el delta del Okavango existe la única población de leones nadadores; éstos se ven forzados a entrar en el agua, que durante las crecidas llega a cubrir el 70% de su territorio, para caza antílopes e impalas.

Geológicamente el río Okavango al llegar a Botswana serpentea entre dos fallas geológicas y termina desbordándose y creando una extensa llanura anegada. Es absorbido por el desierto del Kalahari tanto por infiltración como por evaporación, y además por el consumo de la fauna y de la flora de la zona. En 2014, la UNESCO eligió el delta del Okavango como Patrimonio de la Humanidad.

LOS CINCO GRANDES DE ÁFRICA

Estas denominaciones tienden a usarse en el continente africano para definir a los animales más atractivos para el visitante, en realidad son los big five que todo turista busca: el león, el leopardo, el elefante, el rinoceronte y el búfalo, y a ellos se unen el guepardo y el licaón, para dar lugar a los siete magníficos (the magnificent seven) que pocos pueden ver en estado salvaje.

  • Los leones del Okavango son famosos por su tamaño y fortaleza, y porque se dice que son los únicos leones nadadores que existen, ya que se ven obligados a hacerlo cuando la crecida veraniega los deja aislados en islotes que antílopes e impalas, sus presas habituales, abandonan. En la Chief Island, en el Parque Nacional de Moremi, existe una pequeña población de leones que se alimenta exclusivamente de búfalos. Se calcula que una veintena de leones acosan y son acosados por un millar de búfalos que les plantan cara. Estos felinos son extraordinariamente musculosos, pues la caza del búfalo negro exige una fortaleza enorme. Varios leones, generalmente leonas, atacan a la manada en busca del ejemplar más débil, pero cuando éste es atacado y yace en el suelo, el resto de la manada se vuelve y con los cuernos y las patas atacan a su vez a sus cazadores. El resultado no siempre es favorable a los felinos.

  • Los elefantes son abundantes en el delta del Okavango. Las señales de su avance son abundantes por todas partes: excrementos, árboles descortezados o derribados, sendas del paso de las manadas, que pueden ser de más de cincuenta individuos. Resulta fácil encontrarlos en las orillas de las islas, donde la vegetación es más abundante y no es raro ver a machos solitarios en islotes muy pequeños, ramoneando los árboles. Los elefantes no tienen problemas para desplazarse por un sistema acuático de poca profundidad como es el delta.

  • El leopardo, el príncipe de los depredadores, es un cazador solitario muy difícil de observar, pues vive en casi cualquier hábitat, caza de noche y se esconde a descansar durante el día en las ramas de los árboles, en muchos casos grandes y de espeso follaje que los ocultan completamente, salvo para un observador avezado. Puesto que no hay muchos y están localizados, hay que confiar en los guías locales para observarlos.

  • Los rinocerontes son escasos en Botswana debido a que han sido siempre perseguidos por el hombre y no es un animal al que le guste el agua, de manera que no se puede refugiar en los pantanos. Hace unos años fueron reintroducidos en la Chief Island cuatro rinocerontes blancos que pueden verse al norte del Eagle Island Camp. Los rinocerontes negros se encuentran en peligro de extinción, pero se están haciendo esfuerzos para su recuperación en el santuario Khama Rhino de Botswana.

  • Los búfalos negros viven en zonas con muchos pastos, agua y sombra, es decir, donde hay islas medianas que permiten la vida de las manadas. Son muy peligrosos en estado salvaje.

SOBREVOLANDO EL DELTA

Se puede acceder por tierra, pero si el visitante se lo puede permitir, mejor alquilar una avioneta para llegar hasta el delta, ya sea a la ciudad de Maun o a las pistas de aterrizaje de sus campamentos. Es desde el aire como se aprecia toda la grandeza de sus paisajes. A vuelo bajo llegan a avistarse las manadas de elefantes, cebras, búfalos o impalas que campan libres por su inmensidad, los andares coquetos de las jirafas y hasta los hipopótamos a remojo en los caños más profundos. Pero más aún que todo ello, lo que verdaderamente corta la respiración durante el vuelo son las vistas sobre las serpenteantes lenguas de agua ramificándose entre sedientas sabanas y bosques de acacias. Lo ideal sería hacer el viaje de ida en avioneta para, desde el primer momento, tomar conciencia de todo el paisaje avistándolo desde el aire como mejor tarjeta de presentación, y salir del delta en un todoterreno, ya que el viaje por tierra depara también todo un espectáculo.

SAFARIS EN CANOA

Aunque se puede (y se debe) explorar el delta en los clásicos safaris en 4x4, las llanuras inundadas del Okavango brindan otro acercamiento absolutamente excepcional a la fauna que las habita: los mokoros. Estas canoas de escaso calado, perfectas para abrirse paso entre sus brazos de agua, han sido desde siempre el transporte del que se ha servido la tribu de los bavei para desplazarse por estos lugares. En la actualidad también se emplean para hacer safaris con sólo dos pasajeros a bordo. Sin baches, sin polvaredas, en un emocionante sigilo entre los nenúfares y papiros que crecen a las orillas, el lánguido fluir de los mokoros hace de estas expediciones algo realmente especial. Además de avistar desde el agua aves tan aplaudidas por los amantes de la ornitología como el jaibú o el Martín pescador malaquita, también es una constante presencia, menos inocente, de cocodrilos e hipopótamos, por lo que estas frágiles piraguas se ciñen a los caños poco profundos con el fin de evitar el encuentro con estas moles de hasta 3.000 kilos. Después del mosquito, son los animales que más muertes provocan en el África negra. Las lanchas a motor con las que también realizan safaris prácticamente todos los campamentos y lodges de la zona sí llegan a adentrarse, aunque con infinita precaución por las aguas en las que permanecen sumergidas estas manadas de hasta una veintena de hembras y su único macho dominante, cuyos característicos resoplidos serán los únicos que se atrevan a romper los silencios del delta.

