COSTA AMALFITANA

 CON MARCADO INTERÉS TURÍSTICO


La denominada Costiera d’Amalfi es un tramo de costa italiana bañado por el mar Tirreno, situado en el golfo de Salerno, en la provincia homónima de la región de la Campania. De gran interés turístico y cultural, todos y cada uno de los municipios que la integran fueron declarados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO:

La breve descripción de Amalfi es de una gran belleza natural. Ha estado intensamente poblada desde principios de la Edad Media. Incluye una serie de ciudades como Amalfi y Ravello, que albergan obras arquitectónicas y artísticas especialmente notables. Sus zonas rurales testimonian la capacidad de adaptación de sus habitantes que han sacado partido de la diversidad del terreno de cultivo, desde los viñedos y huertos en terrazas en las laderas bajas, a las tierras de pastoreo en las tierras altas.

UNA HISTÓRICA REPÚBLICA MARINERA

La costa de Amalfi abarca el territorio de la histórica República Amalfitana, que en torno al siglo XII dominó el Mediterráneo. Toma el nombre de su municipio más importante, Amalfi, capital histórica de la república que llegó a albergar una población de 70.000 habitantes, hoy convertido en un pequeño y hermoso destino turístico. Son también destacables en la costa los municipios de Positano y Ravello, ambos destinos vacacionales de primer orden, elegidos por la denominada “jet set” estadounidense de mediados del siglo XX. Los municipios de la costa están conectados por la famosa carretera estatal 163.

La zona ha sido lugar turístico por excelencia desde la época del Imperio Romano. Numerosos artistas y personalidades públicas han escogido esta costa como área de recreo, entre ellos Giovanni Bocaccio (que aludió a ella en el Decamerón), Richard Wagner (que se inspiró en Ravello para crear la escenografía de Parsifal), la actriz Greta Garbo o John Steinbeck (que en 1953 escribió Positano, una novela en la que caracteriza dicha localidad). En Amalfi, el dramaturgo y poeta noruego Henrik Johan Ibsen escribió su obra más importante: Casa de Muñecas.

Además, en Maiori fue Roberto Rossellini, uno de los directores más importantes del neorrealismo, quien rodó varias películas como Paisá, La macchina ammazzacattivi y Viagio in Italia con Ingrid Bergman. En 2007, la hija de Roberto, la actriz Isabella Rossellini, fue nombrada ciudadana honoraria de Maiori.

A grandes rasgos, en esta costa amalfitana destacan el Duomo o catedral de Amalfi y su claustro; la iglesia de Santa María Asunta en Positano; Las iglesias de San Salvatore del Birecto y Santa María Magdalena en Atrani; además de la catedral, Villa Cimbrone y Villa Rufolo en Ravello; El convento de Santa María de Olearia en Maiori; la catedral de Scala; las iglesias de San Luca y San Gennaro en Praiano; la de San Pancrazio en Conca dei Marini y la de Santa Trofimena y la antigua villa romana de Minori.

AMALFI

La catedral de San Andrés Apóstol o simplemente Catedral de Amalfi, es del siglo IX y se ubica en la Piazza del Duomo de la ciudad. Está dedicada al apóstol San Andrés, cuyas reliquias se aguardan aquí. Antiguamente sede episcopal de la diócesis de Amalfi, lo ha sido desde 1986 la de la diócesis de Amalfi-Cava de Tirreni.

Predominantemente de estilo románico árabe-normando, fue remodelada varias veces, añadiendo elementos románicos, bizantinos, góticos y barrocos. La catedral incluye la Basílica del Crucifijo del siglo IX adyacente. Cerca de esta basílica se encuentra la cripta de San Andrés.

La catedral más nueva fue construida al lado de la basílica más vieja que fue erigida sobre las ruinas de un templo anterior. Los restos de San Andrés fueron llevados a Amalfi desde Constantinopla en 1206 durante la Cuarta Cruzada por el cardenal Pedro de Capua. Dos años después, la cripta fue completada y las reliquias fueron entregadas a la iglesia.

RAVELLO

Es una población y municipio enclavado en esta Costa Amalfitana. Tiene aproximadamente 2.500 habitantes y está considerada uno de los destinos turísticos más populares y exclusivos de Italia.

