O R I S S A

FUENTE DE ETERNIDAD



Si viajar al subcontinente indio resuelta siempre la más fascinante de las experiencias, adentrarse en el estado de Orissa significa tanto como vivir inmerso en una orgía de sensaciones. Un mundo multicolor y de profundos contrastes en el que van de la mano lo místico con lo fastuoso, una acendrada espiritualidad, la música, la danza… un recóndito e inigualable rincón en el que la fantasía, aún hoy, continúa siendo infinitamente superior a la realidad, lo cual subyuga hasta límites insospechados.

Situada en la costa oriental de la península indostánica, asomándose al mar de Bengala y entre dos urbes tan importantes y abigarradas como son Calcuta y Chennai (Madrás), la tierra de Orissa es, sin duda, una gran desconocida para quien habitualmente recorre los circuitos tradicionales a través del noroeste del país.
Heredera de un legado marcadamente religioso, la antigua Kalinga sorprende a cada paso y extasía por la magnitud de sus enormes y magníficos templos, la sencillez de sus gentes y en las últimas décadas también por la relevante infraestructura hotelera que está creciendo en el litoral para recibir al visitante ávido de emociones y dispuesto a disfrutar del confort más acentuado.

LA RIQUEZA ARQUITECTÓNICA DE BHUBANESWAR
Proclamada como la tierra del amor y una arraigada devoción a sus dioses, Orissa abre su corazón al recién llegado a  través de su capital, la popular Bhubaneswar, moderna y ancestral al mismo tiempo.
El exponente más evolucionado de la arquitectura de Orissa es el templo de Lingaraj (siglo XI), en realidad un conjunto de monumentos ubicados en el interior de un recinto amurallado, como si se tratase de una ciudadela. La divinidad principal que en él se venera es Svayambhu Linga, mitad Shiva y mitad Vishnú, aunque en ambos se encuentran representadas todas las divinidades, reflejándose de tal forma la armonía del amplio abanico religioso de esta zona. Es una excelente combinación de belleza y elegancia de líneas, habilidad y santidad y está constituido por una Natamandir o sala de danza, una Bhoga Mandap o sala de ofrendas y el Jagmohan o porche. Además, tiene una cúspide imponente de 55 metros que se divisa desde la lejanía y le destaca del resto de templos.
A escasa distancia de Lingaraj, el templo de Mukteswar (siglo X) es una auténtica joya arquitectónica, no en balde se asegura que en él nacieron los cuentos de -Panchatantra- y en sus paredes exteriores existen vestigios hinduistas así como budistas y jaínes. Posiblemente su rasgo más fascinante sea la entrada abovedada, con exquisitas tallas de diseños florales y apsaras (bailarinas o ninfas celestiales).
Otro de los reductos sagrados de Bhubaneswar es el templo de Rajarani (siglo XI) famoso por sus esculturas, siendo el tema predominante el de las formas femeninas, de ahí que la mujer quede representada en multitud de posturas a cual de ellas más sensual y seductora.
Cierra el recorrido por los grandes santuarios de la ciudad, al menos por los más relevantes dado que existen infinidad de ellos, el de Parsurameswar construido en honor al dios Shiva, el cual se halla decorado con excelentes frisos que representan parejas de enamorados, diversidad de figuras humanas, aspectos de la vida animal y motivos florales, con bustos de Shiva que tienen un encanto muy especial.
No debe olvidarse tampoco el templo de Vaital, dedicado a los cultos tántricos, a través de los cuales se vislumbran elementos de sectas hindúes y también budistas, como Shakti o la fuerza femenina de la vida, deidad representada por Kali con los ocho brazos que simbolizan su auténtico poder.
Al oeste de Bhubaneswar se encuentran las colinas gemelas de Khandagiri y Udaigiri, de profunda influencia jaín. Sus cuevas excavadas en las mismas rocas y rodeadas de un entorno completamente virgen, ofrecen una visión de las leyendas más populares, celebraciones religiosas y diferentes danzas, todo ello profusamente reflejado en sus paredes. Lugar de recogimiento y meditación, son muy visitadas por los fieles nativos.
En una de las 18 cuevas de Udaigiri, la del elefante o -Hathi Gumpha-, está esculpida la crónica de la vida de Kharavelam, el primer soberano de Orissa y al que se atribuye la expansión del imperio Kalinga.

ELTEMPLO DEL SOL DE KONARK
Como emergiendo de un maravilloso sueño de siglos, el templo de Konark es un coloso de gran magnitud y uno de los monumentos más emblemáticos no sólo de Orissa sino inclusive de toda la India.
Erigido en honor del dios Sol (Suriya) representa un carro de excepcional magnitud con 24 ruedas tirado por caballos, al que se accede a través de una entrada piramidal custodiada por dos espectaculares leones.
En Konark destacan de forma predominante las esculturas de exuberantes personajes reflejando placenteras actitudes, así como bailarines, músicos, escenas de guerra y animales, todas ellas ejecutadas con singular delicadeza y una especial exquisitez de detalles, no en balde este templo consigue reunir algunas de las mejores tallas eróticas y pone en evidencia que quienes trabajaron en su construcción alcanzaron un perfecto dominio en la expresión de su arte. Una obra realmente asombrosa que, según se cree, tardó casi veinte años en realizarse.
El templo de Mayadevi, ubicado en el interior del mismo recinto, viene a completar la majestuosidad del entorno, flanqueado por esculturas de elefantes y corceles que simbolizan aplastar a un ejército de guerreros.
Konark, que tiene una cierta similitud con los templos de Khajuraho (estado de Madhya Pradesh), merece, sin duda alguna, dedicarle varias horas a su contemplación ya que, sólo así es posible extasiarse ante esta singular belleza que data del siglo XIII.
Con razón se ha dicho en muchas ocasiones que los templos de Orissa son auténtica poesía transformada en piedra.

