A TRAVÉS DEL RIFT VALLEY
El continente africano
es un enorme territorio en el que se aglutinan los más variados, bellos y
violentos contrastes, desde los inhóspitos desiertos del Sahara o el Kalahari
hasta la selva húmeda del nordeste del Congo y Rwanda, la gran sabana, las
áreas pantanosas del Okawango e incluso las cumbres heladas del monte Kenya o
el Kilimanjaro. Todo un abanico geográfico con los climas más extremos, que da
lugar a una extraordinaria amalgama de fauna y flora, al margen de infinidad de
grupos étnicos con sus diversos ritos y costumbres. La fascinante África
continúa encerrando muchos misterios aún no descifrados, no en balde los
nativos siguen efectuando extraños pactos para tratar de subsistir, recelando
de los hombres blancos y con pavor a sus dioses a los que no ven, pero cuyo
poder temen. Un mundo tenebroso, como citó el periodista Henry Morton Stanley
en sus relatos, donde el hombre blanco, pese a lo que pueda llegar a creerse,
apenas si desempeña un pequeño papel.
La Gran Falla es una gran fractura geológica cuya extensión total supera los 6.500 kilómetros
en dirección norte-sur. Se trata de una amplia franja de tierra que se ha ido
desgajando de forma incesante a lo largo de millones de años creando paisajes
nuevos, rebosantes de animales salvajes y plantas muy características. Ninguna
otra zona del planeta ha sido en toda su existencia escenario de una eclosión
evolutiva incomparable.
A la altura del África
Central esta Gran Falla se divide en dos valles distintos, como un collar
oblongo que rodea al lago Victoria. Ambos brazos se vuelven a unir más al sur,
en Tanzania, prolongándose hasta Malawi y Mozambique. El brazo oriental acoge
en su interior grandes extensiones de sabana donde viven habitualmente enormes
manadas de mamíferos. En el brazo occidental en cambio, predomina la selva y se
convierte en el hábitat de otro tipo de fauna. El sistema también acoge la
mayor elevación del continente africano, el volcán Kilimanjaro (que se formó
tras una única y constante salida de magma que duró un millón de años), y
algunos de los mayores lagos como el Turkana, el Tanganyika o el Malawi.
También se considera al Victoria el segundo lago más grande del mundo, como
parte del sistema, aunque en realidad se encuentra situado entre los dos
ramales antes citados.
La ruptura de África
ejercida por el Gran Valle del Rift, es la responsable también de que en el
este del continente el clima sea más seco que en el oeste. Debido a ello, en
ésta parte de África apareció primero la sabana, y los simios locales que hasta
entonces vivían en las ramas de los árboles, debieron convertirse en terrestres
dando lugar a los primeros homínidos. La gran grieta ha dejado asimismo al
descubierto cientos de metros de estratos geológicos, por lo que los fósiles y
la historia geológica en general de esta parte de África son los mejor
conocidos de todo el continente negro.
NAKURU Y ABERDARES
En el corazón de Kenya,
Nakuru es uno de los lagos alcalinos del Gran Valle del Rift, situado a una
altitud de 1.754 metros
sobre el nivel del mar y se encuentra protegido por uno de los Parques
Nacionales mejor conocidos de toda África Central. Un lugar donde abundan las
algas que atraen grandes cantidades de flamencos que incluso bordean la costa.
Resulta un atractivo espectáculo observarles en la lejanía, ya que su sonrosado
plumaje invade totalmente el paisaje. El nivel de las aguas del lago descendió
mucho en la década de 1990, pero posteriormente se recuperó. Nakuru significa
“lugar polvoriento” en la lengua masai.
En la zona hay otras
aves, al igual que facoceros, babuinos y otros mamíferos de gran tamaño, desde
jirafas y cebras hasta los leones, leopardos, elefantes, búfalos etc.
El Parque Nacional del
Lago Nakuru está ubicado a unos 157 kilómetros al norte de Nairobi, la capital
kenyata, y está considerado un refugio de aves migratorias. Viendo volar a los
flamencos, el ornitólogo Roger Tory Peterson llegó a decir que cuando se reúnen
varios millones de flamencos forman “el
más grande espectáculo del mundo”.