Ravello fue una importante población de la República Amalfitana y también una relevante república marítima italiana, potencia económica en el Mediterráneo desde el año 839 hasta casi el 1200, siendo sede de una diócesis entre 1086 y 1603; posteriormente, el obispado fue trasladado a Scala.

Había muchas familias de nobles que lo hicieron famoso y tenían el titulo de patricios de Ravello. Nobles como los Alfano, Appencicario, Aufiero, Bove, Campanile, Cassito y tantos otros.

Entre sus principales atracciones turísticas sobresale la basílica de Santa María Asunta y San Pantaleone, conocida como el Duomo de Ravello.

Villa Rufolo (1270) fue construida por Incola Rufolo, adinerado comerciante, en el borde de un acantilado sobre la costa. Cada año recibe numerosos visitantes en busca de sus renombradas panorámicas y la belleza de sus jardines y edificios.

Por su parte, Villa Cimbrone es famosa por la Terraza del Infinito, balcón sobre un acantilado con vistas inigualables sobre la costa y el golfo de Salerno.

La iglesia de San Giovanni del Toro fue construida antes del año 1000.

El Auditórium Oscar Niemeyer, es un teatro diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer y construido en 2011, utilizado anualmente para el Festival de Ravello y también como centro de arte de la localidad para conciertos y exhibiciones.

ATRANI

Es una localidad de alrededor de 965 habitantes en la provincia de Salerno. Se caracteriza por una estructura muy particular en la que el pueblo forma, junto a la playa, un teatro natural. La carretera estatal que atraviesa toda la costa pasa en forma elevada entre la playa y la plaza principal.

Como curiosidad hay que apuntar que sus 0,20 kilómetros cuadrados, le convierten en el pueblo más pequeño de la Italia meridional por extensión territorial y segundo en toda Italia. El pueblo italiano más pequeño es Fiera di Primiero con una superficie de 0,15 kilómetros cuadrados.

MAIORI

En este pueblo cabe destacar como una auténtica maravilla la abadía que está excavada en la roca. En ella se pueden ver frescos que tienen cerca de mil años y casi al alcance de la mano. No siempre está abierta (sólo tres días a la semana). Vale la pena informarse antes de realizar la visita, porque no hay que perderse esta auténtica maravilla.

SCALA

Otro enclave relevante de esta costa y tiene cerca de 1.500 habitantes. Se edificó con evidentes fines estratégicos, no en balde está ubicado sobre una elevación de unos 400 metros sobre el nivel del mar y en un lugar rocoso y difícilmente accesible.

Aunque carece de fundamento histórico, según antiguas crónicas su fundación data del siglo IV y todo se debió a unos romanos que se dirigían a Constantinopla. Sin embargo, sí que es totalmente cierta la función que las mesetas contrapuestas de Scala y Ravello tuvieron durante la Edad Media, de hecho esos fueron los principales baluartes fortificados del territorio amalfitano.

Scala no se distinguió, sin embargo, por sus episodios bélicos, sino que tomando parte activa en la vida de la República Marítima, pasó a ser protagonista también en el comercio y en la artesanía. Los oriundos de esta localidad habían establecido desde el siglo XI en Nápoles una verdadera y auténtica colonia comercial con una iglesia ubicada cerca de Porta Nolana.

La estructura del pueblo, típicamente medieval, está compuesta por núcleos separados; en sentido norte-sur: Santa Caterina, Campoleone, Campidoglio, Scala, Minuta y Pontone. Cerca de Santa Caterina se puede observar la puerta urbana y las capillas de San Pablo y Santa María de la Porta, además de la homónima iglesia de Santa Caterina realizada con materiales de desecho y con planta típica con tres naves; en Campoleone se encuentra la iglesia de San Pietro; cerca de Campidoglio está la iglesia de San Juan Bautista del Agua con el característico campanario de estilo moresco; en el núcleo de Scala se halla la catedral, que a pesar de haber sido reformada en época barroca, ha conservado la cripta medieval, el sepulcro de Marinella Rufolo, una preciosa mitra episcopal del siglo XIII y un crucifijo de madera del mismo periodo; en Minuta la iglesia románica de la Anunciada con restos paleocristianos; cerca de Pontone están las iglesias de San Felipe Neri, San Juan Bautista y Santa María del Carmen. También hay varios edificios civiles que presentan datos interesantes para el conocimiento e la arquitectura medieval, como la casa de la noble familia Sasso (de la que el mayor exponente de la familia fue fray Gerardo Tum, fundador de la Orden de los Hospitalarios, o la de los Mansi-D’Amelio y Campanile.