REGIONES EN EL DELTA DEL OKAVANGO

Existen tres áreas geográficas principales:

  • el Panhandle, comenzando en el tramo norte del Okavango, en Mohembo, extendiéndose aproximadamente 80 kilómetros; aquí el río corre ancho y profundo lo que hace que los pantanos estén continuamente inundados, su vegetación predominante es de papiros y palmeras fénix.

  • En Seronga, el delta empieza a desplegar sus canales, creando su característica forma de abanico, regando la tierra y creando un impresionante entramado de canales, lagos, lagunas, praderas inundadas y miles de islas de infinidad de formas y tamaños.

  • En el tramo más bajo del delta se pueden observar pantanos estacionales y praderas siempre inundadas, dando paso, hacia el sudeste a la tercera región de vegetación y tierra firme. Existen tres principales superficies de tierra permanente: la Cresta de Matsebi, Chief´s Island y la Lengua de Moremi, las 2 últimas dentro de la Reserva de Moremi, donde grandes cantidades de mamíferos van a refugiarse durante los meses secos de invierno. La vegetación predominante de esta zona está formada por mopane, árbol fundamental en la alimentación de elefantes, matorrales y acacias.

MOREMI, CHOBE Y CATARATAS VICTORIA

En el interior del delta, la reserva de Moremi atesora la mayor densidad de fauna, por lo que su visita es tan imprescindible como la del cercano Parque Nacional de Chobe, dueño y señor de la mayor concentración de elefantes del continente.

Así como el todoterreno, los safaris en barco por el río Chobe deparan todo un plato fuerte cuando, al atardecer, inmensas manadas de elefantes se concentran a sus orillas ante una de esas puestas de sol rabiosamente naranjas y africanas.

A unos 70 kilómetros de la frontera con Botswana, las magníficas Cataratas Victoria, con posibilidad de realizar desde safaris a lomos de elefante por sus inmediaciones hasta sobrevolar esta fenomenal quebrada en helicóptero o hacer rafting por las aguas del Zambeze, pueden ser la guida con la que culminar una expedición por el delta del Okavango.

No hay una época mala para viajar al delta, todo depende de lo que se prefiera ver. La temporada seca, de abril a octubre, es la mejor para los grandes mamíferos, más fáciles de avistar al concentrarse en las zonas permanentemente inundadas. Las lluvias, de noviembre a marzo, hacen que las pistas se vuelvan muy complicadas y disminuye el lujo de visitantes; todo un aliciente para muchos a pesar de que en Botswana, un país que ha apostado por recibir poco turismo, pero a precios más bien prohibitivos, las zonas de safari no conocen la masificación.

Las lluvias, además, son el momento óptimo para observar fabulosas aves migratorias y las crías de muchos mamíferos, mientras que el paisaje está particularmente exultante entre diciembre y mayo.

HOTELES: CAMPAMENTOS DE ALTO STANDING

Con apenas ocho exquisitas tiendas equipadas como una habitación del mejor hotel y con vistas a las llanuras anegadas del delta, el Stanley’s Camp, en una concesión privada de 105.000 hectáreas junto a la sección sur de Moremi, es una de las opciones más exclusivas para alojarse en el Okavango.

En otra enorme concesión junto a la misma reserva y más íntima si cabe, las únicas cinco suites del Baines Camp, donde el visitante puede pedir que le saquen la cama al porche alzado con que cuenta cada habitación para dormir bajo las estrellas, mirando al río Boro y a los hipopótamos que a menudo retozan en sus aguas.

En una remota isla al oeste de Moremi, el igualmente selecto Jao Camp conecta a través de pasarelas de maderas su estilosa área común con sus nueve habitaciones, dotadas incluso de ducha exterior para refrescarse tras los safaris en íntimo contacto con la naturaleza.

También al más alto nivel están los campamentos de &Beyond: Sandibe con ocho cottages de decoración africana, y Nxabega, con nueve tiendas tipo suite; y dese luego, los de la cadena Orient Express: Khwai River Lodge y Eagle Island Camp, en el delta, y Savute Elephant Camp, en Chobe, donde, como en la mayoría de este tipo de alojamientos, amén de todas comidas se incluyen los dos safaris del día -al amanecer y al atardecer-, charlas sobre la faua local y otras actividades como paseos en mokoro o caminatas por la sabana en compañía, eso sí, de un experto guía.

Además de los safaris organizados por las agencias o los propios campamentos, también se puede otra por un lujo bien distinto: el de moverse libremente por semejante escenario. Para ello es posible alquilar, con o sin conductor, un todoterreno totalmente equipado –desde GPS hasta tiendas, sacos y utensilios de cocina- a través de empresas especializadas como la basada en Maun Self Drives Adventures (www.selfdriveadventures.com), y montárselo a su aire.

Un viaje al delta del Okavango, en el interior profundo de África, es una experiencia que no tiene comparación. Llegar a sus islas, prácticamente sólo accesibles con avioneta y en las que lujosos lodges aguardan a los privilegiados huéspedes donde vivirán a lo largo de unos días, sin lugar a dudas, es una fascinante experiencia de safari a través de una exuberante vegetación y descubrir la vida salvaje a través de las diversas facetas de este ecosistema, único en el mundo.


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