LA CIUDAD SAGRADA DE PURI
Prosiguiendo el viaje por la tierra de Orissa, más allá de Konark, a una treintena de kilómetros, la sabia del misticismo se intensifica en Puri, una de las ciudades sagradas de la India y donde cada rincón emana la magnificencia del templo de Jagarnnath, dios del Universo. Como consecuencia de la extrema vida religiosa, en verdad intensa por tratarse de un lugar de peregrinaje y, por tanto, de celebración de ritos y cultos, sólo está permitido el acceso a los hinduistas, no obstante, las calles que conducen hasta el lugar se convierten a diario en un multicolor espectáculo capaz de absorber los sentidos.
Bulliciosa, abarrotada de gentes por todas partes y repleta de mercados donde todo es susceptible de venderse, la ciudad se convierte de inmediato en apasionante ante los atónitos ojos del viajero.
Puri es asimismo famosa por sus bellas y extensas playas de fina arena blanca, los complejos turísticos muy relevantes que invitan al descanso y la relajación y ¡como no! por la multitudinaria fiesta anual del -Rath Yatra-, cuando son llevados por sus calles vistosos y engalanados carros en honor de Jagarnnath, Balabhadra y Subhadra. Los tres dioses emprenden a manera de procesión el camino desde el palacio hasta su residencia veraniega. Con anterioridad se les ha llevado a dar un paseo en barca, tomando un refrescante baño con agua perfumada con sándalo. Después tiene lugar el -Snana Yatra-, el festival del baño, cuando se baña ceremoniosamente a las imágenes y, con posterioridad, los dioses son retirados a su hogar ajardinado. Todos los días se les cambia el vestuario y pasados ocho días vuelven al templo principal en sus maravillosos y engalanados carros tirados por sus propios devotos.
Al margen de Puri, el distrito de Cuttack también posee templos que merece y mucho la pena visitar, como el de Madhava (siglo XIIII), situado a orillas del río Prachi, y el de Simhanath junto al río Mahandi.

UN MUNDO NATURAL
Habida cuenta de que la naturaleza ha convertido el estado de Orissa en lugar idóneo para que los animales salvajes puedan vivir en completa libertad, existen diferentes reservas.
En el parque de Nandankanan, situado en un insólito paraje se hallan los famosos tigres blancos, al igual que otras especies asiáticas protegidas como los rinocerontes, gharials, panteras, bisontes indios, etc.
Puntos de interés son también el Similipal National Park o bien la reserva de Gairmatha (a 130 kilómetros de Bubhaneswar) a donde todos los años llegan las conocidas tortugas “ridley” del Pacífico sudamericano. A comienzos de septiembre, estas tortugas hacen sus nidos y convierten el parque en el más importante de toda Asia del sur.
El lago Chilka en el estuario del golfo de Bengala, es un paraíso ornitológico formado por pequeñas islas y enclave idóneo para la práctica de los deportes acuáticos, así como las bellas playas de Gobalpur-on-sea, son asimismo puntos de cita ineludible para quien se aproxima a descubrir este rincón de exótica belleza en la costa oriental.

EL HECHIZO MÁGICO DE LA DANZA
Las danzas de la India evolucionaron como una expresión espiritual de devoción al ser superior. La danza Odissi forma parte de la danza antigua clásica de la India, conocida por su gracia y sensualidad. Combina el relato de una historia y danza pura con movimientos líricos, con complejo cruce de piernas y poses esculturales. Una representación de danza Odissi es, a no dudarlo, una poesía visual.
En realidad todas las danzas de Orissa son un estudio de la síntesis casi total de ritmo, movimiento, expresión y, sobre todo, devoción.
La danza Odissi en concreto es el más fiel exponente, haciendo que el espectador tenga una experiencia imposible de ser explicada con palabras. Todas las actitudes y poses tradicionales se crean acompañadas de ciclos de poesía cantada con el fin de presentar un género de danza altamente estilizado y elegante.
Hay también danzas tribales que son fascinantes, como es el caso de la godba, la danza paraja de bodas y las pintorescas danzas de los gond, que se bailan con turbantes decorados con espejos y conchas.
La danza Odissi se originó en los templos de Orissa, que fueron grandes centros de arte, cultura y aprendizaje. La danza representaba un modo de rezar con bailarines y músicos dedicados a la deidad Jagarnnath.

Orissa, la tierra de Shiva, Vishnú, Ganesh, Jagarnnath… y los mil templos, es también un paraíso de lujuriosa vegetación. Quizá sea menos conocida que otros estados de este fascinante país, sin embargo, por sus muy peculiares características resulta una pieza singular del complicado y desconcertante pero, sin duda, mágico laberinto de etnias, dioses, lenguas y costumbres que es la India, siempre de muy difícil comprensión desde una óptica occidental, aunque posiblemente en ello radique el misterio que la hace poseedora del auténtico embrujo de Oriente.