CONCA DEI MARINI

Es una villa de 682 habitantes que también forma parte de esta Costa Amalfitana. Se trata del cuarto municipio italiano más pequeño en términos de área y el menos común en Campania, después de Atrani.

Marina di Conca es una pequeña bahía rodeada de numerosas y pequeñas casas y es el principal establecimiento de baños en el país, así como el puerto donde todavía atacan los barcos de los pescadores locales. En tiempos muy remotos, en esta bahía se concentraban las actividades del país, desde la pesca del atún hasta el tráfico marítimo. En el interior hay una hermosa capilla dedicada a Nuestra Señora de la Nieve, que se celebra como fiesta solemne el 5 de agosto con una procesión por el mar. Esta capilla fue construida específicamente en la Armada para permitir a los marineros y visitantes llegar con bastante facilidad. En ella hay un relieve que representa a la Virgen con el Niño, que viene del este como sugiere la inscripción que lleva en la parte inferior en cirílico griego.

Además, la Marina di Conca se hizo famosa en los años sesenta y setenta por haber albergado a muchas personas famosas, entre las que se encuentran Gianni Agnelli, la princesa Margarita de Inglaterra y Jacqueline Kennedy Onassis. Hace unos años fue considerada como una de las mejores playas de Italia

La Torre del Capo de la Conca, también conocida como Torre Sarracena o Torre Bianca, es una antigua torre de vigilancia del siglo XVI en el promontorio llamado Capo di Conca. El virrey de Nápoles, Pedro de Toledo, la mandó construir para defender el territorio contra las invasiones de los turcos. Se decidió erigirla en un plano cuadrado en lugar de circular, ya que, a partir de Carlos V en adelante, se cuestionó la resistencia de las torres circulares, ampliamente utilizadas en el pasado. La torre consta de una sola habitación grande, sobre la cual hay otras dos habitaciones pequeñas reservadas para los guardias. Después de la derrota de los turcos en Lepanto, la torre, como muchas otras, perdió importancia estratégica, pero no su encanto, siendo finalmente destinada a museo.

La iglesia de San Juan Bautista también conocida como la iglesia de San Antonio de Padua (patrón oficial de Conca dei Marini desde 1694) es un edificio religioso de fundación remota cuyos orígenes son desconocidos. Está ubicada en lo alto de un acantilado y domina un gran panorama y sirve a los fieles del distrito de Penne. Se caracteriza por su campanario con una bóveda cubierta con azulejos de mayólica y fachada barroca que presenta una imagen de San Antonio acompañada de la frase latina Protegam civitatem Istam (Protegeré esta ciudad).

En cuanto a la iglesia de San Pancracio Mártir no hay fuentes oficiales que confirmen su fundación exacta. El documento histórico más antiguo que lo menciona es un certificado que data de principios de 1370. En 1543 la iglesia fue saqueada por un ataque de piratas y permaneció inutilizable mucho tiempo, hasta que en 1908 el campanario se derrumbó y posteriormente fue reconstruido.

En una posición espléndida, el edificio religioso está rodeado por un gran patio, en el que hay dos filas laterales de palmeras frente a las tres puertas de entrada, sobre las cuales hay mosaicos de la escuela de Rabean.

Las casas de Conca están dispersas por todo el territorio y las áreas residenciales se concentran donde el territorio ha hecho posible el asentamiento. Las técnicas de construcción son similares en toda la zona costera y demuestran, con una arquitectura simple, cuáles son las principales necesidades de la vida rural.

Unas vacaciones en la Costa Amalfitana representan mucho más que un viaje, no en balde descansar a orillas del mar Tirreno, en el golfo de Salerno, y en estos pueblos que encierran un peculiar encanto mediterráneo, supone un auténtico placer.


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