El parque dispone en sus
cercanías de refugios y bastantes hoteles. También existen instalaciones para
el alojamiento y laboratorio de los investigadores que trabajan en este parque
en diferentes proyectos.
Siguiendo la ruta hacia
el sureste se encuentran los montes Aberdare. Se trata de una larga cordillera
de 160 kilómetros
de largo, con una elevación media de 3.350 metros.
Los montes están
cubiertos de zona boscosa y buena parte de esta cordillera está protegida por
el Parque Nacional Aberdare cuyo nombre oficial es Nyandarua o “piel puesta a
secar” en lengua kikuyu, aunque es
más conocido por Aberdares en honor al presidente homónimo de la Royal Geographic Society.
Un páramo ondulado de
una altitud aproximada de unos 3.000 metros atraviesa la mayor parte de la cordillera.
Además de arroyos hay aforamientos rocosos y busques de montaña con una gran
variedad de paisajes y vida salvaje. En los alrededores existen algunas
pequeñas granjas y plantaciones de café que se pueden visitar. Aunque la
vegetación es densa, si se observa con atención pueden avistarse elefantes,
rinocerontes, leones, leopardos y hienas. También hay otros muchos mamíferos.
Los aficionados a la observación de aves están de enhorabuena, pues desde
muchos puntos pueden avistarse el abejaruco, la majestuosa águila coronada
africana y el llamado francolino de Jackson.
LOS HIPOPÓTAMOS DEL LAGO NAIVASHA
Dentro del condado de
Nakuru se ubica este lago de agua dulce a las afueras de la pequeña ciudad
homónima de Naivasha (con unos 14.000 habitantes). El nombre deriva de la
lengua masai Nai’posha que significa “aguas agitadas”, dadas las turbulencias
que se originan en las aguas cuando se producen tormentas repentinas.
En abril de 1995 un área
de 30.000 hectáreas
fue incluida en la Lista
Ramsar de humedales de importancia internacional del convenio
Ramsar, el segundo humedal protegido en el país. Posteriormente se declaró como
Parque Nacional, incluyéndose en una lista indicativa para ser declarado en el
futuro como Patrimonio de la
Humanidad.
Este lago Naivasha está
situado en la parte más elevada del valle del Rift en Kenya a 1.884 metros de
altitud, en una compleja combinación de rocas volcánicas y depósitos
sedimentarios de un antiguo lago de la era del Pleistoceno. Se alimenta con las
aguas de los ríos Malewa y Gilgil. El lago tiene una superficie de 139 kilómetros
cuadrados y está rodeado por un pantano que cubre un área de 64 kilómetros
cuadrados, pero puede variar mucho dependiendo de las lluvias. Tiene una
profundidad media de seis metros, estando la zona más profunda en Crescent
Island, con una profundidad de 30 metros aproximadamente.
En 1882 la región fue
visitada por el explorador alemán Gustav Fischer con el patrocinio de la Sociedad Geográfica de Hamburgo, quien penetró desde la
desembocadura del río Pangani hasta el lago Naivasha y a quien los masai previnieron de seguir avanzando.
Joy Adamson, autor de Born Free,
vivió en las orillas del lago a mediados de la década de 1960.
El lago es el hogar de
una gran variedad de tipos de vida salvaje, incluyendo más de 400 especies de
aves diferentes, pero si llama poderosamente la atención del visitante es por
la considerable población de hipopótamos que habitan en sus aguas. Ellos son
los auténticos protagonistas de Naivasha.
La comunidad de peces en
el lago ha sido muy variable en el tiempo, dependiendo de los cambios en el
clima, la industria pesquera y la introducción de especies invasoras. Existen
dos lagos más pequeños en las cercanías de Naivasha: el Oloiden y el Sonachi
(un lago de cráter verde).
