UNA ENCANTADORA VILLA PORTUGUESA
Sintra es una villa portuguesa del distrito de Lisboa y forma parte de su área metropolitana, con cerca de 40.000 habitantes en su casco histórico. Esta ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1995.
La localidad es sede del municipio de Sintra y tiene unos 319,23 kilómetros cuadrados de área y está subdividida en once freguesías (pedanías o municipios) desde su reorganización en el año 2013.
HISTORIA
Sintra estuvo habitada desde el siglo II a.C. como parte de los territorios de la ciudad romana de Olissipo (gozaba del estatuto de Municipio Romano), aunque hay testimonios de su ocupación durante el periodo Neolítico. Durante la Edad Media, cuando Olissipo pasó a llamarse Lisboa, el núcleo poblacional se extendió como una malla urbana irregular en torno a las carreteras principales que conducían a la villa.
En el año 713 comenzó el periodo musulmán, cuando Sintra funcionó como dependencia de Lisboa, época en que se desarrolló el centro histórico de la villa. Algunos textos de la época la señalan como el centro urbano más importante de la zona después de la capital. Alfonso I de Portugal venció a la Taifa de Badajoz en 1147 y la conquistó para el cristianismo, otorgándole el título de municipio en enero de 1154.
Durante el reinado de Juan I (1385-1422) se instalaron conventos, monasterios y órdenes militares, se inició la construcción de palacios reales y fue poblada por aristócratas que erigieron suntuosas residencias en la zona.
En el siglo XVIII, la villa fue relegada por la corte a favor de otras ciudades de la zona, hasta que el terremoto de 1755 provocó una gran destrucción que devolvió la atención a la ciudad, que debió ser reconstruida. No tardarían mucho los viajeros extranjeros y la aristocracia portuguesa en redescubrir el encanto de Sintra. El rey consorte Fernando II, transformó en el siglo XIX un monasterio jerónimo en el Palacio de la Pena, que se convirtió en residencia veraniega de la corte.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los habitantes más adinerados se trasladaron a la periferia y en la villa se instalaron establecimientos de alojamiento que atrajeron a los visitantes, convirtiendo a la ciudad en un centro turístico. En 1854 tuvieron lugar los primeros intentos de construir una línea ferroviaria que comunicara Sintra con Lisboa, la cual finalmente se inauguraría el 2 de abril de 1887, tras el fugaz funcionamiento de un monocarril.
A principios del siglo XX Sintra experimentó una gran urbanización, que también significó la destrucción de algunas piezas del patrimonio cultural de la villa, aunque poco después se crearon instituciones dedicadas a proteger el patrimonio local.
GEOGRAFÍA Y CLIMA
El municipio limita al norte con Mafra, al este con Loures, al sureste con Odivelas y Amadora, al sur con Oeiras y Cascais y al oeste con el océano Atlántico.
El municipio se encuentra recorrido por sierras de vegetación exuberante y, en los alrededores, variadas playas marítimas y acantilados. Cabo da Roca es el punto más occidental del continente europeo.
La villa de Sintra está a los pies de la Sierra da Sintra, la zona montañosa donde se encuentra la altitud máxima del municipio: Cruz Alta, un pico de 528 metros sobre el nivel del mar, perteneciente al Real Parque de Pena.
Es el municipio del Área Metropolitana de Lisboa con mayor superficie de áreas protegidas, con 11.147 hectáreas. El Parque Natural de Sintra-Cascais, donde se ubica la Sierra de Sintra, es el área protegida más importante de la región.
El municipio de Sintra presenta un clima templado mediterráneo, de tipo oceánico y con influencia atlántica. En la zona serrana se verifican las temperaturas más bajas de la región. El viento, presente todo el año, es más intenso cerca del mar y en las áreas más elevadas. La Sierra de Sintra funciona como una barrera de condensación, con valores elevados de humedad y variables condiciones de nubosidad y neblina.
IMPORTANTE PATRIMONIO CULTURAL
El municipio tiene grandes extensiones de importante valor natural, cultural y estético, y el constante flujo turístico llevó a preservarla clasificando al Parque Natural de Sintra-Cascais como Área de Paisaje Protegido.
Entre sus principales atractivos turísticos figuran el centro histórico de Sintra, numerosos castillos y construcciones antiguas, como el Castillo de los Moros, los palacios de Pena, de Queluz, de Monserrate, de Seteais y el Palacio Nacional, la Quinta de Regaleira, el chalet de la Condesa Edia, el Convento de los Capuchinos y la Granja Ornamental de la Pena. Interesante también el capítulo de iglesias, como las de Santa María y Sâo Martinho, los museos de Arte Moderno y el del Juguete, al margen de sus playas, las sierras y Cabo da Roca.
Además de su patrimonio cultural y sus paisajes naturales, Sintra cuenta con una buena infraestructura turística y es reconocida por sus vinos, su mármol, su confitería y artesanía.
Dado que se encuentra a sólo 30 kilómetros de la capital, Lisboa y su conexión por ferrocarril, son habituales las excursiones de un día a la ciudad, existiendo medio centenar de establecimientos de alojamiento turístico en el municipio. Se calcula que, al menos, cerca de 300.000 visitantes pasaron una noche en Sintra el año anterior.
El patrimonio arquitectónico de Sintra combina los estilos morisco, gótico, mudéjar, manuelino, barroco e italianizante, paisaje cultural que representa un ejemplo único de la ocupación cultural de un lugar específico que ha sabido conservar su integridad esencial como aglutinador de diversas culturas sucesivas, como destacan los criterios de inscripción como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El municipio cuenta con cinco museos y diez galerías de arte. Recientemente se han contabilizado casi dos millones y medio de visitantes en sus museos, lo que representa el 15% del total de visitantes de los museos en todo el país.
Este bello y encantador rincón portugués de Sintra, merece una escapada, máxime considerando su proximidad con Lisboa.