GJIROKRASTRA



LA CIUDAD DE LAS PIEDRAS


Albania es un país bastante desconocido para el turismo internacional. Después de décadas de dictadura comunista y un aislamiento feroz, la falta de infraestructuras y la creencia de que “no hay mucho que ver”, han conseguido que este país no sea un destino de masas. Pero esta nación, al contrario de lo que algunos piensan, guarda pequeños grandes secretos, como la ciudad de Gjirokastra.
Principal enclave y capital del condado y del distrito homónimo, al sur de Albania, Gjirokastra fue la cuna de algunos de los albaneses más célebres de la historia, como el escritor más universal, Ismail Kadare. Por otro lado su casco antiguo fue declarado Ciudad-Museo y en 2005 la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad como un raro ejemplo de pueblo otomano bien conservado y construido por terratenientes. En el 2008 se unió a esta denominación el centro histórico de Berat.
Gjirokastra se ubica en el sur de Albania, a unos 215 kilómetros de la capital Tirana y a sólo unos 36 kilómetros de la frontera griega. Forma parte de la antigua región histórica del Epiro que comparten actualmente Albania y Grecia. La costa del mar Jónico se encuentra a unos 50 kilómetros aproximadamente.
Gjirokastra se halla junto al monte Mali i Gjeré (la montaña ancha) que domina el valle del río Drin. La ciudad antigua se extiende por las faldas de dicho monte, mientras que los barrios modernos se sitúan al pie de la misma en el valle del Drin.

UNA ATORMENTADA HISTORIA
Gjurokastra es una antigua ciudad cuyo solar tiene trazas de haber sido poblado desde al menos el siglo I a.C. La ciudad como tal fue fundada probablemente hacia el siglo XII alrededor de una fortaleza ubicada en el Mali i Gjeré. Bajo dominio bizantino se convirtió en un importante centro comercial conocido como Argyropolis (ciudad de plata) o Argyrokastron (castillo de plata). Con posterioridad formó parte del Despotado de Epiro, estado sucesor del Imperio bizantino, después de la disolución de este en la Cuarta Cruzada.
La primera mención escrita de la ciudad data de 1336. En 1417 pasó a manos del Imperio otomano, que la retuvo en su poder durante casi cinco siglos. En el siglo XIX Ali Pasha, un gobernador albanés dotado de gran autonomía, reforzó el burgo y mandó construir un acueducto de diez kilómetros de longitud para abastecer de agua la fortaleza. Este acueducto fue destruido en 1932. A finales del siglo XIX, Gjirokastra fue un importante centro de resistencia a la dominación turca. La Asamblea de 1880 se considera como uno de los hitos de la independencia albanesa.
Habitada por una población mayoritaria de etnia albanesa, pero con una fuerte presencia de minorías griega y arrumano, Gjirokastra ha sido una ciudad muy disputada a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Durante la Primera Guerra de los Balcanes (1912-1913), la ciudad fue reclamada por parte de Grecia debido a la presencia de una importante minoría griega en la zona. En 1914 Giorgos Christakis Zoógrafos, antiguo ministro de Exteriores griego, declaró Gjirokastra como la capital de un estado autónomo denominado Epiro del Norte. No obstante, la vida de este estado fue efímera y desapareció durante la Primera Guerra Mundial.
Gjirokastra fue ocupada por tropas francesas durante esa guerra, para posteriormente ser devuelta al estado albanés. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad pasó por manos italianas, griegas y alemanas, para caer finalmente bajo control albanés definitivo desde 1944.
El régimen comunista de la post-guerra desarrolló la ciudad como un centro industrial y comercial. Fue elevada a la condición de “Ciudad Museo” debido a su estado de conservación y también por ser la localidad natal del líder comunista Enver Hoxha, que nació en1908. Su casa natal fue convertida en museo y en uno de los principales centros del culto a la personalidad del dictador.
Gjirokastra sufrió numerosos problemas económicos tras finalizar el dominio comunista en 1991. Estuvo especialmente afectada por la estafa piramidal que estalló en 1997, que desestabilizó política y económicamente Albania. La ciudad se convirtió en un foco de la rebelión contra el gobierno de Sáli Berisha y violentas protestas antigubernamentales tuvieron lugar en la misma forzando finalmente la dimisión del presidente. Durante el caos que se produjo aquel año, el 16 de diciembre de 1997 la casa de Hoxha fue volada por los aires por un grupo desconocido de atacantes, presumiblemente anti-comunista.
Desde finales de los años noventa se ha producido una revitalización de la economía albanesa, mejorando en algo la situación de la ciudad. La población ha descendido en las últimas décadas, debido principalmente por la emigración de la minoría griega hacia su país, la vecina Grecia. Sin embargo esta minoría tiene todavía una presencia significativa y una gran influencia cultural en la actual Gjirokastra. El estatus de la minoría griega en la región ha sido causa de ciertas tensiones entre los gobiernos de Albania y Grecia.