El uso no regulado de
gran cantidad de agua del lago para el riego está reduciendo su nivel y es
causa de preocupación para las autoridades kenyatas. La pesca es también una
fuente de empleo e ingresos para la población local, aunque los niveles siguen
en general el patrón de las lluvias.
LONGONOT
Siguiendo por el Valle
del Rift, otro enclave de especial interés es el volcán Longonot. Una
característica única es el espeso bosque que se encuentra dentro del cráter de
la montaña. Desde el borde del cráter se ofrecen excelentes panorámicas de la
hermosa Falla Africana en toda su magnitud.
El Longonot es un
estrato-volcán que contiene una gran caldera de 8 X 12 kilómetros formada
por vastas erupciones de lava traquítica de hace unos 21.000 años. El cono
cumbre actual se desarrolló dentro de la caldera anterior. Este cono en sí está
coronado por un cráter de 1,8 kilómetros. La montaña tiene varios conos
parásitos y se producen erupciones de lava efusiva en los flancos y dentro del
piso de la caldera. La actividad geodésica periódica registrada en Longonot en
2004-2006 demostró la presencia de sistemas magmáticos activos debajo de este
volcán.
De las laderas formadas
de lava de la garganta inmediata al volcán, surgen ocasionalmente unas
fumarolas a través de grietas que todavía persisten. Un olor a fuego y azufre
impregna el ambiente próximo al volcán.
Las principales
atracciones de vida salvaje en Mount Longonot incluyen búfalos, elands, leones,
leopardos (a veces difíciles de observar), cebras comunes, jirafas y gacelas de
Grant.
El Parque Nacional del
Monte Longonot se encuentra a unos 90 kilómetros al
noreste de Nairobi y tiene una superficie de 52 kilómetros
cuadrados. El ecosistema de la sabana se compone principalmente de la montaña
que se eleva unos 2.776
metros sobre el nivel del mar. A los lados de la montaña
hay diferentes valles y crestas con poca vegetación, aunque hay mucha
vegetación en el interior del cráter.
La temperatura varía
entre los 20º C. y los 30º C. y las precipitaciones entre 200 mm. y 700 mm. según la época de
lluvias.
Todo apunta a que éste
lugar representa el auténtico umbral de lo que algunos expertos llegaron a
calificar como “la puerta del infierno”.
LAS COLINAS DE NGONG
Como punto final a este
viaje por el Rift Valley en Kenya y a sólo unos kilómetros de Nairobi, las colinas de Ngong
inmortalizadas por el mundo del cine en Memorias
de Africa, representan otra cita interesante para el viajero.
Es en
este apacible paisaje donde surge majestuosa y sobria la granja que
perteneciera a la baronesa Karen Blixen. Aún hoy, a través de las estancias de
esta confortable mansión parece revivirse con nostalgia la presencia de aquella
inolvidable mujer que vivió su sueño africano tratando de integrarse con la
población kikuyu, se dedicó a poner
en marcha una plantación de café y hasta se convirtió en la amante del cazador
Denys Finch Hatton, quien acabaría estrellándose con su avioneta en las
llanuras del Tsavo. Algún tiempo después, Karen Blixen terminó por dedicarse a
la literatura y bajo el seudónimo de Isaak Dinessen, relató sus apasionantes
experiencias en tierras africanas.
No
puede finalizarse este reportaje a través de Kenya sin antes hacer mención de
la presencia de los masai.a lo largo
y ancho de todo el territorio.
Kenya es la tierra de los masai, auténtico mito y leyenda desde hace infinidad de
generaciones. Atravesando los más de 80.000 kilómetros cuadrados que van desde
el sur del lago Turkana hasta más allá de Manyara, en Tanzania, y desde las
orillas del lago Victoria hasta el Kilimanjaro, con frecuencia se les suele
divisar a lo lejos, son inconfundibles, surgen en la inmensidad de la sabana y
su esbelta figura se recorta en el que posiblemente resulta el más maravilloso
de los paisajes del llamado continente negro.
Kenya es, sin lugar a dudas, un objetivo turístico por
excelencia.
(Ver
interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)