Es
una de las construcciones militares más antiguas de Lisboa, la capital de
Portugal, y uno de los símbolos de esta hermosa ciudad.
Es
obra de Francisco de Arruda y Diogo de Boitaca, y constituye uno de los
ejemplos más representativos de la llamada arquitectura manuelina. Cuando dejó
de servir como defensa de invasores en el estuario del río Tajo, fue utilizada
como prisión, posteriormente como faro y también como centro de recaudación de
impuestos para ingresar a la ciudad lusitana.
Se
encuentra situada en la desembocadura del río Tajo, en el barrio de Santa María
de Belém, al suroeste de la capital. Junto con el Monasterio de los Jerónimos,
esta Torre de Belém fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.
También
es conocida como Torre de San Vicente, ya que fue erigida en honor a San
Vicente Mártir, patrono de Lisboa. Su nombre original era el de Castelo Sâo Vicente a par de Belém.
HISTORIA
Su
construcción fue iniciada en 1516, bajo el reinado de Manuel I de Portugal
(1495-1521). Las obras a cargo de Arruda (quien ya tenía experiencia en
construcciones defensivas) y bajo la dirección de Boitaca (quien por esos días
también dirigía la construcción del vecino Monasterio de los Jerónimos de
Belém, finalizaron en 1520.
Gaspar
de Paiva fue consagrado como primer gobernador de la Torre en 1521.
A
partir de la década de 1580, los almacenes fueron utilizados como calabozos
donde se alojaron presos políticos.
En
la actualidad, la Torre
es uno de los monumentos más importantes y representativos de la ciudad de
Lisboa y de todo Portugal, con gran afluencia de visitantes durante todo el
año, se estima que alrededor de 600.000.
CARACTERÍSTICAS
La Torre de Belém
era parte de un sistema defensivo triple conformado con el baluarte de Cascais
y el fuerte de San Sebastián de Caparica, en la costa opuesta del Tajo.
El
monumento tiene las influencias islámicas que caracterizan al estilo manuelino
y marca el fin de la tradición medieval de las torres de homenaje, formando uno
de los primeros baluartes para artillería en Portugal.
Parte
de su belleza reside en la decoración exterior, adornada con cuerdas esculpidas
en piedra, galerías abiertas, torre de vigilancia en estilo mozárabe y almenas
en forma de escudos decoradas con esferas armilares, la cruz de la Orden de Cristo y elementos
naturalistas, como un rinoceronte, alusivos a los descubrimientos en ultramar.
El interior gótico, localizado bajo el piso inferior, sirvió como armería y
prisión y es muy austero.
Su
estructura se compone de dos elementos principales: la torre y el baluarte. En
los ángulos del piso inferior de la torre y del baluarte, sobresalen garitas
cilíndricas coronadas por cúpulas con forma de gajos de naranja, ricamente
decoradas en cantería de piedra.
La
torre cuadrangular, de tradición medieval, se eleva cinco pisos por encima del
baluarte, de la siguiente forma:
- Primer piso. Sala del Gobernador. Con techo abovedado y cubierto de cal. En las esquinas noreste y noroeste están los accesos a las torres de vigilancia.
- Segundo piso. Sala de los Reyes. Con techo elíptico y chimenea decorada con semiesferas. La sala accede al balcón con vista al sur, hacia la terraza del baluarte.
- Tercer piso. Sala de Audiencias. En la pared sur hay dos ventanas con balaustrada y arco semicircular con arquivoltas, con vista a la terraza del baluarte.
- Cuarto piso. Capilla. La sala albergaba el oratorio. Tiene una cúpula polinervada con símbolos reales manuelinos. Una esfera armilar, la Cruz de la Orden de Cristo y el escudo real.
- Terraza de la Torre. Desde lo alto de la torre se pueden observar la terraza del baluarte, el estuario del río Tajo, la capilla de San Jerónimo, el Monasterio de los Jerónimos y el monumento a los Descubrimientos (Padrâo dos Descubrimentos)
La
nave del baluarte poligonal, ventilada por un pequeño claustro, tiene dieciséis
aberturas para cañoneras de tiro rasante. El terraplén, guarnecido por almenas,
constituye una segunda línea de fuego, estando localizado en el Santuario de
Nuestra Señora del Buen Suceso, patrona del lugar, también conocida como Virgem do Restelo.
LA FIGURA DEL RINOCERONTE
Se
trata, sin duda, de una curiosidad del edificio. Sobre la fachada oeste aparece
la figura de un rinoceronte, homenaje a un ejemplar que fue llevado a Lisboa
poco antes de que se iniciara la construcción de la
Torre. El rinoceronte fue un presente del
gobernador de la India
portuguesa, Afonso de Albuquerque, al rey Manuel I. El 20 de mayo de 1515 llegó
el animal al puerto de Belém, cerca de donde más tarde se erigiría la Torre, en medio de un gran
interés dado que era el primer rinoceronte en suelo europeo en más de mil años,
desde la época del Imperio Romano. El animal fue tan popular en aquellos días
que no solamente se incluyó su figura en la decoración de la Torre de Belém, sino que el
impresor Valentín Fernándes representó y describió al detalle la anatomía del
ejemplar, lo que inspiró al pintor alemán Alberto Durero (quien jamás vio un
rinoceronte) a realizar la famosa xilografía conocida como Rinoceronte de Durero.
LA TORRE COMO PRISIÓN
Durante
la Tercera Dinastía
(1580-1640), la Torre
de Belém fue utilizada para albergar al menos un centenar de presos políticos.
Entre los más famosos figuran Francisco Manuel de Melo (escritor y político),
Francisco de Castro (inquisidor general), Sebastiâo de Matos Noronha (arzobispo
de Braga), Joâo de Almeida e Portugal (marqués de Alorna) y el mariscal Gomes
Freire de Andrade, nieto de un gobernador de la Torre de Belém.
Por
su belleza tanto exterior como interior, esta emblemática Torre de Belém,
situada en el estuario del río Tajo y frente al océano Atlántico, despierta un
gran interés en los visitantes de la vieja ciudad de Lisboa.
(Ver interesante colección gráfica de
este reportaje en GALERIA DE FOTOS)