CULTURA Y PATRIMONIO
Gjirokastra es también conocida como “la ciudad de las piedras”, ya que la mayor parte de los tejados de las casas antiguas están cubiertos de piedras, un rasgo distintivo de la arquitectura local. Es una de las ciudades en las que mejor se ha conservado la arquitectura típica de los Balcanes, de influencia otomana. Otros ejemplos destacados de esta arquitectura son la ciudad macedonia de Ohrid o Berat en la Albania central.
Esta fue la razón por la que la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad. Las razones aducidas por la organización internacional para esta distinción fueron la de considerar Gjirokastra como un testimonio excepcional de una duradera y casi desaparecida sociedad y estilo de vida, influenciada por la cultura y tradición del Islam durante el periodo otomano. También consideró la UNESCO que el centro histórico era un raro ejemplo de un bien conservado pueblo otomano, construido por grandes propietarios terratenientes, alrededor de una ciudadela del siglo XIII. La arquitectura se caracteriza por la construcción de un tipo de casas-torres llamadas kule, de las que Gjirokastra muestra muy notables ejemplos.
Los edificios más típicos de la ciudad son los kules, un tipo de casa-torre de origen turco y característico de la región de los Balcanes. Este tipo de edificios alcanzó su madurez en el siglo XVII. En Gjirokastra se encuentran además algunos ejemplos de kules más elaborados que datan de principios del siglo XIX.
Los kules poseen una base muy alta, una planta baja que solía utilizarse en invierno y que contaba con troneras, y una segunda planta para el verano, dotada de balcones, ventanas y recubierta de madera. Los interiores suelen estar ricamente decorados con motivos florales pintados, especialmente en las zonas reservadas a la recepción de invitados. Más de doscientas casas están protegidas actualmente en la ciudad como “monumentos culturales”.
Los comunistas declararon el casco antiguo como la Ciudad Vieja como Ciudad-Museo debido principalmente a que era la ciudad natal de Enver Hoxha, lo que la puso bajo un estatus de protección especial ya durante dicho régimen. Ello permitió que se respetara la arquitectura tradicional y no se acometieran las características construcciones modernas de viviendas de tipo soviético, típicas de dicho periodo. Sin embargo, este estatus de protección no ha evitado que muchas casas antiguas se vinieran abajo por falta de cuidados y mantenimientos. Poco a poco se está mejorando en el mantenimiento de la arquitectura tradicional de la ciudad.
Al margen de las muestras de esta arquitectura tradicional, Gjirokastra cuenta como edificios significativos con la fortaleza, el bazar, una mezquita del siglo XVIII y dos iglesias del mismo periodo.
La Ciudadela data de la época pre-otomana y domina la ciudad y el valle. Está abierta a los visitantes y contiene un museo militar en recuerdo de la resistencia comunista ante los invasores alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Además de artillería capturada a los alemanes posee un avión de la Fuerza Aérea Americana capturado durante la Guerra Fría. La ciudadela se remonta al siglo XVIII y fue construida por órdenes de Gjin Bue Shpata, un líder tribal local.
A lo largo de los siglos XIX y XX sufrió varias adiciones por parte de los gobiernos de Ali Pasha Tepelene y el rey Zogu I de Albania. Actualmente posee cinco torres, una torre del reloj, una iglesia, fuentes, establos y una serie de instalaciones. La parte norte del castillo fue convertida en cárcel por el gobierno del rey Zogu y tuvo encerrados prisioneros políticos durante el régimen comunista.
La Casa Zekate es en realidad una kule, con dos torres gemelas y una fachada de doble arco perteneciente a una de las familias más influyentes de la ciudad.
La Iglesia de San Sotiré es ortodoxa del siglo XVIII.
La Mezquita se salvó de la destrucción durante la época comunista, posiblemente por su interés cultural, aunque durante este periodo no se usó como lugar de oración. Otras doce mezquitas que había en la ciudad no corrieron la misma suerte.
Las Siete Fuentes fueron construidas junto al lugar donde se erigía la Mezquita Meçites. Se conservan aún restos del minarete de la Mezquita junto a ellas. Estas fuentes servían para el baño ritual de los fieles musulmanes. Al lado está el clásico Hammam o baño turco.
El Museo Etnográfico está sobre la antigua casa natal de Enver Hoxha. Durante la época comunista fue el Museo Antifascista, pero desde 1991 alberga objetos típicos que recrean cómo se vivía en la época otomana.
La Estatua de las Heroínas Partisanas es un monumento dedicado a dos mujeres partisanas ejecutadas durante la Segunda Guerra Mundial. Está situada en la plaza principal de la ciudad.
El Monumento a Çerçiz Topulli está erigido en honor a un héroe albanés nacido en la ciudad. También está situado en la plaza principal.
El Monumento a la Educación albanesa. Durante la época de ocupación otomana, los albaneses tenían prohibido tener sus propias escuelas. Este monumento se erige en el lugar donde en 1908 se abrió la primera escuela albanesa de la ciudad.
Gjirokastra también es muy conocida por celebrar el Festival Nacional de Música Folklórica en el que participan grupos musicales de Albania y de los territorios vecinos con población albanesa.
La ciudad posee una universidad en la que algunas carreras se imparten también en lengua griega.
En el apartado económico cabe destacar que esta ciudad es principalmente un centro comercial de la región sur de Albania que cuenta con algunas industrias alimentarias, del cuero y textiles.
Vale realmente la pena realizar una escapada a este pintoresco rincón de la Albania desconocida para vivir de cerca Gjirokastra, la llamada “ciudad de las piedras”.

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